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Energías limpias se abrirán paso a partir de 2024 en Chile

Durante el gobierno de Michelle Bachelet se experimentó un robustecimiento de la matriz de producción energética y, para este año, se proyecta un desarrollo en la distribución. Según los expertos, el Estado debería ingresar al mercado de la energía como un privado y de esa forma dejar su rol pasivo en esta línea de desarrollo que podría marcar el futuro de Chile.

Francisco Velásquez

  Lunes 30 de julio 2018 19:49 hrs. 
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El último reporte de la Corporación de Bienes de Capital (CBC), mostró que para el próximo quinquenio, la inversión en energía será mucho más baja que en periodos anteriores. Para este año se considera un stock de inversión de 7.532 millones de dólares, que es la menor suma a cinco años de la serie histórica de la CBC, iniciada en 2008.

La inversión es de un 7,5 por ciento menor a la del periodo anterior, sin embargo, este rubro sigue estando entre los tres sectores más dinámicos. La proyección se hace sobre la base de 114 nuevos proyectos, la menor cifra desde el segundo trimestre.

Humberto Verdejo, director del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Santiago, planteó que la disminución en inversión no responde a un retroceso del mercado, sino que a “la reforma al sector eléctrico que partió por generación años atrás, mientras que el año pasado fue el fortalecimiento de la trasmisión y, ahora, estamos en un proceso donde hay que estudiar la distribución”.

Es así que el académico de la Usach explicó que “en cuanto a generación, se hizo una regulación bastante facilitadora para la penetración de energía renovable no convencional, y eso ha quedado demostrado en los últimos periodos de licitación en los precios de energía que se han ofertado, que tienen un precio histórico que, incluso, son referencia en el extranjero, particularmente con los proyectos solares. Ahora tenemos una matriz robusta en cuanto a generación por la entrada de medios de generación renovables, estos precios de oferta de licitación han sido bajos, pero recién el 2024 entrarán en operación, porque todavía estamos viendo licitaciones que se hicieron con energías más caras como la térmica”.

Esto quiere decir que el retroceso de la producción de energías sucias podría no solo ser un beneficio socio- ambiental, sino que además se trasformará en una reducción en el costo de la electricidad para la población, un factor que permite compensar el alto costo que mantienen las empresas eléctricas para los usuarios finales.

El robustecimiento de la matriz energética responde a la demanda que la minería genera constantemente por sus operaciones, la cantidad de producción con la que cuenta nuestro país puede responder sin problemas a dicha necesidad, incluso, hoy cerca del 75 por ciento de la energía eléctrica que se produce es consumida en las regiones de Atacama y Arica, mientras que la región Metropolitana solo necesita un 11 por ciento de la producción total.

Cortes y reemplazo de infraestructura

El pasado domingo se suscitó el corte de energía en cinco comunas de Santiago, lo que dejó sin suministro a cerca de 250 mil personas. Este hecho permite preguntarse si es necesario un recambio en la matriz de distribución de la energía para que ésta sea más estable.

En este sentido, Carlos Finat, director de la asociación chilena de energías renovables planteó que “desde el punto de vista de la generación, Chile cuenta con esos recursos efectivamente desde el punto de vista de la trasmisión y distribución, pero debe revisarse cada cierto tiempo para que se hagan las obras necesarias y así no presentar restricciones o aumento en el costo de la energía”.

Ante esto, el ingeniero eléctrico de la Usach, Humberto Verdejo, expresó que “no es un reemplazo de la infraestructura ya existente lo que se necesita, sino que debe existir un protocolo diferente para la mantención, porque lo que tenemos es que siempre se reacciona después del problema.  Las políticas de mantenimiento de la entidad son las que están fallando y se entiende por la complejidad que tiene la red de distribución. Por otro lado, existe una mala comunicación con los gobiernos locales, los municipios, que son los que tienen mayor conocimiento del territorio, por lo tanto, esa falta de comunicación entre el municipio y la empresa de distribución es lo que ha puesto en jaque a la red de distribución”.

Lo modelos de generación, trasmisión y distribución están dados por la privatización que se le hizo al sistema eléctrico durante la dictadura militar encabezada por Augusto Pinochet, dicha forma privilegia al sector privado mientras que la regulación se hace de forma reactiva, ya que no se cuenta con estudios de largo alcance para plantearse proyecciones como Estado. En este esquema el Estado es solo un ente regulador que propone alternativas.

Sin embargo, Humberto Verdejo dijo que “lo que han intentado hacer los últimos dos gobiernos es generar una proyección de largo plazo para el campo de energía, pero lo mejor sería que el Estado generara una entidad que participara en el sector como una empresa de carácter privado, como lo hace Codelco, Enap y Metro. Si el Estado quiere ser participe, tiene que jugar en las reglas que se establecieron en la época de los 80, con una figura de una empresa que es del Estado, pero que opera en el sistema privado”.

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