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Año XVI, 23 de abril de 2024


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El camino secreto de Fiscalía para lograr condena en el caso Lara

Seis jóvenes fueron condenados por la muerte del funcionario municipal de Valparaíso, Eduardo Lara Tapia, pero los mecanismos utilizados por el Ministerio Público sembraron dudas respecto de la principal prueba: un informe de inteligencia que cambió completamente la dirección de la indagatoria. Radio Universidad de Chile tuvo acceso exclusivo a una de las pruebas que no fue presentada por Fiscalía de manera formal: un vídeo de Carabineros infiltrados en la marcha de esa jornada.

N. Figueroa y N. Massai

  Miércoles 11 de julio 2018 12:55 hrs. 
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Dos días después, el 23 de mayo de 2016, llegó a Valparaíso el mayor Raúl Mandiola, jefe del OS-9 de Santiago. Desde la jerarquía de Carabineros se había determinado que el siniestro se trataba de un hecho de alta connotación, por lo que sumaron parte del equipo capitalino al de los uniformados que ya se encontraban a cargo del tema, miembros de la división regional.

Conformaron, así, un equipo especial que superó las 30 personas. “No es habitual tener esta cantidad de recursos humanos en una investigación”, diría tiempo después Mandiola en su declaración como testigo ante el Tribunal Oral en lo Penal (TOP) de Valparaíso.

Lo que observó el mayor en esa esquina porteña fue lo que apareció en todos los medios de comunicación durante esa semana: un sector negro de tanto fuego, en medio de una manifestación por la Cuenta Pública.

Al mismo tiempo que Mandiola respiraba el olor del carbón impregnado en las calles de Valparaíso, se realizaba el velorio de Eduardo Lara Tapia, el funcionario público que ese 21 de mayo de 2016 hacía guardia en dependencias del Concejo Municipal, ubicado en la construcción dañada.

Él murió producto de una intoxicación aguda de monóxido de carbono, luego de que un encapuchado lanzara una bomba molotov al interior de un local de Farmacias Ahumada, localizado en el primer nivel. Un hecho subversivo de estas características no tenía otra salida. La orden era investigar.

El Informe 76: un salvavidas para la Fiscalía

Hasta mediados de junio de 2016 –cuando todavía no se presentaban querellas por la muerte de Eduardo Lara– los principales sospechosos que se manejaban en la investigación interna de Carabineros no tenían nada que ver con los actuales condenados: Miguel Ángel Varela, Felipe Ríos, Constanza Gutiérrez, Hugo Barraza, Nicolás Bayer y Rodrigo Araya.

Así quedó registrado en distintos informes firmados por la actual capitana y entonces jefa del OS-9 en Valparaíso, Tatiana Castillo. En el último de ellos, de fecha 13 de junio, aparecían otros sujetos de interés que habían sido arrojados por un proceso denominado por Carabineros como “minería de datos”.

De acuerdo a lo que se había indagado hasta esa etapa, los análisis realizados identificaban a otras tres personas –cuyos apellidos llevaban las iniciales V.C., J.M. y M.V. – como posibles responsables de los hechos. Precisamente, esta fue una pregunta formulada a Castillo por el defensor Franco Lemos durante el juicio oral. Lemos quería conocer el momento exacto en que habían surgido los nombres de los hoy culpables.

–Antes del 13 de junio, en los informes que usted firmó no aparece ninguna de estas seis personas, ¿cierto? – cuestionó.

–Sí, no aparecen –respondió la uniformada.

La respuesta no fue azarosa para la defensa. Más bien puso en primer plano el mecanismo utilizado por la parte querellante para llegar a esta nueva baraja de sospechosos, lo que comenzó a gestarse el 7 de junio de 2016, dos semanas después del incendio.

Ese día, la capitana Tatiana Castillo recibió un llamado de la Fiscalía Nacional, desde donde le confirmaron la recepción de un documento elaborado por la Jefatura de Inteligencia Policial (JIPOL), de la Policía de Investigaciones (PDI). Se trataba del Informe secreto n°76, que resultaría una pieza clave para el Ministerio Público a la hora avanzar en las etapas del juicio. Desde un principio, el órgano persecutor planteó que podría asegurar el éxito de la investigación.

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