Los palestinos, convencidos ya de que Estados Unidos quiere “liquidar” su causa, reaccionaron con ira y miedo este sábado a la decisión estadounidense de poner fin a la financiación de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), cuya ayuda a millones de personas está ahora en juego.
Washington, que hasta el año pasado era de largo el mayor contribuyente de la UNRWA, anunció el viernes que no seguirá contribuyendo a esta “operación irremediablemente sesgada”.
El gobierno del presidente Donald Trump respaldó a Israel en su acusación de que la agencia, con casi 70 años de existencia, perpetúa el conflicto en Oriente Medio manteniendo la idea de que muchos palestinos son refugiados con derecho a regresar a sus hogares en lo que actualmente es Israel, algo a lo que ambos se oponen.
Para los palestinos, el derecho al retorno de los cientos de miles de personas que huyeron o fueron expulsados durante la guerra de 1948, tras la creación del Estado de Israel, es un punto fundamental de su causa.
Este anuncio llega después de que Trump anunciara, en diciembre, el reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel y el recorte de más de 200 millones de dólares en ayuda bilateral para Gaza y la Franja de Gaza.
“Cruel e irresponsable”
Para Hanan Ashwrawi, un alto funcionario palestino, el último gesto de Estados Unidos es “cruel e irresponsable”.
“Los refugiados palestinos ya son víctimas que perdieron sus hogares, sustento y seguridad como resultado de la creación del Estado de Israel”, dijo.
“Una vez más, están siendo víctimas de la administración estadounidense en apoyo de la ocupación militar de Israel durante décadas”.
La UNRWA se enfrenta ahora a la amenaza de cierres en su red de escuelas y centros de salud.
En la Franja de Gaza, donde la mayoría de los niños aprenden en escuelas de la UNRWA, la decisión de Estados Unidos provocó temores sobre el futuro de su educación.
“Si detienen completamente la ayuda, tendrá un gran efecto en nuestros niños”, dijo Abu Mohamed Huweila, de 40 años, en el campamento de refugiados de Jabalia, en el norte de la Franja de Gaza.
Para Huweila, cuyos nueve hijos asistieron a escuelas de la UNRWA, la decisión es “injusta”.
Otro habitante de Gaza, Hisham Saqallah, de 55 años, dijo que la decisión de Estados Unidos es “chantaje político” que solo aumentará los disturbios.
“No creo que pueda eliminar nuestra causa palestina. Es una causa. Si se detiene la ayuda, la lucha palestina continuará”, dijo.
El portavoz de la UNRWA Chris Gunness dijo que el gesto de Estados Unidos era “muy lamentable” y dijo que la organización intentará compensar el déficit de 217 millones de dólares.
Si no, “la gente se va a ver más desesperada y marginada”, señaló a la AFP, advirtiendo de consecuencias “dramáticas, generalizadas, profundas e impredecibles”.
“Nuevos modelos”
Jordania, uno de los dos países árabes que firmaron un tratado de paz con Israel, ya anunció sus planes para organizar una conferencia de donantes al margen de la Asamblea General de la ONU de septiembre en Nueva York.
Israel saludó la decisión de Trump y acusó a la UNRWA de “perpetuar el conflicto” al mantener el estatuto de refugiados de los palestinos, con derecho a volver a sus tierras.
La Unión Europea pidió por su parte a Washington que reconsidere su “lamentable decisión”.
Hugh Lovatt, analista de Israel y Palestina en el European Council on Foreign Relations, Washington no encontrará mucho apoyo a su búsqueda de modelos de ayuda alternativos.
En su opinión, es un intento de “sacar unilateralmente de la discusión el derecho de los palestinos al retorno”.
Incluso aunque Estados Unidos lograra eliminar la UNRWA y cambiar la definición de los 5,3 millones de refugiados palestinos registrados en todo el mundo, “los refugiados palestinos se mantendrán, y seguirán solicitando su derecho al retorno”.