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Inteligencia emocional: ¿Un contenido necesario en los colegios chilenos?

La agrupación Relaciones Inteligentes comenzó una campaña de recolección de firmas con el fin de poder ingresar al Ministerio de Educación una propuesta de modificación curricular a la educación chilena para que se incluya la inteligencia emocional. Una propuesta que cuenta con más de 10 mil firmas pero que para expertos en educación de la Universidad de Chile no es la mejor idea para educar emocionalmente a los estudiantes.

Andrea Bustos C.

  Domingo 2 de diciembre 2018 10:04 hrs. 
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Bajo el slogan de “Queremos revolucionar la educación desde el corazón”, la organización Relaciones Inteligentes busca realizar una reforma a las bases curriculares del proceso de educación de enseñanza chilena en los niveles de párvulos, básica y media.

En concreto la iniciativa consiste en “revolucionar la educación desde el corazón. Transformar las bases curriculares de la enseñanza parvulario, básica y media para incluir la inteligencia emocional en todo el ciclo escolar. Porque está científicamente comprobado que la Inteligencia Emocional aporta un 80% de los factores determinantes de una vida saludable, exitosa y feliz”, según indican en su página web.

La psicóloga Constanza del Rosario, directora ejecutiva y co-fundadora de Relaciones Inteligentes, señaló que quieren que el “desarrollo integral” que indica la Ley General de Educación se cumpla, y para garantizarlo “creemos que la inteligencia emocional debiese ser educada a través de los años escolares porque es el momento en que podemos darles las herramientas a todos los que asisten para poder alentar su desarrollo integral”.

La idea del proyecto es poder integrar estos contenidos en la asignatura de Orientación, pero reformándola y enfocándola en la inteligencia emocional, a través de un nuevo ramo llamado “Desarrollo socioemocional”, el que se quiere tenga al menos una hora pedagógica semanal y sea evaluado a través de cuestionarios, escalas, autoinformes, tareas de ejecución y la observación externa del profesor a cargo.

Constanza del Rosario dijo que “integrar la inteligencia emocional en el curriculum escolar es fundamental para el desarrollo socioemocional de los alumnos y también para su rendimiento académico porque las emociones son las que determinan qué, cuándo, cómo y por qué aprendemos y cuándo aplicamos ese conocimiento, pero también son las emociones las que están determinando nuestras conductas porque movilizan acciones”.

Para recibir apoyo en su idea, desde la agrupación han iniciado una campaña para recolectar firmas y poder presentar durante el próximo año el proyecto al Ministerio de Educación.

Sin embargo, para el director ejecutivo del Observatorio Chileno de Políticas Educativas de la Universidad de Chile, Rodrigo Cornejo, ésta no es una buena idea, pues puede generar diversos problemas en el sistema educación y además no se hace cargo de un problema colectivo.

“Es cierto que las emociones han sido dejadas en un segundo plano en los colegios, pero no solo en los colegios también en la vida cotidiana, en los trabajos, se ha construido una sociedad muy dura, ahora hay que tener mucho cuidado con miradas ingenuas de las emociones”, explicó.

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El psicólogo señaló que entre los problemas que presentan ideas de este tipo es pensar que las carencias y desgastes emocionales de los establecimientos se solucionan con intervenciones individuales: “Si uno quiere ambientes más amables en los colegios hay que tomar políticas sociales, como por ejemplo dejar de presionar a los colegios con el Simce, si están presionados no hay cambios para el intercambio emocional, para el vínculo”.

Además, Rodrigo Cornejo aseveró que el peligro de estas iniciativas es el control emocional.

“Hay que tener cuidado con confundir desarrollo emocional, expresión emocional, con control emocional, con que en manos de psicólogos este decirle a la gente lo que está bien o no sentir, maquetear a las personas. Es un mecanismo de control y dominación”.

Por su parte, Beatrice Ávalos, Premio Nacional de Educación 2013 y académica del Centro de Investigación Avanzado en Educación de la Universidad de Chile tampoco se manifestó conforme con el proyecto, pues dijo que si bien la inteligencia emocional es un tema importante en la educación reglamentarlo no es el camino correcto.

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“Es una asignatura que va tener un contenido que alguien va decidir y ese no es el tema, el tema es la capacidad que tienen las personas de manejar sus emociones y eso se enseña en todo (…) No es que no sea importante, lo que no es bueno es convertirlo en un contenido”.

Además, Beatrice Ávalos indicó que efectivamente, tal como mencionó Rodrigo Cornejo, se pueden normar los sentimientos al convertir la educación emocional en un contenido curricular, dejando de lado las diferencias propias de cada estudiante en su emocionalidad.  “Si entiendes que son distintos puedes hacer el desarrollo”, afirmó.

En esa línea, dijo que lo ideal sería formar a los profesores para que puedan realizar actividades dentro de las clases que ya existen, sin que estas signifiquen una evaluación, y así permitan el desarrollo integral de los estudiantes.

“Solucionar problemas con la creación de asignaturas recarga el curriculum. Es un tema importante, pero hay que manejarlo a través de los profesores y en las horas que existen”, indicó.

 

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