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Año XVI, 18 de abril de 2024


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Ser de izquierda


Sábado 10 de febrero 2018 15:50 hrs.


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Señor Director:

Ser de izquierda, no basta con decirlo, hay que serlo.

Solo queda constatar que la izquierda solo ha sido un paréntisis de la gran disputa entre conservadores y liberales en todo el mundo, por ende en Chile, es como el fenómeno de la pecera.

El industrialismo en sus comienzos permitió el surgimiento de una clase obrera que sí ha sido lo único de izquierda que ha habido, pero que ya no existe más al convertirse en algo tan difuso como “clase trabajadora”, que es algo diametralmente opuesto a lo que es la clase obrera como Marx la definió.

Al caer la Unión Sovietica cae el andamiaje que podría haber sostenido a la izquierda delante de la cortina de hierro. Una de las causas, entre otras, que haya ganado el sector de Piñera las elecciones por amplio margen es por el nuevo fenómeno que es la “clase trabajadora”, en donde más del 50% votó por Piñera, cuestión que era impensable cuando existió la clase obrera.

Hoy es incongruente hablar en la oposición a Piñera de una disputa de la izquierda, cuando es una disputa entre sectores de centro, e izquierda liberal.

En Chile es esa la disputa que se tendría que dar, insertando a Alberto Mayol en uno de esos sectores, para luego enfrentarse a la derecha conservadora que a su vez tiene que dilucidar su pugna con sectores liberales de centro, y derecha en su sector.
Eso se puede apreciar dentro del Chile Vamos y seguramente la disputa entre Rafael Correa y Lenín Moreno en Ecuador tiene argumentos similares.

¿Izquierda en Chile? Solo el PC tiene en su poder algún timbre que lo acredite como de izquierda, aunque nos parezca raro por ser parte de una alianza programática con sectores que son atraídos cada vez más al agujero negro de la derecha.

Históricamente, siempre que los liberales han sido derrotados, se pasaron a la derecha conservadora, cuestión que vale decirlo, no sucedió con la derrota de Allende, ya que ahí la represión estaba planificada para ser ejemplarizadora, para no dejar mono con cabeza. Ahí sucumbieron los verdaderos izquierdistas, y los liberales que se les habían sumado en el pacto previo a las elecciones del 70.

En el contexto de la Guerra Fría se dió la contingencia histórica de la política chilena, aunque camuflada, cuestión que muchos actores hoy se niegan a aceptar o no entienden, incluso en el Frente Amplio, Mayol entre ellos, me atrevería a decir que para él es un autoengaño definirse como de izquierda, que a ojos de muchos aun no se ha clasificado como tal. No basta con pensarlo, hay que serlo.

Aunque en esta especie de limbo entre el cambio del mando, que coincide que el periodo de vacaciones, se acumula energía para iniciar un vertiginoso viaje cuesta abajo, o bien cuesta arriba, depende de como el Presidente encare los problemas, que por lo del gabinete no augura nada bueno.

Ya se vislumbra una pugna al interior del Chile Vamos, que como constatamos es la tradicional pugna conservadora-liberal que se incuba a su interior. Los realmente conservadores son una minoría, que por eso de los crímenes en dictadura se mantuvieron en el anonimato, y que más bién fueron los complices ”activos”, a diferencia de los complices pasivos de Piñera.

Es por eso que la presentación del gabinete dio con un palmo de narices a los segundos. No estamos claros si el Presidente empresario está consciente de esta caja de pandora que abre con estas designaciones. Más rápido que ligero aparece el fantasma del pinochetismo en la persona de José Antonio Kast, y ya la trifulca se va enredando.

Por el otro lado, en lo que será la oposición, se estarían configurando atisbos de cercanías de sectores liberales de centro e izquierda (PS, PPD, PC, PR) con el FA. Para que esto suceda tiene que haber una remoción de los personajes responsables de la transición, por no decir purga, cuestión que no ha sucedido.

El “partido del orden” no suelta la manija, exceptuando a la DC, que definitívamente cocinará sus pactos con la derecha, tal como lo hiciera con los empresarios acerca de la fallida reforma tributaria. Es el motivo del por qué Andres Zaldívar se resiste a ir a un asilo de ancianos a pasar sus últimos años, es como un reflejo en él, está en su ADN.

Con motivo de la presentación de diversos proyectos desde la municipalidad de Recoleta por parte de su alcalde, se podría vislumbrar un acercamiento entre el PC y el FA. El único impedimento sería la debil estructuración del Frente, que ya se estaría convirtiendo en una cocineria Jackson-Boric en relación con el resto, en definitiva una bolsa de gatos. Es que los partidos a su interior no funcionan como tales, sino como rejuntados que funcionan a punta de mensajes entre terceras personas, eso lo sabe el PC, y no le da garantías de un trabajo serio. La cuerda se rompe por su punto más débil, y este no es el PC, a pesar de su ínfimo tamaño. El refrán dice en este caso: lo bueno viene en frasco chico.

El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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