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Patrimonio y Derechos Humanos

Columna de opinión por Mariana Zegers
Jueves 28 de diciembre 2017 6:59 hrs.


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El cuidado y promoción del patrimonio se sustenta en tratados internacionales de derechos humanos; cuando se remite, por ejemplo, a la libertad de los pueblos de disponer libremente de sus riquezas (PIDESC). Riquezas que exceden el valor monetario de un objeto de consumo; que apelan al patrimonio cultural, sean estos bienes materiales o inmateriales. De igual modo, al declararse el derecho a participar de manera libre e igualitaria en la vida cultural de la comunidad   (Declaración Universal de Derechos Humanos), entendemos que en la cultura coexisten una serie de representaciones, prácticas, espacios y objetos a los que se les ha asignado un valor fundamental en el desarrollo de identidades comunitarias, en diversos contextos. En este sentido, el patrimonio se concibe como un “conjunto determinado de bienes tangibles, intangibles y naturales que forman parte de prácticas sociales, a los que se les atribuyen valores a ser transmitidos, y luego resignificados, de una época a otra, o de una generación a las siguientes” (Fuente: artículo DIBAM).

El patrimonio cultural es sustento del presente y herencia del pasado; al que hay que dar sostenibilidad en el tiempo. Esos recursos constituyen una “riqueza frágil, y como tal requieren políticas y modelos de desarrollo que preserven y respeten su diversidad y su singularidad, ya que una vez perdidos no son recuperables”, señala UNESCO en sus documentos.

La preservación del patrimonio cultural se liga a aquellos temas contingentes y apremiantes para nuestra humanidad. Cuando presenciamos, por ejemplo, el modo en que el cambio climático, atravesado por la desigualdad social y económica, pone en riesgo grandes patrimonios naturales; como el agua y la protección de la biodiversidad. O cuando pensamos en la integración del patrimonio cultural migrante. Por ello, se considera que el patrimonio cultural es “esencial para promover la paz y el desarrollo social, ambiental y económico sostenible” (Fuente UNESCO).

En el ámbito del patrimonio podemos hallar una diversidad de experiencias vinculadas a la preservación de las memorias colectivas y a la promoción y defensa de los derechos humanos, que tienen poca visibilidad en los medios de comunicación. Actualmente, son parte de nuestro patrimonio los sitios de memoria, una serie de archivos vinculados a la memoria y los derechos humanos, como los de la Vicaría de la Solidaridad y los que albergan los distintos centros de documentación, museos, bibliotecas, organizaciones y movimientos sociales. A su vez, existe una serie de prácticas culturales declaradas hoy por hoy como patrimonio de la humanidad. En este sentido, entendemos el patrimonio conforme a la Convención sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural, que considera patrimonio cultural aquellos “elementos (construcciones, lugares) de valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia” (Fuente: Convención UNESCO).

Asimismo, nos ceñimos a la noción de Patrimonio cultural inmaterial, que se constituye de los “saberes y representaciones que las comunidades o grupos reconocen como parte esencial de su patrimonio cultural. Tal como queda señalado en la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (UNESCO), este se “transmite de generación en generación y es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana”.

La noción de salvaguardia tiene relación con “garantizar la viabilidad del patrimonio cultural inmaterial, comprendidas la identificación, documentación, investigación, preservación, protección, promoción, valorización, transmisión -básicamente a través de la enseñanza formal y no formal- y revitalización de este patrimonio en sus distintos aspectos” (Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial).

Existe un sustento teórico suficiente que respalda el cuidado del patrimonio. Pero esto no es nada sin las acciones de todos aquellos que se han volcado a su gestión, difusión, investigación, creación y preservación; desde los más diversos ámbitos; que pueden ir desde la revitalización de lenguas y costumbres de nuestros pueblos originarios a la restauración de patrimonio arquitectónico, atravesando la recuperación y resignificación de bienes, (tangibles o intangibles) lugares, objetos y prácticas que son cardinales para la reconstrucción de memorias colectivas y para la mantención de la vida misma. Todo ello, bajo la mirada de un saber que no solo se reproduce, sino que se reconstruye y resignifica en el presente.

 

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.