Miles de personas llegaron el martes en Rio de Janeiro a los Arcos da Lapa en el centro de la ciudad, una explanada icónica y espacio referencial de la ciudad carioca. El motivo fue una manifestación de apoyo al candidato del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad, que buscaba con el acto ir a disputar en esa urbe los votos al ultraderechista Jair Bolsonaro.
Y es que es precisamente en Rio de Janeiro donde se verificó un importante apoyo al ex militar incluyendo sectores pobres arrinconados en las favelas que se empinan en las laderas de los cerros que miran hacia uno de los centros urbanos más importantes de América Latina.
Por eso Haddad llegó hasta el lugar junto a su compañera de fórmula para la vicepresidencia, Manuela D’Ávila, en una actividad que se extendió por cerca de seis horas y que fue convocada por intelectuales, importantes académicos y artistas, entre ellos Caetano Veloso y Chico Buarque.
La manifestación denominada “Ato da Virada” (“Acto del Cambio”), sirvió también para celebrar el aumento en un dos por ciento de las preferencias en la última encuesta dada a conocer por la empresa Ibope. “Él comienza a caer, yo comienzo a subir y la esperanza comienza a crecer”, sostuvo Haddad.
Luego, el representante del PT apuntó directamente a Bolsonaro y su estrategia que está dirigida a prometer restricciones y mano dura desde el día uno en caso de ganar la presidencia del país.
“Él no transmite seguridad, no transmite respeto. Él lleva 28 años vomitando odio contra las personas. De él no sale nada que no sea lo peor del ser humano”, subrayó Haddad.
Pero el repunte resulta marginal para las aspiraciones de doblar la mano al capitán retirado que a pesar de la baja de dos puntos porcentuales que evidenció la misma encuesta, aún se mantiene sobre el 50 por ciento. De hecho, Ibope le otorga 57 puntos, algo que parece irremontable.
Fuera de cualquier pronóstico y ante los propios militantes del PT que asistieron al acto del martes, el rapero Mano Brown dijo estar convencido que dar vuelta los pronósticos es prácticamente imposible.
“Me represento a mí mismo, no voy a representar a nadie más”, comenzó la intervención del artista reconocido especialmente en las barriadas más pobres de Rio. “No me gusta este clima de fiesta. No tenemos motivos para celebrar. Son casi 30 millones de votos los que tenemos que alcanzar ahí. No tenemos ninguna expectativa, ninguna, de alcanzar, de disminuir esa marca. No soy pesimista: soy realista”, indicó Brown.
El discurso lo hizo a pesar que en algunos momentos los militantes del PT lanzaron algunos silbidos de reprobación por sus críticas al partido fundado por Lula. Detrás suyo el propio Haddad y D’Ávila lo observaban en silencio frente a la inesperada diatriba.
El medio digital brasileño Carta Capital destacó que el rapero desde hace meses viene criticando ampliamente el avance de Bolsonaro en los sectores más pobres del país y en particular de Rio de Janeiro, lo que en parte fue permitido por el abandono del PT del trabajo en las calles y en las bases, espacio que ocupó la ultraderecha con un discurso de políticas severas contra la delincuencia y el narcotráfico, ambos problemas que afectan al país más grande de la región.
Este miércoles Haddad salió a enfrentar esa sensación de derrota anticipada señalando que aún quedan millones de brasileños que se sumen a su campaña para derrotar a Bolsonaro y sus propuestas que llevarán al ajuste y el retroceso de los trabajadores y la población. Muchos esperan que sus emplazamientos logren revertir la tendencia aunque las encuestas – y Mano Brown- señalen lo contrario de cara a la segunda vuelta del próximo domingo 28 de octubre.
Miles de personas llegaron el martes en Rio de Janeiro a los Arcos da Lapa en el centro de la ciudad, una explanada icónica y espacio referencial de la ciudad carioca. El motivo fue una manifestación de apoyo al candidato del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad, que buscaba con el acto ir a disputar en esa urbe los votos al ultraderechista Jair Bolsonaro.
Y es que es precisamente en Rio de Janeiro donde se verificó un importante apoyo al ex militar incluyendo sectores pobres arrinconados en las favelas que se empinan en las laderas de los cerros que miran hacia uno de los centros urbanos más importantes de América Latina.
Por eso Haddad llegó hasta el lugar junto a su compañera de fórmula para la vicepresidencia, Manuela D’Ávila, en una actividad que se extendió por cerca de seis horas y que fue convocada por intelectuales, importantes académicos y artistas, entre ellos Caetano Veloso y Chico Buarque.
La manifestación denominada “Ato da Virada” (“Acto del Cambio”), sirvió también para celebrar el aumento en un dos por ciento de las preferencias en la última encuesta dada a conocer por la empresa Ibope. “Él comienza a caer, yo comienzo a subir y la esperanza comienza a crecer”, sostuvo Haddad.
Luego, el representante del PT apuntó directamente a Bolsonaro y su estrategia que está dirigida a prometer restricciones y mano dura desde el día uno en caso de ganar la presidencia del país.
“Él no transmite seguridad, no transmite respeto. Él lleva 28 años vomitando odio contra las personas. De él no sale nada que no sea lo peor del ser humano”, subrayó Haddad.
Pero el repunte resulta marginal para las aspiraciones de doblar la mano al capitán retirado que a pesar de la baja de dos puntos porcentuales que evidenció la misma encuesta, aún se mantiene sobre el 50 por ciento. De hecho, Ibope le otorga 57 puntos, algo que parece irremontable.
Fuera de cualquier pronóstico y ante los propios militantes del PT que asistieron al acto del martes, el rapero Mano Brown dijo estar convencido que dar vuelta los pronósticos es prácticamente imposible.
“Me represento a mí mismo, no voy a representar a nadie más”, comenzó la intervención del artista reconocido especialmente en las barriadas más pobres de Rio. “No me gusta este clima de fiesta. No tenemos motivos para celebrar. Son casi 30 millones de votos los que tenemos que alcanzar ahí. No tenemos ninguna expectativa, ninguna, de alcanzar, de disminuir esa marca. No soy pesimista: soy realista”, indicó Brown.
El discurso lo hizo a pesar que en algunos momentos los militantes del PT lanzaron algunos silbidos de reprobación por sus críticas al partido fundado por Lula. Detrás suyo el propio Haddad y D’Ávila lo observaban en silencio frente a la inesperada diatriba.
El medio digital brasileño Carta Capital destacó que el rapero desde hace meses viene criticando ampliamente el avance de Bolsonaro en los sectores más pobres del país y en particular de Rio de Janeiro, lo que en parte fue permitido por el abandono del PT del trabajo en las calles y en las bases, espacio que ocupó la ultraderecha con un discurso de políticas severas contra la delincuencia y el narcotráfico, ambos problemas que afectan al país más grande de la región.
Este miércoles Haddad salió a enfrentar esa sensación de derrota anticipada señalando que aún quedan millones de brasileños que se sumen a su campaña para derrotar a Bolsonaro y sus propuestas que llevarán al ajuste y el retroceso de los trabajadores y la población. Muchos esperan que sus emplazamientos logren revertir la tendencia aunque las encuestas – y Mano Brown- señalen lo contrario de cara a la segunda vuelta del próximo domingo 28 de octubre.
Miles de personas llegaron el martes en Rio de Janeiro a los Arcos da Lapa en el centro de la ciudad, una explanada icónica y espacio referencial de la ciudad carioca. El motivo fue una manifestación de apoyo al candidato del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad, que buscaba con el acto ir a disputar en esa urbe los votos al ultraderechista Jair Bolsonaro.
Y es que es precisamente en Rio de Janeiro donde se verificó un importante apoyo al ex militar incluyendo sectores pobres arrinconados en las favelas que se empinan en las laderas de los cerros que miran hacia uno de los centros urbanos más importantes de América Latina.
Por eso Haddad llegó hasta el lugar junto a su compañera de fórmula para la vicepresidencia, Manuela D’Ávila, en una actividad que se extendió por cerca de seis horas y que fue convocada por intelectuales, importantes académicos y artistas, entre ellos Caetano Veloso y Chico Buarque.
La manifestación denominada “Ato da Virada” (“Acto del Cambio”), sirvió también para celebrar el aumento en un dos por ciento de las preferencias en la última encuesta dada a conocer por la empresa Ibope. “Él comienza a caer, yo comienzo a subir y la esperanza comienza a crecer”, sostuvo Haddad.
Luego, el representante del PT apuntó directamente a Bolsonaro y su estrategia que está dirigida a prometer restricciones y mano dura desde el día uno en caso de ganar la presidencia del país.
“Él no transmite seguridad, no transmite respeto. Él lleva 28 años vomitando odio contra las personas. De él no sale nada que no sea lo peor del ser humano”, subrayó Haddad.
Pero el repunte resulta marginal para las aspiraciones de doblar la mano al capitán retirado que a pesar de la baja de dos puntos porcentuales que evidenció la misma encuesta, aún se mantiene sobre el 50 por ciento. De hecho, Ibope le otorga 57 puntos, algo que parece irremontable.
Fuera de cualquier pronóstico y ante los propios militantes del PT que asistieron al acto del martes, el rapero Mano Brown dijo estar convencido que dar vuelta los pronósticos es prácticamente imposible.
“Me represento a mí mismo, no voy a representar a nadie más”, comenzó la intervención del artista reconocido especialmente en las barriadas más pobres de Rio. “No me gusta este clima de fiesta. No tenemos motivos para celebrar. Son casi 30 millones de votos los que tenemos que alcanzar ahí. No tenemos ninguna expectativa, ninguna, de alcanzar, de disminuir esa marca. No soy pesimista: soy realista”, indicó Brown.
El discurso lo hizo a pesar que en algunos momentos los militantes del PT lanzaron algunos silbidos de reprobación por sus críticas al partido fundado por Lula. Detrás suyo el propio Haddad y D’Ávila lo observaban en silencio frente a la inesperada diatriba.
El medio digital brasileño Carta Capital destacó que el rapero desde hace meses viene criticando ampliamente el avance de Bolsonaro en los sectores más pobres del país y en particular de Rio de Janeiro, lo que en parte fue permitido por el abandono del PT del trabajo en las calles y en las bases, espacio que ocupó la ultraderecha con un discurso de políticas severas contra la delincuencia y el narcotráfico, ambos problemas que afectan al país más grande de la región.
Este miércoles Haddad salió a enfrentar esa sensación de derrota anticipada señalando que aún quedan millones de brasileños que se sumen a su campaña para derrotar a Bolsonaro y sus propuestas que llevarán al ajuste y el retroceso de los trabajadores y la población. Muchos esperan que sus emplazamientos logren revertir la tendencia aunque las encuestas – y Mano Brown- señalen lo contrario de cara a la segunda vuelta del próximo domingo 28 de octubre.
