La nueva ley de partidos políticos aprobada en 2016 estableció en su artículo 42 número 2, que una de las causales para disolver un partido será no alcanzar el 5% de los sufragios válidamente emitidos en la última elección de diputados, en cada una de a lo menos ocho regiones o en cada una de a lo menos tres regiones geográficamente contiguas.
Esta misma ley establece que si un partido político no alcanza este mínimo de votos en las regiones en que se encuentra legalizado podrá seguir existiendo de manera legal, siempre que elija un mínimo de cuatro parlamentarios en, a lo menos, dos regiones distintas, sean diputados o senadores.
Esta nueva legislación comenzará a regir en esta elección y para ello regirá un artículo transitorio que permitirá que los partidos se familiaricen con este nuevo escenario. Para la marcha blanca los partidos tendrán que obtener un tres por ciento a nivel nacional o bien ser electos tres parlamentarios en el país, de lo contrario la colectividad será disuelta.
El analista político Alejandro Olivares, explica que “lo más probable es que muchos de estos partidos desaparezcan y tengan que fusionarse para que puedan seguir sobreviviendo en el nuevo escenario político. En este sentido, lo que se hace es un ajuste a la baja en el número de partidos, lo cual es deseable, porque este es un sistema con cerca de treinta partidos políticos, lo que se vuelve bastante complejo en sus procesos”.
El experto además agrega que “en general cuando tenemos un sistema con muchos partidos, lo que pasa es que las capacidades de negociación entre los diferentes agentes tienden a ser bajas y al atomizarse el sistema se producen polarizaciones más extremas. Por lo mismo, las investigaciones en este sentido, explican que es mejor para la administración del estado menos partidos que tiendan al centro para propiciar la generación de acuerdos”.
Los partidos históricos como el PS- PPD-DC- RN –UDI – PC – PR no tendrán problemas de desaparecer, ya que sus votaciones mantienen una constante que les permite obtener los votos necesarios. Sin embargo, fuerzas como Izquierda Ciudadana, MAS, Evopoli y Revolución Democrática, podrían ser disueltos, ya que estas colectividades solo presentan un candidato, lo que los pone en un escenario complejo con esta nueva ley.
El Frente Amplio como nuevo conglomerado, será el que tendrá que hacer mayores ajustes después de esta elección, ya que todas las colectividades que serán disueltas tendrán que buscar sus concordancias ideológicas para continuar tomando posición política como partido.
“Los partidos históricos van a mantenerse y a estos se van a agregar algunos partidos más. Por lo mismo, nuestro sistema, que tiene siete u ocho partidos, va a crecer a 12 o 13. La alternativa para este cúmulo de partidos pequeños que son una opción de cambio y trasformación, es la fusión en un solo grupo que pueda asimilar su fuerza, el problema es que muchas de estas fuerzas van a desaparecer, porque no tienen una dotación significativa e importante”.
El futuro del Frente Amplio es muy complejo, “ya que la mayoría de estos partidos pequeños está ahí y dependiendo de la votación que obtengan podría reducirse a dos o tres partidos y ahí tomar una decisión estratégica. La experiencia nos dice que cuando eso ocurre esas coaliciones tienden a mantenerse en el tiempo y podría ser una buena oportunidad para crecer una vez que se consoliden. La Concertación partió de la misma forma con muchas coaliciones, muchos partidos y después de la elección del año 89 se produce un ajuste, que después se vuelve a dar en el 94 y con esto se queda con una estructura tradicional. El Frente Amplio podría tener una historia similar, en la que se mantendrán dos partidos fuertes y los partidos pequeños se fusionen para armar una alternativa”, finaliza Olivares.
La nueva ley de partidos políticos aprobada en 2016 estableció en su artículo 42 número 2, que una de las causales para disolver un partido será no alcanzar el 5% de los sufragios válidamente emitidos en la última elección de diputados, en cada una de a lo menos ocho regiones o en cada una de a lo menos tres regiones geográficamente contiguas.
Esta misma ley establece que si un partido político no alcanza este mínimo de votos en las regiones en que se encuentra legalizado podrá seguir existiendo de manera legal, siempre que elija un mínimo de cuatro parlamentarios en, a lo menos, dos regiones distintas, sean diputados o senadores.
Esta nueva legislación comenzará a regir en esta elección y para ello regirá un artículo transitorio que permitirá que los partidos se familiaricen con este nuevo escenario. Para la marcha blanca los partidos tendrán que obtener un tres por ciento a nivel nacional o bien ser electos tres parlamentarios en el país, de lo contrario la colectividad será disuelta.
El analista político Alejandro Olivares, explica que “lo más probable es que muchos de estos partidos desaparezcan y tengan que fusionarse para que puedan seguir sobreviviendo en el nuevo escenario político. En este sentido, lo que se hace es un ajuste a la baja en el número de partidos, lo cual es deseable, porque este es un sistema con cerca de treinta partidos políticos, lo que se vuelve bastante complejo en sus procesos”.
El experto además agrega que “en general cuando tenemos un sistema con muchos partidos, lo que pasa es que las capacidades de negociación entre los diferentes agentes tienden a ser bajas y al atomizarse el sistema se producen polarizaciones más extremas. Por lo mismo, las investigaciones en este sentido, explican que es mejor para la administración del estado menos partidos que tiendan al centro para propiciar la generación de acuerdos”.
Los partidos históricos como el PS- PPD-DC- RN –UDI – PC – PR no tendrán problemas de desaparecer, ya que sus votaciones mantienen una constante que les permite obtener los votos necesarios. Sin embargo, fuerzas como Izquierda Ciudadana, MAS, Evopoli y Revolución Democrática, podrían ser disueltos, ya que estas colectividades solo presentan un candidato, lo que los pone en un escenario complejo con esta nueva ley.
El Frente Amplio como nuevo conglomerado, será el que tendrá que hacer mayores ajustes después de esta elección, ya que todas las colectividades que serán disueltas tendrán que buscar sus concordancias ideológicas para continuar tomando posición política como partido.
“Los partidos históricos van a mantenerse y a estos se van a agregar algunos partidos más. Por lo mismo, nuestro sistema, que tiene siete u ocho partidos, va a crecer a 12 o 13. La alternativa para este cúmulo de partidos pequeños que son una opción de cambio y trasformación, es la fusión en un solo grupo que pueda asimilar su fuerza, el problema es que muchas de estas fuerzas van a desaparecer, porque no tienen una dotación significativa e importante”.
El futuro del Frente Amplio es muy complejo, “ya que la mayoría de estos partidos pequeños está ahí y dependiendo de la votación que obtengan podría reducirse a dos o tres partidos y ahí tomar una decisión estratégica. La experiencia nos dice que cuando eso ocurre esas coaliciones tienden a mantenerse en el tiempo y podría ser una buena oportunidad para crecer una vez que se consoliden. La Concertación partió de la misma forma con muchas coaliciones, muchos partidos y después de la elección del año 89 se produce un ajuste, que después se vuelve a dar en el 94 y con esto se queda con una estructura tradicional. El Frente Amplio podría tener una historia similar, en la que se mantendrán dos partidos fuertes y los partidos pequeños se fusionen para armar una alternativa”, finaliza Olivares.
La nueva ley de partidos políticos aprobada en 2016 estableció en su artículo 42 número 2, que una de las causales para disolver un partido será no alcanzar el 5% de los sufragios válidamente emitidos en la última elección de diputados, en cada una de a lo menos ocho regiones o en cada una de a lo menos tres regiones geográficamente contiguas.
Esta misma ley establece que si un partido político no alcanza este mínimo de votos en las regiones en que se encuentra legalizado podrá seguir existiendo de manera legal, siempre que elija un mínimo de cuatro parlamentarios en, a lo menos, dos regiones distintas, sean diputados o senadores.
Esta nueva legislación comenzará a regir en esta elección y para ello regirá un artículo transitorio que permitirá que los partidos se familiaricen con este nuevo escenario. Para la marcha blanca los partidos tendrán que obtener un tres por ciento a nivel nacional o bien ser electos tres parlamentarios en el país, de lo contrario la colectividad será disuelta.
El analista político Alejandro Olivares, explica que “lo más probable es que muchos de estos partidos desaparezcan y tengan que fusionarse para que puedan seguir sobreviviendo en el nuevo escenario político. En este sentido, lo que se hace es un ajuste a la baja en el número de partidos, lo cual es deseable, porque este es un sistema con cerca de treinta partidos políticos, lo que se vuelve bastante complejo en sus procesos”.
El experto además agrega que “en general cuando tenemos un sistema con muchos partidos, lo que pasa es que las capacidades de negociación entre los diferentes agentes tienden a ser bajas y al atomizarse el sistema se producen polarizaciones más extremas. Por lo mismo, las investigaciones en este sentido, explican que es mejor para la administración del estado menos partidos que tiendan al centro para propiciar la generación de acuerdos”.
Los partidos históricos como el PS- PPD-DC- RN –UDI – PC – PR no tendrán problemas de desaparecer, ya que sus votaciones mantienen una constante que les permite obtener los votos necesarios. Sin embargo, fuerzas como Izquierda Ciudadana, MAS, Evopoli y Revolución Democrática, podrían ser disueltos, ya que estas colectividades solo presentan un candidato, lo que los pone en un escenario complejo con esta nueva ley.
El Frente Amplio como nuevo conglomerado, será el que tendrá que hacer mayores ajustes después de esta elección, ya que todas las colectividades que serán disueltas tendrán que buscar sus concordancias ideológicas para continuar tomando posición política como partido.
“Los partidos históricos van a mantenerse y a estos se van a agregar algunos partidos más. Por lo mismo, nuestro sistema, que tiene siete u ocho partidos, va a crecer a 12 o 13. La alternativa para este cúmulo de partidos pequeños que son una opción de cambio y trasformación, es la fusión en un solo grupo que pueda asimilar su fuerza, el problema es que muchas de estas fuerzas van a desaparecer, porque no tienen una dotación significativa e importante”.
El futuro del Frente Amplio es muy complejo, “ya que la mayoría de estos partidos pequeños está ahí y dependiendo de la votación que obtengan podría reducirse a dos o tres partidos y ahí tomar una decisión estratégica. La experiencia nos dice que cuando eso ocurre esas coaliciones tienden a mantenerse en el tiempo y podría ser una buena oportunidad para crecer una vez que se consoliden. La Concertación partió de la misma forma con muchas coaliciones, muchos partidos y después de la elección del año 89 se produce un ajuste, que después se vuelve a dar en el 94 y con esto se queda con una estructura tradicional. El Frente Amplio podría tener una historia similar, en la que se mantendrán dos partidos fuertes y los partidos pequeños se fusionen para armar una alternativa”, finaliza Olivares.
