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Año XVI, 24 de abril de 2024


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Director TECHO: Hay que atender el por qué de los campamentos

Con el propósito de combatir la exclusión construyendo ciudades justas y sostenibles, este 5 y 6 de mayo TECHO-Chile llevará a cabo un catastro llamado "Mapa del Derecho a la Ciudad". En él explorará territorios que presentan vulneraciones al derecho a una vivienda adecuada. Sebastián Bowen, director ejecutivo de la fundación, da cuenta de la necesidad de un estudio de estas características.

Martín Espinoza C

  Martes 1 de mayo 2018 14:20 hrs. 
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En Chile cada año son alrededor de 1 mil 900 las familias que aumentan la cifra de habitantes en campamentos. Los altos precios de los arriendos generan condiciones que obligan a cientos de miles de personas a habitar lugares que ofrecen ínfimas condiciones de dignidad en términos de vivienda.

La carencia de servicios básicos (como agua, luz o alcantarillado), la escasa conectividad de los lugares en los que se instalan y el hacinamiento son solo algunas de las condiciones con las que muchas familias deben lidiar.

Se trata del déficit habitacional en el que vive Chile, un problema del que pocos han intentado hacerse cargo. La mala planificación de las ciudades y la poca perspectiva a largo plazo de ciertas políticas habitacionales y urbanísticas han ofrecido un terreno fértil para que la población viva en condiciones precarias de habitabilidad.

A raíz de eso, este 5 y 6 de mayo, la fundación TECHO-Chile llevará a cabo el “Mapa del Derecho a la Ciudad”. En cuatro regiones de Chile, en 637 diferentes territorios y movilizando a más de 1 mil voluntarios intentarán conocer, descifrar y constatar las condiciones en las que viven decenas de comunidades de campamentos, sitos, conventillos y barrios. Sebastián Bowen, director ejecutivo de la organización, explica los motivos del estudio.

¿Cuál es el diagnóstico que empuja a TECHO a hacer un catastro como este?

Techo históricamente siempre ha trabajado en los campamentos. En este proceso, el esfuerzo ha estado principalmente puesto en terminar con los campamentos, en un aspecto de erradicarlos. Sin embargo, en 2011 en chile habían 27 mil familias en campamentos. De esas 27 mil, aproximadamente 7 mil lograron salir, pero al mismo tiempo han ingresado 20 mil familias. Tal vez el foco que hemos puesto en la tasa de salida ha estado bien, pero si no ponemos el mismo foco o aún más fuerte en la tasa de entrada a los campamentos, no vamos a terminar nunca con ellos. La causa del problema está asociada a una ciudad segregada, injusta, una ciudad que no garantiza el derecho a una vivienda adecuada. Por eso es importante atender las causas que generan los campamentos y no solo el querer terminar ellos, que es el síntoma.

¿Cuál vendría siendo la enfermedad?

La enfermedad es el hacinamiento, los arriendos abusivos, la inseguridad y la violencia de ciertos barrios. Todas esas son las razones que llevan a una familia a vivir en campamento, por lo tanto trabajar por los campamentos no es distinto a trabajar por la ciudad justa, por eso el paso que tenemos que dar es poder identificar dónde se está vulnerando ese derecho a la vivienda adecuada. Esa es la razón que da origen al primer mapa por el derecho a la ciudad.

¿En qué consiste el catastro?

Son distintas fases. La primera la hemos estado elaborando a través de un trabajo mucho más de escritorio, agarrando información de la CASEN, de otras bases de datos y georreferenciar ciertos territorios en donde se conjuguen distintas cosas que para nosotros son importantes. Una primera característica es población vulnerable. Sabemos que las personas excluidas habitacionalmente también están relacionadas con otro tipo de exclusión: educacional, ingresos, etc… El primer elemento fue identificar esos territorios. El segundo es identificar territorios que tengan algún nivel de hacinamiento. La segunda etapa es conocer esos territorios, que es lo que vamos a hacer en este catastro. Conversaremos también otras variables, como materialidad de los hogares, acceso a los servicios y otras cosas. Luego viene la tercera etapa, en la que hacemos una encuesta más en profundidad, para entender las dinámicas que se dan en estos lugares en donde se vulnera el derecho a la vivienda y cruzarlo con otras variables: acceso a equipamientos básicos, a servicios privados, localización…

¿Qué criterios se usaron para definir las regiones que se eligieron?

Entendemos que había que hacer un mapa del derecho a la ciudad en todas las ciudades de Chile, pero había que partir por alguna parte. Es importante mencionar también que el aumento de los campamentos se da principalmente en el norte, donde Antofagasta es muy importante. Y otro lugar donde el aumento ha sido muy importante ha sido en la zona central. Valparaíso tiene un 25 por ciento del total de familias viviendo en campamentos en Chile. Santiago también ha aumentado y el gran Concepción también…

¿Qué tipo de soluciones podrían ayudar en la dirección de una ciudad más justa?

Es súper importante la integración. Tenemos ciudades súper segregadas, no solo desde un punto de vista de los equipamientos, que es algo que pasa de forma constante, sino también incluso en expectativas de vida. La Pintana tiene siete años de diferencia en ese índice con Vitacura, Las Condes. Entonces uno piensa que hay una diferencia en el acceso a servicios no solo de cantidad, sino también de calidad. Ese es un primer elemento: poder construir ciudades con una distribución de los servicios públicos y privados más equitativa. Por otro lado, hablar de una ciudad con una mayor cohesión social. Cuando tienes una ciudad en la que hay gente de un determinado sector está yendo solo al mismo espacio educativo, laboral, social, y no se encuentra con otro tipo de personas, eso genera un distanciamiento y un desconocimiento. Hay un elemento de integración. Otro elemento son las comunidades organizadas. En TECHO tenemos una agenda de trabajo para su fortalecimiento y organización, para que ellos efectivamente puedan autogestionarse. Finalmente, la vivienda. Es súper importante que ls viviendas se construyan en lugares bien localizados: que las viviendas sociales no sean solo una casa en la periferia lejos de los servicios, sino que sean viviendas que tengan plusvalía.

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