Mucho se ha prometido en torno al cambio del sistema, en concreto, durante la administración de Michelle Bachelet no se logró avanzar en ningún cambio que beneficie a los cotizantes. Hoy, con otro gobierno en frente, la coordinadora detrás del movimiento ciudadano se organiza para recomenzar su lucha. El objetivo se mantiene: lograr instalar en Chile un sistema de pensiones que beneficie a los chilenos y no a las grandes corporaciones que utilizan este dinero como activos para realizar sus inversiones.
Entrevistado por Patricio López en Radio y Diario Universidad de Chile, Luis Mesina, vocero de No+AFP, explicó las estrategias diseñadas para este nuevo ciclo político, contexto nacional que les preocupa -sobre todo- por los anuncios hechos sobre el “acuerdo nacional” para las pensiones: “Estas llamadas siempre generan dudas, sobre todo, desde el movimiento social. Tenemos largas experiencias que avalan las dudas. Esto supone juntar a determinados sectores representantes de las élites de nuestro país como partidos políticos, hoy en crisis, empresarios que han cometido grandes faltas en materia -por ejemplo- de corrupción. De esto se trata cuando se convoca a un acuerdo nacional”.
Una de las cosas que No+AFP ha señalado a las nuevas autoridades es que -en ese contexto- lo lógico es que como movimiento la sociedad chilena esté también sentada en la mesa: “Nos parece ilógico que las AFP estén sentadas ahí. Ellos son nuestras mandatarias, nosotros somos los dueños de la plata. Cómo puede ser que el mandatario se venga en contra del mandante. Este país está invertido, fuera de foco”.
Entre sus preocupaciones está la forma en la que se va a trabajar por arreglar las pensiones de los chilenos ¿Es esa una preocupación, el foco del gobierno?, preguntó Mesina. “Si es así, debemos concurrir a esa mesa quienes tengan una propuesta y nosotros la tenemos”. El proyecto de la coordinadora, calculado al 2100 es gradual y busca incrementar las contribuciones, haciéndose cargo de los cambios demográficos que el país va a experimentar en las próximas décadas. Además, el proyecto rebajaría el gasto público, entregando recursos al Estado para otros proyectos”.
En la conversación, Mesina explicó que hoy estamos en un momento crucial: “Si no hacemos cambios estructurales, en quince años todos vamos a tener pensiones indignas, por debajo del ingreso mínimo”. ¿Por qué?
Los números actuales son lapidarios. Por ejemplo, las mujeres pensionadas lograron -en promedio- en enero una pensión de 94 mil pesos. “La mediana de las mujeres que pudieron autofinanciar su pensión es de 27 mil 192 pesos”, dijo Mesina.
Según datos de la Superintendencia de Pensiones en el país 38 mil mujeres están hoy en edad de jubilar, en promedio, estás pensiones no aspirarán a más de 82 mil pesos. “¿Qué tiene que hacer esa gente?, la única solución que hoy tienen es golpear las puertas del Estado para que les entregue una pensión solidaria que no sube en más de 10 mil pesos extras. Esto es lo que ofrece este sistema a las personas”.
Las cifras dan cabida a la propuesta de la organización: “Nosotros queremos recuperar el sistema de seguridad social, esta es una conquista de la humanidad y que, en Chile, la tuvimos. Es importante porque era considerada como un derecho inalienable, irrenunciable e intransable. Esta seguridad debe estar basada en la solidaridad. El trabajador más afortunado en este sistema capitalista debe destinar una porción mayor de humanidad para contribuir a personas que han sido menos afortunadas en la vida”.
Mucho se ha prometido en torno al cambio del sistema, en concreto, durante la administración de Michelle Bachelet no se logró avanzar en ningún cambio que beneficie a los cotizantes. Hoy, con otro gobierno en frente, la coordinadora detrás del movimiento ciudadano se organiza para recomenzar su lucha. El objetivo se mantiene: lograr instalar en Chile un sistema de pensiones que beneficie a los chilenos y no a las grandes corporaciones que utilizan este dinero como activos para realizar sus inversiones.
Entrevistado por Patricio López en Radio y Diario Universidad de Chile, Luis Mesina, vocero de No+AFP, explicó las estrategias diseñadas para este nuevo ciclo político, contexto nacional que les preocupa -sobre todo- por los anuncios hechos sobre el “acuerdo nacional” para las pensiones: “Estas llamadas siempre generan dudas, sobre todo, desde el movimiento social. Tenemos largas experiencias que avalan las dudas. Esto supone juntar a determinados sectores representantes de las élites de nuestro país como partidos políticos, hoy en crisis, empresarios que han cometido grandes faltas en materia -por ejemplo- de corrupción. De esto se trata cuando se convoca a un acuerdo nacional”.
Una de las cosas que No+AFP ha señalado a las nuevas autoridades es que -en ese contexto- lo lógico es que como movimiento la sociedad chilena esté también sentada en la mesa: “Nos parece ilógico que las AFP estén sentadas ahí. Ellos son nuestras mandatarias, nosotros somos los dueños de la plata. Cómo puede ser que el mandatario se venga en contra del mandante. Este país está invertido, fuera de foco”.
Entre sus preocupaciones está la forma en la que se va a trabajar por arreglar las pensiones de los chilenos ¿Es esa una preocupación, el foco del gobierno?, preguntó Mesina. “Si es así, debemos concurrir a esa mesa quienes tengan una propuesta y nosotros la tenemos”. El proyecto de la coordinadora, calculado al 2100 es gradual y busca incrementar las contribuciones, haciéndose cargo de los cambios demográficos que el país va a experimentar en las próximas décadas. Además, el proyecto rebajaría el gasto público, entregando recursos al Estado para otros proyectos”.
En la conversación, Mesina explicó que hoy estamos en un momento crucial: “Si no hacemos cambios estructurales, en quince años todos vamos a tener pensiones indignas, por debajo del ingreso mínimo”. ¿Por qué?
Los números actuales son lapidarios. Por ejemplo, las mujeres pensionadas lograron -en promedio- en enero una pensión de 94 mil pesos. “La mediana de las mujeres que pudieron autofinanciar su pensión es de 27 mil 192 pesos”, dijo Mesina.
Según datos de la Superintendencia de Pensiones en el país 38 mil mujeres están hoy en edad de jubilar, en promedio, estás pensiones no aspirarán a más de 82 mil pesos. “¿Qué tiene que hacer esa gente?, la única solución que hoy tienen es golpear las puertas del Estado para que les entregue una pensión solidaria que no sube en más de 10 mil pesos extras. Esto es lo que ofrece este sistema a las personas”.
Las cifras dan cabida a la propuesta de la organización: “Nosotros queremos recuperar el sistema de seguridad social, esta es una conquista de la humanidad y que, en Chile, la tuvimos. Es importante porque era considerada como un derecho inalienable, irrenunciable e intransable. Esta seguridad debe estar basada en la solidaridad. El trabajador más afortunado en este sistema capitalista debe destinar una porción mayor de humanidad para contribuir a personas que han sido menos afortunadas en la vida”.
Mucho se ha prometido en torno al cambio del sistema, en concreto, durante la administración de Michelle Bachelet no se logró avanzar en ningún cambio que beneficie a los cotizantes. Hoy, con otro gobierno en frente, la coordinadora detrás del movimiento ciudadano se organiza para recomenzar su lucha. El objetivo se mantiene: lograr instalar en Chile un sistema de pensiones que beneficie a los chilenos y no a las grandes corporaciones que utilizan este dinero como activos para realizar sus inversiones.
Entrevistado por Patricio López en Radio y Diario Universidad de Chile, Luis Mesina, vocero de No+AFP, explicó las estrategias diseñadas para este nuevo ciclo político, contexto nacional que les preocupa -sobre todo- por los anuncios hechos sobre el “acuerdo nacional” para las pensiones: “Estas llamadas siempre generan dudas, sobre todo, desde el movimiento social. Tenemos largas experiencias que avalan las dudas. Esto supone juntar a determinados sectores representantes de las élites de nuestro país como partidos políticos, hoy en crisis, empresarios que han cometido grandes faltas en materia -por ejemplo- de corrupción. De esto se trata cuando se convoca a un acuerdo nacional”.
Una de las cosas que No+AFP ha señalado a las nuevas autoridades es que -en ese contexto- lo lógico es que como movimiento la sociedad chilena esté también sentada en la mesa: “Nos parece ilógico que las AFP estén sentadas ahí. Ellos son nuestras mandatarias, nosotros somos los dueños de la plata. Cómo puede ser que el mandatario se venga en contra del mandante. Este país está invertido, fuera de foco”.
Entre sus preocupaciones está la forma en la que se va a trabajar por arreglar las pensiones de los chilenos ¿Es esa una preocupación, el foco del gobierno?, preguntó Mesina. “Si es así, debemos concurrir a esa mesa quienes tengan una propuesta y nosotros la tenemos”. El proyecto de la coordinadora, calculado al 2100 es gradual y busca incrementar las contribuciones, haciéndose cargo de los cambios demográficos que el país va a experimentar en las próximas décadas. Además, el proyecto rebajaría el gasto público, entregando recursos al Estado para otros proyectos”.
En la conversación, Mesina explicó que hoy estamos en un momento crucial: “Si no hacemos cambios estructurales, en quince años todos vamos a tener pensiones indignas, por debajo del ingreso mínimo”. ¿Por qué?
Los números actuales son lapidarios. Por ejemplo, las mujeres pensionadas lograron -en promedio- en enero una pensión de 94 mil pesos. “La mediana de las mujeres que pudieron autofinanciar su pensión es de 27 mil 192 pesos”, dijo Mesina.
Según datos de la Superintendencia de Pensiones en el país 38 mil mujeres están hoy en edad de jubilar, en promedio, estás pensiones no aspirarán a más de 82 mil pesos. “¿Qué tiene que hacer esa gente?, la única solución que hoy tienen es golpear las puertas del Estado para que les entregue una pensión solidaria que no sube en más de 10 mil pesos extras. Esto es lo que ofrece este sistema a las personas”.
Las cifras dan cabida a la propuesta de la organización: “Nosotros queremos recuperar el sistema de seguridad social, esta es una conquista de la humanidad y que, en Chile, la tuvimos. Es importante porque era considerada como un derecho inalienable, irrenunciable e intransable. Esta seguridad debe estar basada en la solidaridad. El trabajador más afortunado en este sistema capitalista debe destinar una porción mayor de humanidad para contribuir a personas que han sido menos afortunadas en la vida”.
