Y llegó el día en que Chile salta al podio de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para defender su postura frente a la demanda de Bolivia de negociar una salida soberana al Océano Pacífico.
Dos minutos antes de que comenzara el alegato, el presidente de la República, Sebastián Piñera, escribió en su cuenta twitter: “La posición chilena en La Haya es sólida y se sustenta en argumentos jurídicos e históricos. Nuestras fronteras con Bolivia fueron claramente establecidas en Tratado de 1904, válidamente celebrado y plenamente vigente y que Chile cumple y hará cumplir”.
Desde el Palacio de La Moneda, Sebastián Piñera defiende la posición chilena, y desde La Haya la defiende el agente chileno Claudio Grossman, quien fue el primero en tomar la palabra en esta tercera jornada de alegatos orales.
Grossman resaltó que Chile se siente orgulloso de su participación en organizaciones internacionales, y en ese sentido, nuestro país ha mantenido una relación de paz con nuestros vecinos por más de cien años.
El agente chileno en La Haya también recalcó que el tratado de paz y amistad de 1904 “es un acuerdo completo”, y como tal, Bolivia se beneficia de él de manera que tiene acceso sin restricciones a puertos chilenos. Incluso afirmó que Chile “ha hecho más de lo que contempla el tratado”.
Básicamente Grossman apeló a la participación de Chile en distintas instancias internacionales, lo cual evidencia el compromiso del país con los valores de Naciones Unidas.
Al respecto dijo que Chile ha participado gustosamente en conversaciones con el país vecino, sin embargo, esto no acredita la obligación del Estado de negociar ni menos llegar a un acuerdo”
Por último, volvió a recalcar “el orgullo” de Chile por su participación en el sistema internacional.
Daniel Bethlehem, abogado británico, fue el segundo jurista en argumentar la postura chilena. Lo hizo en un comienzo criticando los argumentos bolivianos: “se basó en generalidades”, afirmó.
También expresó que Chile acude a La Haya con evidencias, evidencias que Bolivia no ha encarado.
El jurista denunció los cambios en la demanda boliviana a lo largo del proceso. En un comienzo, “Bolivia pide a la Corte que falle una solución definitiva para negociar con Chile, no obstante, después hablaron de una obligación de conducta, no de resultados”, afirmó.
¿Qué alega exactamente Bolivia, una obligación de conducta o una obligación de resultados?, se cuestionó Bethlehem.
El jurista también manifestó que Bolivia se inventa su causa a medida que avanza el proceso.
Con respecto al argumento de Bolivia de que Chile ha conversado con Bolivia en otras ocasiones, Bethlehem dijo que nuestro país lo ha hecho sin nunca sentirse obligado a negociar, sino que bajo el principio de buena vecindad.
En medio del alegato, el presidente Sebastián Piñera nuevamente publicó un comentario a través de su cuenta twitter: “Estamos en La Moneda con el Canciller y Subsecretario subrogantes y miembros de Cancillería, siguiendo en vivo, y en comunicación constante, la firme posición chilena en la Corte Internacional de La Haya”.
Volviendo a La Haya, el jurista británico cuestionó la interpretación que Bolivia tiene de la historia, en ese sentido afirmó que de la historia deben encargarse los historiadores.
Bolivia apela más al sentimiento que al derecho para invocar la supuesta injusticia histórica de la que han sido víctimas. “El tratado de 1904 fue una resolución definitiva”, afirmó.
Principalmente, el abogado británico se encargó de desmenuzar, cuestionar y responder los argumentos bolivianos. Lo que se empeñó en demostrar el abogado español son las contradicciones que ha tenido Bolivia a lo largo del proceso.
El jurista francés Jean-Marc Thouvenin fue el tercer miembro del equipo chileno en defender la postura chilena. Lo hizo cuestionando la tesis boliviana de que Chile está obligado a negociar.
Para él, la frustración que siente Bolivia no obliga a su contraparte a negociar. En ese sentido, afirmó que la país vecino recurre a técnicas retóricas, y que la tesis en que se afirman no tiene “la menor materialidad jurídica”.
En cuanto a las notas de 1950, que Bolivia ha sacado recurrentemente a la palestra para argumentar su posición, Thouvenin dijo que no cualquier intercambio de notas constituye un tratado. Solo se pudiera interpretar así si ambas partes hablan en los mismos términos.
Es importante mencionar que, si bien la televisión boliviana transmitió en directo los alegatos de su país, no lo hace este jueves cuando el turno corresponde a Chile.
De vuelta en La Haya, Thouvenin afirmó que declaraciones de gobierno no constituyen necesariamente una obligación jurídica. Para sostener lo anterior ejemplifica con varios caos a nivel internacional.
El jurista francés sugirió que Bolivia puso en sus documentos frases inventadas y no verificadas.
El abogado dijo que la actitud y las declaraciones de Chile muestran apertura a negociar, lo que es una postura clásica diplomática. Esto no es lo mismo que una obligación a negociar.
El siguiente turno correspondió a la abogada australiana Kate Parlett, quien afirmó de entrada que Bolivia pedía a Chile solamente ser escuchado, lo que no constituye obligación de negociar.
La experta en litigios ante tribunales internacionales se dedicó a demostrar que ni las notas, ni correspondencias, ni actas, ni diálogos entre Chile y Bolivia tienen obligación jurídica.
Recalca que el diálogo que ha tenido lugar entre Bolivia y Chile obedece a la intención de nuestro país de reafirmar la amistad y el desarrollo con la nación vecina. Y tal como ha sido la tónica de todos los que este jueves han defendido la postura chilena, Parlett aseguró que esto no constituye el cumplimiento de una obligación.
También indicó que Bolivia ha parafraseado declaraciones de autoridades chilenas, lo que no asegura la fidelidad a las mismas.
El siguiente jurista en tomar la palabra fue el británico Sam Wordsworth, quien se refirió con especial énfasis a las notas intercambiadas de 1950. Recalcó que nunca hubo una disposición de entregar territorio, sino que solo se mostró una disposición política.
“Dos declaraciones cuidadosamente redactadas no las convierte en un acuerdo internacional”, afirmó el abogado Wordsworth.
Wordsworth rebatió los argumentos bolivianos presentando documentos entre ambos países durante la primera mitad del siglo XX. Al respecto el jurista indicó que nunca ha estado en juego la entrega de territorio.
Al término de esta jornada, a la salida de la Corte, el coagente boliviano, Sacha Lorenti, declaró que “no hemos escuchado nada nuevo. Hemos escuchado argumentos que ya fracasaron en la fase preliminar (…) Chile no ha podido desmontar los sólidos argumentos de Bolivia”.
Por su parte, el Canciller de Chile, Roberto Ampuero, dijo que ha quedado en evidencia la contundencia de los argumentos de Chile. Al respecto dijo que nuestro país ha utilizado mano de “cirujano” para desmontar la argumentación boliviana.
También recalcó que la piedra angular entre ambos países es el tratado de 1904, lo que le parece inaceptable que el país vecino trate de salir “por la puerta chica”.
“Bolivia llegó acá con razones fundamentalmente políticas”, finalizó el ministro de relaciones exteriores.
El agente de Chile en La Haya, Claudio Grossman, indicó que era importante dejar claro que el Tratado de 1904 no se toca. También dijo que esto fue una oportunidad para Chile de desmentir las tergiversaciones históricas por parte de Bolivia.
Este viernes a las 6:00 AM continuarán los alegatos por parte de Chile.