Luego de 15 meses como Presidente de Ecuador, Lenín Moreno, ha dado un giro político sustancial a su país, alejándose del ideario de revolución ciudadana plasmado en sus propuestas de campaña y dejando de lado el plan de gobierno que le permitió llegar a la presidencia.
El presidente socialista hoy es cuestionado por entregar la economía de su país a la derecha empresarial y por dejar parte importante de la seguridad nacional en manos del Comando Sur de Estados Unidos, a través de amplios convenios de cooperación en materia de inteligencia militar.
Se le acusa de traicionar a su electorado dadas las reiteradas muestras de interés por concretar un Tratado de Libre Comercio con el gobierno de Donald Trump y algunos auguran que su ideología terminará sometiéndose a las posturas radicales que han aflorado en América Latina en el último tiempo.
Un viraje político que no ha estado exento de polémicas, algunas de ellas como consecuencia de la constante intención de sacar de la esfera institucional a todo lo relacionado con el ex mandatario, Rafael Correa, de quien otrora Moreno fungiera como su hombre de confianza.
Expertos apuntan a la enemistad con países latinoamericanos y a la dependencia económica como los principales factores que impulsan el giro político en Ecuador, lo que para algunos es el fiel reflejo de los ideales que está perdiendo la administración Moreno.
El doctor en derecho de la Universidad de Buenos Aires, Javier Echaide, explicó a Radio Universidad de Chile que la dependencia económica es consecuencia de la constante necesidad de obtener financiamiento externo para llevar a cabo sus políticas públicas.
“En principio, Ecuador está condicionado fuertemente en materia económica. También tiene que ver con el cambio de giro en la región. El condicionamiento tiene que ver mucho con financiamientos provenientes del extranjero. Es una economía pequeña la de Ecuador, entonces tiene que adaptarse a los cambios a nivel regional”, dijo.
El experto justifica que Moreno intente adaptarse a una tendencia que avanza moderadamente en Sudamérica y que está dejando rezagados a los gobiernos de corte izquierdista.
Según Echaide, al menos la mitad de aquellos gobiernos han transitado a líderes más conservadores, limitando las posibilidades de países pequeños, como Ecuador, de planear una integración, en momentos en que la mayoría de las naciones debe competir por financiamiento externo.
En cuanto al alejamiento de Moreno de su plan de gobierno, Echaide estimó que el mandatario busca reposicionar a Ecuador dentro de la región. Si bien el discurso del gobernante se condice con su antecesor, al momento de asumir es él quien decide cómo concretarlas, aunque eso implique replantear las formas para hacerlo.
Walter Sánchez, académico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, pone el énfasis en el profundo distanciamiento entre Moreno y Correa, además de la presión ciudadana para avanzar hacia un gobierno más de centro derecha.
“El cambio se debe a varias razones. Primero, se han ido enemistando las relaciones y se han ido profundizando las distancias entre Correa y Moreno. Se han ido encontrando con una situación económica mucho más complicada que la que parecía. El tema de la corrupción es un tejido nefasto para la popularidad del anterior presidente y, además, hay un tema de presión popular para dar un giro en una posición más de centro, centro derecha”, señaló.
Para Sánchez, el viraje político de Ecuador se acentúa al ver episodios como la reciente polémica suscitada tras la expulsión de la embajadora de Venezuela en Ecuador, Carol Delgado Arria, tras comentarios de funcionarios venezolanos en contra del Presidente Moreno. Y la consecuente expulsión de la encargada de negocios de Ecuador en Venezuela, Elizabeth Méndez, a modo de represalia.
Consecuencias
En relación a las posibles consecuencias que este giro podría generar en Sudamérica, el experto cree que el conflicto más directo ocurrirá con Venezuela, sobre todo porque Ecuador avanza hacia el endurecimiento de sus políticas migratorias, lo que se podría replicar temerosamente en toda la región.
En el plano interno, Sánchez piensa que Ecuador intenta aumentar las posibilidades de apertura en materia de inversiones y comercio hacia el exterior, en pos de las necesidades económicas y las exigencias del empresariado más radical.
Una visión diferente es la que ofrece César Ross, director del doctorado en Estudios Americanos de la Universidad de Santiago, quien apuntó a que Moreno ha mantenido su discurso basado en los principios que estaban en el ideario del ex presidente Correa, pero siguiendo un camino alejado de la práctica tradicional. Sobre todo, luego del destape de los episodios de corrupción vinculados al caso Odebrecht.
“Había un discurso oficial acerca de cómo debía ser la política, que no es distinto al discurso oficial y a la práctica que hoy vemos en el Presidente Moreno, no necesariamente hay un cambio de eso, hay una continuidad. Ese es un aspecto central, porque parte del éxito político de correa en Ecuador, y de la imagen positiva en el exterior, tiene que ver con ese discurso”, precisó .
Contrario a la apreciación ciudadana, Ross no cree que el giro político en Ecuador tenga una influencia importante en Sudamérica. Para él, el caso ecuatoriano debiera ser más una referencia de observación desde el punto de vista académico y no así desde lo político.