La tensión entre Chile y Bolivia rebasa con creces los cinco años de presentada la demanda por la nación vecina ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya el pasado 24 de abril del 2013, sin embargo, este capítulo -que terminará por definirse el próximo 1 de octubre- marca un precedente en cuanto a la judicialización del conflicto en organismos internacionales.
Chile, como país miembro del Pacto de Bogotá, debe necesariamente acatar el fallo de los jueces de La Haya, sea a favor o sea adverso, sin embargo, si el resultado no es favorable para nuestro país, en ningún caso éste dictará la entrega de soberanía marítima a Bolivia, pues, en primer lugar, no es lo que pide la nación vecina y, en segundo lugar, La Haya no tiene competencia para aquello.
Es “la obligación de negociar de buena fe” lo que demanda Bolivia, por tanto, si los jueces fallan a su favor, lo que deben hacer las autoridades chilenas es sentarse a conversar con sus pares bolivianos una posible salida soberana al mar de Bolivia, lo que no significa que se le deba otorgar obligadamente.
La demanda del Estado Plurinacional de Bolivia se basa en tres componentes fundamentales:
- La obligación de Chile de negociar de buena fe y efectivamente en orden a alcanzar un acuerdo que otorgue a Bolivia un acceso completamente soberano al Océano Pacífico.
- El objeto de la disputa recae en: (a) la existencia de una obligación, (b) el incumplimiento de dicha obligación por parte de Chile, y (c) el deber de Chile de cumplir con dicha obligación.
- En orden a fundar la existencia de la obligación de negociar y su incumplimiento, Bolivia se refiera a “acuerdos, práctica diplomática y a una serie de declaraciones atribuibles a los más altos representantes de Chile”, la mayor parte de estos eventos tuvieron lugar entre la conclusión del Tratado de Paz de 1904 y 2012.
Fue en marzo que ambas naciones dieron sus argumentos y contrargumentos a favor de sus respectivas posturas; casi siete meses después, los jueces darán su resolución.
Por lo mismo, ambos gobiernos ya se encuentran en los preparativos correspondientes de cara a los posibles escenarios que puedan presentarse el esperado primero de octubre.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera explicó cuáles son las tres opciones que los jueces de la Corte pueden resolver:
“Esencialmente hay tres grandes posibilidades, una, es que rechace de plano la petición boliviana, otra, es que acepte de plano la petición boliviana, y una solución intermedia es que inste, convoque, invite a las partes a negociar de buena fe, y eso puede ser sin un resultado predeterminado o con un resultado predeterminado”.
Por su parte, el ex presidente Eduardo Frei, quien se reunió a primera hora de este martes con Sebastián Piñera y Ricardo Lagos para evaluar el tema, destacó la tranquilidad con que se espera el fallo tomando en cuenta los acuerdos internacionales.
“Si falla en derecho, estamos tranquilos, y por eso esperamos este fallo con tranquilidad. Otras veces hemos dicho también que no queremos mucha imaginación, aquí sí se respetan los tratados internacionales, ha sido la norma jurídica de Chile. Chile siempre ha respetado la norma internacional y, por lo tanto, estamos tranquilos si el fallo se atiene a estos acuerdos internacionales”.
Si a primera hora Sebastián Piñera se reunió con los ex presidentes de Chile, pasadas las 10 de la mañana el Mandatario sostuvo un encuentro con representantes de los partidos políticos del país, incluyendo a colectividades del Frente Amplio y al Partido Comunista.
El timonel del PPD y ex canciller de Michelle Bachelet, Heraldo Muñoz, sostuvo a la salida del encuentro desarrollado en La Moneda que nuestro país siempre ha tenido disposición al diálogo
“Chile siempre ha estado dispuesto a conversar y dialogar con Bolivia y, por tanto, cualquier decisión de la Corte que implique el pedirla a las partes que se pongan a conversar es consistente con lo que ha sido la política tradicional de nuestro país, y sería, de hecho, un respaldo a la postura que Chile ha tenido durante más de un siglo de conversar en el marco del respeto al Tratado de 1904 que estableció de manera perpetua las fronteras entre los dos países”.
Quien sí fue tajante con respecto al Pacto de Bogotá, fue el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, Pablo Vidal, quien, en conversación con nuestro medio, dijo que, por ningún motivo, sea el fallo que fuere, Chile debe abandonar la instancia, creada en 1948 por la mayoría de los países de América.
“Nosotros tenemos como país serio y responsable, que acatar el fallo que salga de la Corte Internacional de Justicia sea cual sea este y que en ningún caso, independiente del fallo que conozcamos, Chile puede condicionar su permanencia en el Pacto de Bogotá, porque esta ha sido una sobre reacción irresponsable, es decir, si me gusta el fallo me quedo y si no me gusta el fallo me retiro, creo que no corresponde al serio actuar que Chile tiene en materia internacional”.
Desde la nación vecina, se muestran tremendamente confiados en que la demanda será validada por los jueces competentes, de hecho, el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, criticó el comportamiento de las autoridades chilenas y sostuvo que se llevarán una derrota desde La Haya.
“Insultando no se gana nada, amenazando no se gana nada, haciendo burla no se gana nada, entrometerse en asuntos internos de nuestra vida no se gana nada, lo que hace más bien es mostrar un conjunto de debilidades y una pérdida de horizonte y discurso unificado por parte de una diplomacia que vivirá en los siguientes días otra gran derrota”.
Son 15 los jueces de La Haya que decidirán el resultado de la demanda, 14 de ellos ya fallaron a favor de Bolivia cuando en el 2015 se definió la competencia de la Corte para el caso.