Al Te Deum católico, y a diferencia del evangélico, sí asistieron la mayoría de las autoridades nacionales, incluyendo los presidentes del Senado y la Cámara de Diputados, Carlos Montes y Maya Fernández, respectivamente.

Sin embargo, ambos Te Deum no se diferenciaron en cuanto a las protestas al exterior de las iglesias. Al igual que en la ceremonia evangélica, en las inmediaciones de la Catedral de Santiago decenas de manifestantes protestaron contra lo que ellos conciben como ideología de género, específicamente, por la aprobación de la Ley de Identidad de Género en la Cámara Baja.

Y si las autoridades estatales hacían notar su presencia al interior de la iglesia, la autoridad dueña de casa, cardenal Ricardo Ezzati, brillaba por su ausencia. El sacerdote se restó de la ceremonia por encontrarse en calidad de imputado en el marco de una investigación por encubrimiento de abusos. En su lugar, el Te Deum fue oficiado por monseñor Juan de la Cruz Suárez.

En la homilía, el sacerdote benedictino Benito Rodríguez, se refirió al difícil momento que vive la Iglesia Católica: “hoy nos toca presidir esta solemne celebración del Te Deum en un momento muy particular, porque estamos pasando por tiempos recios, como decía santa Teresa: nuestra Iglesia de Chile vive un tiempo de purificación, quizás, como nunca antes en su historia”.

Al termino de la ceremonia religiosa, cuando el reloj de aprestaba a marcar las 13:00 horas, el presidente Sebastián Piñera también se refirió a la crisis de la Iglesia, indicando que además de enfrentar la situación, él espera que el catolicismo supere este momento.

“La propia Iglesia sabe mejor que nadie que se equivocó. Hoy está en un acto de purificación, yo espero que la iglesia de nuestro país pueda no solamente enfrentar, sino que superar las historias de abusos”.

El mandatario se refirió, además, a las diversas manifestaciones que se efectuaron tanto en el Te Deum evangélico como en el católico en contra de la Ley de Identidad de Género.

“A los que son creyentes les quiero recordar que todos somos hijos de Dios (…) y merecemos el mismo respeto, y eso fue lo que hizo la Ley de Género”.

Por último, el jefe de Estado llamó a la unidad de los chilenos para no heredar a las futuras generaciones los divisionismos y los odios que, según él, nos separan hoy en día.

“Todos somos chilenos y todos queremos lo mejor para nuestro país”, afirmó.

El ministro del Trabajo y Previsión Social, Nicolás Monckeberg, siguió la línea del mandatario y en sus declaraciones a la prensa también llamó a la unidad de los chilenos.

“Si queremos crecer en justicia, tenemos que reencontrarnos y restablecer las confianzas”, sostuvo.

Quien también tuvo palabras para la crisis de la Iglesia fue el presidente del Senado, Carlos Montes, criticando que los delitos hayan sido catalogados de errores.

“Me parece que hayamos tenido una reflexión de un monje benedictino es novedoso. Planteó una cierta crítica a la situación de la Iglesia. Los calificó de errores, pero también hay delito”, afirmó el militante socialista.

Recordemos que la ceremonia religiosa se realizó solo días después de que el Papa Francisco expulsara a Cristián Precht como sacerdote por abusos sexuales, y a menos de dos semanas de que la Cámara Baja aprobara la Ley de Identidad de Género, medida a la que la Iglesia Católica se opuso.