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Embajadora de Nicaragua: “No se puede ser sandinista y pedir apoyo a Estados Unidos”

Mientras el conflicto en el país centroamericano recrudece, la oposición ha citado a una nueva movilización. "No abandonaremos las calles porque las calles son del pueblo", expresa un comunicado del Consejo Superior de la Empresa Privada antiguo aliado del sandinismo y uno de los grandes motores de la huelga general del mes pasado.

Tania González

  Jueves 12 de julio 2018 14:10 hrs. 
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El aumento de muertos y la falta de diálogo nacional en Nicaragua fueron temas de conversación en la reunión del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA). En la instancia, el embajador estadounidense, Carlos Trujillo, indicó que el gobierno de Daniel Ortega mata a la población para garantizar su poder.

En este contexto, la embajadora de Nicaragua en Chile, María Luisa Robleto, en conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, sostuvo que la grave crisis en su país se debe a que agentes externos, con colaboración de sectores políticos, reformularon la Ley de Seguro Social y aumentaron la cotización para las pensiones, medida que impactó a la población y produjo las protestas masivas.

“Fundamentalmente fue una medida mal explicada porque a quienes menos afectaban los aumentos era a los cotizantes y trabajadores, pero se hizo un ardid comunicacional pretendiendo que los que más sufrirían los aumentos eran los beneficiarios del sistema. Después de esa manipulación surgió la protesta y eso sorpresivamente encendió la pradera en todo el país, cuando la situación nacional estaba en calma”, dijo.

La diplomática señaló que la reforma al sistema de pensiones anunciada por el gobierno del presidente sandinista Daniel Ortega, fue una excusa esperada largamente por sectores desafectos al gobierno que han tenido muy poco éxito electoral y que son la disidencia de nuestro partido frente sandinista de Liberación Nacional. “Tienen una estrategia internacional validada y respaldada por medios de comunicación internacional, por lo tanto esto estaba listo para instalar lo que llamamos ‘golpe suave'”, manifestó María Luisa Robleto.

“En los primeros cinco días hubo manifestaciones y se tomaron universidades, primero las universidades privadas y después empezaron las tomas de las calles, con barricadas. Se dijo que eran estudiantes desarmados que pedían la renuncia del Presidente, pero en realidad fueron estudiantes hasta el tercer día, porque a partir de entonces se infiltró la delincuencia común. Se tiene conocimiento que también se contrató a las maras del norte de Centro América, incluso se capturó a una banda que estuvo operando en dos ciudades importantes y que  pasaron de poner barricadas en Managua, a tomar ciudades y cerrar el paso. Los ciudadanos tuvieron que caminar a sus trabajos porque el transporte público no funcionaba, la gente estaba atrapada en las ciudades”, añadió.

La embajadora comentó que quienes renunciaron a la bandera del sandinismo en 1994 y formaron su propio partido, como por ejemplo Sergio Ramírez, quien no han logrado obtener más del seis por ciento de la elección popular, aún cuando tienen imagen internacional y se vinculan con personajes destacados en la literatura y el arte, como Gioconda Belli y el sacerdote Ernesto Cardenal.

“Nadie discute el derecho a disentir de una corriente del frente sandinista que lideraba el comandante Daniel Ortega en ese entonces. Ellos fundaron su partido, pero el eco que han tenido en Nicaragua ha sido muy pobre. Creo que la estrategia y la tentación del poder ha sido muy grande y definitivamente se  aliaron con la derecha para hacer este ardid en contra del gobierno. Esto no es democrático, es el manual de golpe aquí y en cualquier lado, o sea participar de sanciones económicas al gobierno, antes que el presidente asumiera  su tercer periodo, ir a los Estados Unidos y pedirle al Congreso de allá con congresistas específico como Marcos Rubio a Ileana Ros, que sabemos la corriente que representan y su acción en contra de Cuba. Ellos sin pudor ejercieron acciones para crear una ley que se llama NICA Act que imponía sanciones a Nicaragua”, enfatizó la representante del gobierno de Ortega.El 12 de junio, el Congreso norteamericano aprobó la “Nicaraguan Investment Conditionality 2017”, conocida como Nica Act, que pasará próximamente al en el Senado. Su objetivo es que todos los préstamos que realice Nicaragua ante los organismos financieros internacionales sean votados en contra por Estados Unidos, a menos que el gobierno de Ortega tome medidas para el restablecimiento de la democracia y la realización de elecciones libres, justas y transparentes.

La embajadora de Nicaragua en Chile fue clara al expresar la inconsistencia que, según ella, representa el proclamarse sandinista y trabajar conjuntamente con Estados Unidos, porque ello va en contra de todo lo propugnado por Sandino y sus ideales antimperialistas. “No se puede ser sandinista y pedir apoyo a los Estados Unidos, a los sectores más reaccionarios del partido republicano además es lo más contraproducente que puede existir”, puntualizó Robleto.

Los 86 días de protestas han dejado al menos 264 personas muertas, de acuerdo al catastro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Consultada al respecto, María Luisa Robleto indicó que los enfrentamientos y los muertos  se deben principalmente al accionar de sospechosos,  de francotiradores  e infiltrados en las manifestaciones y que la policía ha debido actuar, en momentos de asedio, contra quienes están armados.

Para este viernes la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia ha convocado a un paro nacional de labores durante 24 horas, con el objetivo de exigir a Ortega que adelante las elecciones. El gobierno, por su parte, hizo un llamado a los trabajadores del Estado y a sus simpatizantes a conmemorar el 39 aniversario del llamado repliegue táctico a Masaya a través de una marcha hacia esa ciudad nicaragüense.

“En Nicaragua hemos tenido el accionar de sospechosos,  de francotiradores  e infiltrados en las manifestaciones. También la policía ha debido actuar en  momentos de asedio, prácticamente en estado de linchamiento, contra personas armadas. Además en las tomas de las ciudades, la población se ha armado y lo ha hecho para defenderse por la campaña de secuestros, torturas y asesinatos de ciudadanos sandinista. En Nicaragua manejar un arma es parte de la cultura popular y no es que seamos guerreros, sino que existe  una tradición con las armas. Ha habido enfrentamientos entre quienes se toman las ciudades y quienes viven  en ellas que defienden su derecho a circular, a no perder su trabajo a defenderse de la toma de la ciudad. No se puede negar que ha habido intervención de agentes del estado, porque existe la obligación de resguardar la seguridad pública”.

La embajadora pidió ayuda internacional para que se logre una solución pacífica en Nicaragua y enfatizó en que “los más de 200 muertos son de distintos sectores y en su mayoría pro gobierno”.

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