Triunfo azul en la Libertadores: Con ganas de cambiar la historia
Con el triunfo, la Universidad de Chile suma su cuarta victoria en Brasil y se convierte en el club nacional con más “conquistas” en dicho país si se suman todas las competiciones a lo largo de la historia. Una pequeña satisfacción en el inicio de un extenso y difícil campeonato que ayuda para subir el ánimo y mantener la ilusión intacta.
Miércoles 14 de marzo 2018 5:59 hrs.
La “U” comenzó con el pie derecho su participación en la Copa Libertadores 2018. En un buen partido y con un inmenso derroche de esfuerzo superó merecidamente a Vasco da Gama en calidad de visita por un gol contra cero. Tres puntos que le permiten ubicarse en lo alto de la tabla y mirar, desde esa posición de comodidad, el camino que asoma tremendamente complicado.
El equipo azul volvió a mostrar solidez defensiva con el esquema de tres en el fondo (esta vez conformado por Rodrigo Echeverría, Christian Vílchez y el debut de Rafael Vaz) y con la ayuda del siempre sobresaliente Johnny Herrera en el arco. Desde esa solvencia defensiva supo coordinar y mover las diferentes líneas para mantener el equipo muy corto durante los noventa minutos. Esto permitió recuperar el balón lejos del campo propio y tener suficiente espacio para replegarse cuando los intentos del rival buscaban profundidad y velocidad. En la recuperación de la pelota y en el manejo de la misma, la labor de Felipe Seymour (quien tuvo la complicada labor de reemplazar a Lorenzo Reyes) y David Pizarro fue fundamental para mantener el orden defensivo y para generar con acierto y paciencia los espacios para atacar al rival.
Por otra parte, los laterales han tenido un partido destacado porque han cumplido en la faceta de marca y además se han sumado al ataque ampliando el terreno de juego y abriendo opciones ofensivas por los costados. Tanto Jean Beausejour como Matías Rodríguez vencieron en sus duelos personales y supieron aportar también al juego ofensivo del equipo. La liberación de responsabilidad en la marcación (aunque la tienen muy presente) ha elevado su juego individual y con ello, también, han favorecido el trabajo colectivo..
Arriba, el colosal esfuerzo de Mauricio Pinilla, Yeferson Soteldo y Ángelo Araos metió en problemas a los brasileños y no los dejó jugar tranquilos desde el fondo. La presión ejercida para recuperar la pelota y estorbar siempre el comienzo del juego local, terminó complicando a la defensa de Vasco y anuló una faceta importante en la construcción de su fútbol. Incómodos en el transcurso de todo el partido terminaron fallando ante la insistencia visitante y permitieron, en un claro error de marcación, el gol de Araos que determinó el resultado final. Es cierto que faltó profundidad y asociación en ataque pero la presión constante y la convicción de buscar el partido también son apreciables.
Del rival es poco lo que podemos decir. Jugó, intentó, peleo y terminó derrotado sin respuestas frente a su público. Es cierto que el trabajo de la “U” fue muy bueno pero seguramente también hay responsabilidad del local en el trámite y resultado final. Vasco da Gama no impresionó ni con su juego colectivo ni con sus nombres propios y ha consumado una derrota dolorosa que lo deja en mala posición para intentar superar la fase de grupos.
Con el triunfo, la Universidad de Chile suma su cuarta victoria en Brasil y se convierte en el club nacional con más “conquistas” en dicho país si se suman todas las competiciones a lo largo de la historia. Una pequeña satisfacción en el inicio de un extenso y difícil campeonato que ayuda para subir el ánimo y mantener la ilusión intacta.
Previo al partido los jugadores y el cuerpo técnico hablaron de la importancia de mostrar carácter y personalidad en las competencias internacionales. Dijeron que sumado al buen fútbol debían mostrar otros atributos que les permitieran equiparar las diferencias económicas frente a sus contrincantes. Por eso el debut era importante y la U cumplió con creces. Claro que debe seguir luchando y mejorando pero usando estas herramientas, el futuro se mira con mayor optimismo. Los azules demostraron grandes deseos de ganar, buen juego asociado y una entrega tremenda. Si había certeza de que las últimas participaciones de clubes nacionales fueron vergonzosas y mediocres, anoche en Rio de Janeiro, la “U” y sus jugadores demostraron que tienen muchas ganas de cambiar esa historia. El primer paso ya está hecho.
La “U” comenzó con el pie derecho su participación en la Copa Libertadores 2018. En un buen partido y con un inmenso derroche de esfuerzo superó merecidamente a Vasco da Gama en calidad de visita por un gol contra cero. Tres puntos que le permiten ubicarse en lo alto de la tabla y mirar, desde esa posición de comodidad, el camino que asoma tremendamente complicado.
El equipo azul volvió a mostrar solidez defensiva con el esquema de tres en el fondo (esta vez conformado por Rodrigo Echeverría, Christian Vílchez y el debut de Rafael Vaz) y con la ayuda del siempre sobresaliente Johnny Herrera en el arco. Desde esa solvencia defensiva supo coordinar y mover las diferentes líneas para mantener el equipo muy corto durante los noventa minutos. Esto permitió recuperar el balón lejos del campo propio y tener suficiente espacio para replegarse cuando los intentos del rival buscaban profundidad y velocidad. En la recuperación de la pelota y en el manejo de la misma, la labor de Felipe Seymour (quien tuvo la complicada labor de reemplazar a Lorenzo Reyes) y David Pizarro fue fundamental para mantener el orden defensivo y para generar con acierto y paciencia los espacios para atacar al rival.
Por otra parte, los laterales han tenido un partido destacado porque han cumplido en la faceta de marca y además se han sumado al ataque ampliando el terreno de juego y abriendo opciones ofensivas por los costados. Tanto Jean Beausejour como Matías Rodríguez vencieron en sus duelos personales y supieron aportar también al juego ofensivo del equipo. La liberación de responsabilidad en la marcación (aunque la tienen muy presente) ha elevado su juego individual y con ello, también, han favorecido el trabajo colectivo..
Arriba, el colosal esfuerzo de Mauricio Pinilla, Yeferson Soteldo y Ángelo Araos metió en problemas a los brasileños y no los dejó jugar tranquilos desde el fondo. La presión ejercida para recuperar la pelota y estorbar siempre el comienzo del juego local, terminó complicando a la defensa de Vasco y anuló una faceta importante en la construcción de su fútbol. Incómodos en el transcurso de todo el partido terminaron fallando ante la insistencia visitante y permitieron, en un claro error de marcación, el gol de Araos que determinó el resultado final. Es cierto que faltó profundidad y asociación en ataque pero la presión constante y la convicción de buscar el partido también son apreciables.
Del rival es poco lo que podemos decir. Jugó, intentó, peleo y terminó derrotado sin respuestas frente a su público. Es cierto que el trabajo de la “U” fue muy bueno pero seguramente también hay responsabilidad del local en el trámite y resultado final. Vasco da Gama no impresionó ni con su juego colectivo ni con sus nombres propios y ha consumado una derrota dolorosa que lo deja en mala posición para intentar superar la fase de grupos.
Con el triunfo, la Universidad de Chile suma su cuarta victoria en Brasil y se convierte en el club nacional con más “conquistas” en dicho país si se suman todas las competiciones a lo largo de la historia. Una pequeña satisfacción en el inicio de un extenso y difícil campeonato que ayuda para subir el ánimo y mantener la ilusión intacta.
Previo al partido los jugadores y el cuerpo técnico hablaron de la importancia de mostrar carácter y personalidad en las competencias internacionales. Dijeron que sumado al buen fútbol debían mostrar otros atributos que les permitieran equiparar las diferencias económicas frente a sus contrincantes. Por eso el debut era importante y la U cumplió con creces. Claro que debe seguir luchando y mejorando pero usando estas herramientas, el futuro se mira con mayor optimismo. Los azules demostraron grandes deseos de ganar, buen juego asociado y una entrega tremenda. Si había certeza de que las últimas participaciones de clubes nacionales fueron vergonzosas y mediocres, anoche en Rio de Janeiro, la “U” y sus jugadores demostraron que tienen muchas ganas de cambiar esa historia. El primer paso ya está hecho.
La “U” comenzó con el pie derecho su participación en la Copa Libertadores 2018. En un buen partido y con un inmenso derroche de esfuerzo superó merecidamente a Vasco da Gama en calidad de visita por un gol contra cero. Tres puntos que le permiten ubicarse en lo alto de la tabla y mirar, desde esa posición de comodidad, el camino que asoma tremendamente complicado.
El equipo azul volvió a mostrar solidez defensiva con el esquema de tres en el fondo (esta vez conformado por Rodrigo Echeverría, Christian Vílchez y el debut de Rafael Vaz) y con la ayuda del siempre sobresaliente Johnny Herrera en el arco. Desde esa solvencia defensiva supo coordinar y mover las diferentes líneas para mantener el equipo muy corto durante los noventa minutos. Esto permitió recuperar el balón lejos del campo propio y tener suficiente espacio para replegarse cuando los intentos del rival buscaban profundidad y velocidad. En la recuperación de la pelota y en el manejo de la misma, la labor de Felipe Seymour (quien tuvo la complicada labor de reemplazar a Lorenzo Reyes) y David Pizarro fue fundamental para mantener el orden defensivo y para generar con acierto y paciencia los espacios para atacar al rival.
Por otra parte, los laterales han tenido un partido destacado porque han cumplido en la faceta de marca y además se han sumado al ataque ampliando el terreno de juego y abriendo opciones ofensivas por los costados. Tanto Jean Beausejour como Matías Rodríguez vencieron en sus duelos personales y supieron aportar también al juego ofensivo del equipo. La liberación de responsabilidad en la marcación (aunque la tienen muy presente) ha elevado su juego individual y con ello, también, han favorecido el trabajo colectivo..
Arriba, el colosal esfuerzo de Mauricio Pinilla, Yeferson Soteldo y Ángelo Araos metió en problemas a los brasileños y no los dejó jugar tranquilos desde el fondo. La presión ejercida para recuperar la pelota y estorbar siempre el comienzo del juego local, terminó complicando a la defensa de Vasco y anuló una faceta importante en la construcción de su fútbol. Incómodos en el transcurso de todo el partido terminaron fallando ante la insistencia visitante y permitieron, en un claro error de marcación, el gol de Araos que determinó el resultado final. Es cierto que faltó profundidad y asociación en ataque pero la presión constante y la convicción de buscar el partido también son apreciables.
Del rival es poco lo que podemos decir. Jugó, intentó, peleo y terminó derrotado sin respuestas frente a su público. Es cierto que el trabajo de la “U” fue muy bueno pero seguramente también hay responsabilidad del local en el trámite y resultado final. Vasco da Gama no impresionó ni con su juego colectivo ni con sus nombres propios y ha consumado una derrota dolorosa que lo deja en mala posición para intentar superar la fase de grupos.
Con el triunfo, la Universidad de Chile suma su cuarta victoria en Brasil y se convierte en el club nacional con más “conquistas” en dicho país si se suman todas las competiciones a lo largo de la historia. Una pequeña satisfacción en el inicio de un extenso y difícil campeonato que ayuda para subir el ánimo y mantener la ilusión intacta.
Previo al partido los jugadores y el cuerpo técnico hablaron de la importancia de mostrar carácter y personalidad en las competencias internacionales. Dijeron que sumado al buen fútbol debían mostrar otros atributos que les permitieran equiparar las diferencias económicas frente a sus contrincantes. Por eso el debut era importante y la U cumplió con creces. Claro que debe seguir luchando y mejorando pero usando estas herramientas, el futuro se mira con mayor optimismo. Los azules demostraron grandes deseos de ganar, buen juego asociado y una entrega tremenda. Si había certeza de que las últimas participaciones de clubes nacionales fueron vergonzosas y mediocres, anoche en Rio de Janeiro, la “U” y sus jugadores demostraron que tienen muchas ganas de cambiar esa historia. El primer paso ya está hecho.