Camila Montecinos: “Chile renuncia gravemente a su soberanía en el TLC con Uruguay”

La dirigenta de Chile Mejor sin TLC se refirió a la discusión que este martes sostendrá la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado en torno al Tratado de Libre Comercio (TLC) con Uruguay, pacto que despierta profundas críticas en ambos países por entregar soberanía a empresas extranjeras en desmedro de los Estados.

La dirigenta de Chile Mejor sin TLC se refirió a la discusión que este martes sostendrá la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado en torno al Tratado de Libre Comercio (TLC) con Uruguay, pacto que despierta profundas críticas en ambos países por entregar soberanía a empresas extranjeras en desmedro de los Estados.

Este martes, se discutirá en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado el Tratado de Libre Comercio con Uruguay, que ha pasado a segundo trámite constitucional luego de que el 19 de abril pasado fuera aprobado por la Cámara de Diputados con 79 votos a favor y solo dos en contra.

Este TLC fue suscrito en Montevideo el 4 de octubre del 2016 entre ambas naciones sudamericanas y, desde entonces, ha sorteado críticas y cuestionamientos de diversos actores y organizaciones sociales, tanto en Uruguay como en Chile.

Desde nuestro país, un actor preponderante en la resistencia a este tipo de tratados es la plataforma Chile mejor sin TLC, precisamente, con una de sus dirigentes, Camila Montecinos, el editor general de Radio Universidad de Chile, Patricio López, conversó durante el noticiero Radioanálisis.

La también miembro de la organización internacional Grain, criticó la forma en que se ha tratado de imponer el TLC, pues aseguró que ha sido negociado en secreto, privando de información a la población y a los propios legisladores que deben votar el acuerdo.

“El problema con respecto a la forma de este tratado, es que ha sido negociado en secreto, sin información incluso para los miembros del parlamento, y por otro lado no ha habido ninguna discusión pública y realmente informada acerca de las implicaciones de este tratado y eso nos parece una situación profundamente antidemocrática, y que hay que resolver antes de llegar a votación”.

Quienes participan en el activismo en contra de los TLC, tienen entre sus principales argumentos la pérdida de soberanía de los Estados que los firman en beneficio de empresas privadas y extranjeras que pueden, incluso, acudir a tribunales para demandar a un Estado si este no satisface sus pretensiones económicas. Así lo explicó Montecinos:

“Chile, a través de este tratado, hace una renuncia bastante grave a su soberanía, porque permite que el país sea llevado a un sistema de resolución de diferencias que significa ir ante un tribunal privado y extranjero, y Chile acepta que las resoluciones de esos tribunales sean vinculantes, es decir, Chile no tiene posibilidad de apelación una vez que ellos definan un veredicto”.

La especialista en temas agrícolas dijo que otra manera en que el Estado pierde soberanía producto del TLC con Uruguay es debido al artículo 16.2.32, punto en que Chile se compromete a consultar cualquier iniciativa legislativa al Estado y empresas de Uruguay.

“Una segunda forma de renunciar a la soberanía nacional es que todo proyecto de ley que pase por el parlamento debe ser consultado con el Estado uruguayo y con las empresas uruguayas en términos de cuál es la opinión que ellos tienen al respecto, y esas opiniones deben ser tomadas en cuenta, es decir, que es un tratado que les está dando la posibilidad de participar en la definición de políticas nacionales a un gobierno extranjero, a empresas extranjeras, siendo que ese es un derecho que nosotros, como chilenos, no tenemos”.

En cuanto a los TLC actuales, Camila Montecinos afirmó que desde ya hace un tiempo traspasaron la barrera de lo meramente comercial y del intercambio que se proponían en un comienzo, para ser hoy, más que nada, tratados que protegen y dan garantía a los inversores extranjeros.

“Hoy, los tratados son tratados de garantía a la inversión, es decir, se garantiza a todo inversionista extranjero, que va a tener todas las ventajas y privilegios posibles para que aumenten sus ganancias, y no solo eso, sino que, además, se les garantizan las ganancias, esto es, si un inversor no consigue las ganancias que pensaba conseguir, puede demandar al país por no darle todas las facilidades necesarias. Este es el centro del tratado: la garantía a la inversión, a las ganancias, a los inversores.

Quien forma parte de la organización Grain también se refirió a las muchas referencias que el TLC con Uruguay hace de otros tratados y acuerdos comerciales internacionales, por tanto, al estudiar este tratado, deben sumarse a sus casi 250 páginas, miles de páginas que corresponden a los demás pactos firmados anteriormente.

Uno de los puntos que las autoridades resaltaron al firmar el TLC en 2016, fue que promovería la igualdad de género, sin embargo, Camila Montecinos aseguró que son solo palabras lindas, pero no hay nada que sea vinculante, por tanto, una obligación.

Por todo esto, desde la Plataforma Chile Mejor sin TLC reiteraron el llamado a estudiar en qué consiste el acuerdo, para votar a conciencia sobre una política estatal que influirá sí o sí en el devenir diario de la población de ambos países involucrados.

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