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José Antonio Kast: “Jamás he incitado a la violencia”

El ex candidato presidencial afirmó que “he dicho y reconocido que existieron violaciones a los derechos humanos, la diferencia es que yo digo que no fue una política de Estado, sino que fueron personas las que cometieron esos delitos”.

Patricio López

  Martes 27 de marzo 2018 15:03 hrs. 
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Luego de las agresiones sufridas por el ex candidato presidencial y ex diputado José Antonio Kast en la Universidad Arturo Prat de Iquique, se ha abierto un debate respecto de los límites de la tolerancia en democracia y sobre el origen de la violencia política en Chile. Algunos días después de los hechos y las reacciones, el protagonista hace sus apreciaciones sobre estos puntos y afirma categórico que “no soy promotor de la violencia”.

Luego de los hechos de la semana pasada y de las reacciones ¿qué reflexión podría hacer?

Que hay universidades que están capturadas por personas que ejercen la violencia y que tienen intimidados a muchos jóvenes por sus pensamientos, porque prima la fuerza y no la razón. Esto es algo que hay que revelar, denunciar y hay que trabajar para que termine. De ahí la responsabilidad no solamente de quienes podemos o queremos ir a hablar o debatir sobre ideas, sino también de las distintas autoridades universitarias que tienen que ponerles término a estas situaciones. Aquí hay reglamentos internos que por mucho tiempo no se han aplicado por temor, porque se dice “bueno, si yo aplico una sanción ¿qué me pasará a mí?” Ese temor es el que hay que superar.

Se le ha criticado que habría en su conducta, en ir a lugares donde se sabe de antemano que podría haber reacciones airadas, una actitud de provocación y por lo tanto de incitación a la violencia ¿Qué podría decir al respecto?

Que esas mismas personas no creen lo que están diciendo, porque por ejemplo el presidente del Senado (Carlos Montes), quien fue uno que señaló esa situación, ha ido conmigo a debatir a distintas universidades y foros públicos. Si él señalara eso ahí en público, adelante mío, está bien, pero él usa los medios de comunicación para decir algo que no es verdad. Porque con él mismo estuvimos en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile hace algunos años atrás y pudimos ver la diferencia de cómo lo trataban a él y cómo me trataban a mí algunos jóvenes intolerantes, pero nunca pasó de una manifestación verbal. Yo no he cambiado mi manera de expresarme, de debatir, es la misma que he tenido en la Cámara de Diputados. Jamás he incitado a la violencia, jamás he pedido que a alguien lo callen a palos como lo hizo Manuel Riesco, cosa que Carlos Montes ni siquiera fue capaz de denunciar. Por lo tanto, las personas que tratan de justificar de alguna manera, aunque sea adornando las palabras, están en la línea equivocada de lo que es la defensa de la libertad de expresión.

El origen de la violencia es hoy objeto de debate público. Y se ha dicho que usted defiende y hace apología de un régimen que utilizó la violencia política, y de Estado, como un método de control y exterminio de los opositores. Que por lo tanto usted sería sujeto y no objeto de la violencia ¿Qué podría decir al respecto?

Usted hace una pregunta utilizando términos que yo rechazo, por eso creo que son los mismos comunicadores los que tienen que tener mucho cuidado en cómo hacen las preguntas. Si yo cumpliera el perfil de lo que usted señala, lo más probable es que no me invitaran a ningún lugar. Pero ¿qué he dicho yo del gobierno militar? Primero, que a Allende lo derrocó el pueblo, porque se salió de la legalidad, de la constitucionalidad, y eso es algo que está en las actas de la historia. Segundo, he dicho que un hermano mío fue ministro del gobierno militar, fue ministro del Trabajo, presidente del Banco Central, y fue una persona que se esmeró por superar la extrema pobreza. Lo otro que he dicho y reconocido es que existieron violaciones a los derechos humanos, la diferencia es que yo digo que no fue una política de Estado, sino que fueron personas las que cometieron esos delitos y hoy están procesadas algunas, condenadas otras, y otras ya cumplieron sus condenas. Lo otro que he señalado es que hoy no se cumple el Estado de Derecho con algunas personas que están cumpliendo sentencia, cosa que ha señalado también el presidente saliente de la Corte Suprema, quien dice que todas las personas tienen derechos humanos. Lo señaló el Juez Garzón, que es un juez que se podría calificar como de izquierda, que dice que nadie debe morir encadenado, engrillado en una camilla en la cárcel. Esas son las cosas que yo digo, y seguiré planteando lo mismo, más allá que existan personas que en su intolerancia empiezan a hacer calificaciones y descalificaciones de lo que yo planteo.

¿El problema sería entonces la intolerancia de sus adversarios?

Me gustaría que esas mismas personas que me califican, califiquen qué opinan de Manuel Riesco, porque su llamado a pararme a palos se cumplió, me pararon literalmente a palos. Qué dicen de una ex candidata presidencial, Roxana Miranda, que en su Twitter lo único que hace es formular amenazas e instigar a la violencia, y curiosamente sobre esas personas que sí agreden en las redes sociales, que sí incitan a la agresión física en contra de personas, nadie dice nada. El otro día me tocó un debate con la ex candidata Beatriz Sánchez, yo le pregunté si es que condena o no condena los dichos de Manuel Riesco, y no fue capaz de condenarlos.

¿Usted entonces condena la violencia como forma de acción política en todo momento y circunstancia?

Siempre la he condenado. Yo fui alumno de Jaime Guzmán, que fue asesinado en democracia. Nunca he respaldado la agresión física, ni siquiera la agresión verbal de una persona a otra. Cada vez que me han preguntado, contesto que estoy en contra de la violencia física, en contra de la violencia ideológica. No tengo ningún problema en rechazarla en cualquier lugar y oportunidad.

A propósito, una de las cosas que han aparecido en estos días es la de legislar para ilegalizar doctrinas y opiniones que hagan apología de la violencia ¿Qué opina usted sobre un proyecto de ley de esa naturaleza?

La discusión es hasta dónde un concepto implica apología de la violencia. Para algunos, si uno se refiere al gobierno que para cierto sector es dictadura como gobierno militar, como lo hago yo, uno podría caer en la apología de la violencia y eso podría extralimitar el proyecto de ley. Esto tiene que quedar muy bien zanjado, porque si no termina siendo una ley mordaza no solamente para el que piensa distinto políticamente, sino que también para el que piensa distinto religiosamente. Porque aquí se da muchas veces que se pone un título con el que nadie puede no estar de acuerdo, pero la bajada del título, al articulado de ese proyecto de ley, incluye una cantidad de conceptos que no corresponden al titular.

O sea usted consideraría que al menos la idea de legislar sobre el asunto es valiosa…

Lo que pasa es que todas las ideas, por ejemplo, cuando se plantea la educación gratuita y de calidad, pueden ser valiosas ¿Quién podría estar en contra si es que el país tuviera todos los recursos y hubiera superado la pobreza? ¿Quién podría estar en contra de un aumento de impuestos si eso se dirigiera específicamente a mejorar la educación? ¿Quién podría estar en contra de una ley que defienda los derechos del niño? Pero una cosa es el titular o el eslogan que se usa y otra es la bajada que se establece en el proyecto de ley y eso es lo que siempre hemos discutido.

Todo esto está entrelazado con la proyección de su movimiento político ¿Hacia dónde se encamina?

Estamos generando un movimiento político social, que ya lleva bastantes personas que han adherido a través de la web www.kast.cl. De aquí a mediados de abril ya tendremos un nombre para este movimiento, que no necesariamente terminará en un partido político. Esto puede ser un movimiento social que influya en las políticas públicas, que es lo que de verdad nos interesa. Que se realicen con criterio siempre mirando el bienestar de las personas y no de los funcionarios que las lleven adelante. Eso va avanzando, claramente queremos que lo que se generó en la campaña presidencial no quede como un mero hito. A mí me encantaría participar de nuevo en una elección presidencial, pero para eso debo tener vida, salud y apoyo de la gente. Por ahora lo que queremos es influir en las políticas públicas a través de redes sociales, de acciones concretas, de debates públicos como los que hemos intentado llevar adelante.

Escucha la entrevista completa acá:

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