Entre 2012 y 2016 más de 12 mil menores de catorce años fueron abusados sexualmente. La información presentada por la Corporación por los Derechos Sexuales y Reproductivos (Miles) da cuenta de un fenómeno nacional donde las regiones de Arica y Aysén encabezan la lista de procesos judiciales por este delito.

Según este documento, en el mismo intervalo de tiempo, hubo 24 mil 763 abusos sexuales denunciados y con resolución judicial, cifra que no considera aquellas investigaciones que no llegaron a término.

En conversación con el programa Semáforo de Radio Universidad de Chile, Claudia Dides, directora de la corporación, lamentó que detrás de este gran problema esté la ausencia total de educación sexual en el país. La socióloga puso como ejemplo el que de un universo de más de 11 mil colegios municipales en Chile, solo 400 declararan haber tenido algún tipo de plan de difusión de sexualidad y reproducción para la población asistente.

A su juicio, los números “horrorosos” y “brutales” evidencian que la realidad es aún peor para las niñas, quienes son las principales víctimas de abusos sexuales en el país.

Infografía fuente Miles.

Pero para la socióloga esta situación conlleva a otro asunto: el acompañamiento de las víctimas. En este sentido, la directora de Miles sostuvo que actualmente “la ruta de la víctima de violencia sexual dura más de 72 horas de un lugar a otro y eso, habla mal de una política pública”.

La acusación apunta a la burocracia que se debe seguir para constatar un abuso sexual y recibir los medicamentos de prevención que, por norma, el Ministerio de Salud obliga a entregar en cada caso: “Nosotros hemos acompañado a víctimas que acuden a nuestra corporación. Ahí nos damos cuenta de que no todos los hospitales reciben a mujeres que han sido violadas y cuando van al Servicio Médico Legal, ahí no se les entrega el paquete básico que está en las normas de atención a víctimas de violencia sexual”.

Claudia Dides explicó que muchas veces las víctimas deben deambular de hospital en hospital para completar los medicamentos necesarios para su atención. Por ello, manifestó que una medida rápida y efectiva que podría implementarse sería el reunir en el SML la totalidad de medicinas requeridas para estos casos. “No se necesita plata para eso. No hay que hacer ni una ley, solo se requiere voluntad política para humanizar el proceso”, dijo la socióloga.

Asimismo, insistió en que hoy “la gran deuda de Chile es la educación sexual”, ausencia que no solo dispara las cifras de abuso sexual, sino también las de embarazo adolescente y contagio de enfermedades de transmisión sexual, entre otros problemas de salud pública que se podrían prevenir educando.

La socióloga adelantó que en marzo se entregará un nuevo documento en el que se profundizaría en el número de delitos a nivel nacional y regional. Sin embargo, reconoció que a nivel comunal es imposible conocer la profundidad del problema, toda vez que no existen canales para conocer los datos.