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Chalecos amarillos: las protestas que plantearon un dilema para el gobierno de Macron

Los chalecos amarillos, un movimiento que nació en la red social Facebook, han sido protagonistas las últimas semanas por tomar las calles de varias ciudades francesas, en protesta al impuesto ecológico al combustible que estableció el gobierno francés, cuyo sello de campaña fue justamente el poner en práctica políticas públicas para enfrentar los efectos del cambio climático.

Gabriela Medina

  Miércoles 12 de diciembre 2018 11:21 hrs. 
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El sábado 8 de diciembre de 2018 se cumplieron 573 días desde que Emmanuel Macron asumió la presidencia de Francia. Ese día París fue un campo de batalla por tratarse del cuarto fin de semana de protestas llevadas a cabo por los chalecos amarillos.

Este movimiento que nació en la red social Facebook, ha sido protagonista las últimas semanas por tomar las calles de varias ciudades francesas, en protesta al impuesto ecológico que impuso el gobierno de Macron el que aumentaba el precio al combustible con la finalidad de bajar las emisiones de CO2. Lo violento de las manifestaciones y el caos que ha reinado en París llevó a que el presidente francés, que había liderado la lucha por la implementación de políticas públicas para frenar los efectos del cambio climático, cediera a las demandas de los chalecos amarillos y, en ese sentido, eliminó el impuesto ecológico.

Al parecer, la decisión del Ejecutivo vino muy tarde. Las protestas no pararon y da la impresión que los chalecos amarillos no piensan retroceder. El impuesto ecológico sólo fue una razón más que alimentó la ira acumulada en la población a reformas y recortes en el sector público que está afectando a la clase media francesa y parece que Macron, en sus 573 días en el poder, no calculó el costo político y social en su Gobierno.

En este contexto, ¿cómo puede Francia hacer su aporte a la lucha en contra el cambio climático, sin afectar el estilo de vida de sus ciudadanos? Claramente para Macron la estabilidad de su gobierno es prioridad y los anuncios hechos el 10 de diciembre como aumento del salario mínimo, bonificación para los trabajadores a fin de año y eliminación del impuestos a los pensionados, además de no mencionar ninguna nueva medida para bajar las emisiones de CO2, dan a entender que la lucha en contra del cambio climático, en estas circunstancias, queda en segundo plano.

Estado bienestar versus cambio climático

“El malestar es acumulativo y se desbordó con este impuesto pero no es el tema central del malestar que se vive en Francia”, explicó el analista internacional Raúl Sohr.

Lo ocurrido en Francia plantea un dilema dentro de la lucha en contra del cambio climático: ¿están los ciudadanos dispuestos a pagar el costo de transición a un estilo de vida más verde?

“En cualquier lugar del mundo, bajar las emisiones puede tener costos para la población”, afirmó Sohr. El analista agregó el presidente francés cree que las cosas hubieran sidos menos duras si el país tuviera una política de urbanización coherente con la utilización mínima de transporte privado.

Por su parte, el politólogo francés y académico del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Antoine Maillet, no considera que el cambio climático sea prioridad de este Presidente. “No es cierto que Macron ha centrado su política en la ecología. Ha dado algunas señales tímidas en relación a este tema. Se enfrentó a Donald Trump cuando Estados Unidos renunció al Acuerdo de París pero en la práctica no ha hecho una política ecologista, su centro ha estado en generar un modelo económico neoliberal en Francia”.

Sobre los costos que puede traer la lucha en contra el cambio climático el académico piensa que es la disyuntiva actual de muchos gobernantes. “Ahora, ¿sí se puede hacer una transición ecológica sin que haya un costo para la población?, es el gran dilema, el cómo hacer esa transición, quién debería pagar esos costos, es necesariamente costosa esta transición son las preguntas que los actuales políticos deben resolver. De seguro hay un camino más igualitario que el que ha tomado Macron ahora”.

El futuro de los chalecos amarillos

A pesar de las concesiones hechas por Macron, los chalecos amarillos decidieron seguir protestando por cuarta semana y después de los anuncios del lunes 10 de diciembre el descontento en el movimiento parece seguir.

“Se trata de un gobierno acorralado que tuvo que reaccionar, pero si ahora vemos la reacción de los chalecos amarillos vemos que ellos están muy decepcionados. No es un pequeño aumento del sueldo mínimo o una desfiscalización de primas de fin de año las que van a responder a la urgencia social que ya está desplegada y que está movilizándose de manera bastante importante. Al contrario, va a consolidarse esta imagen de Macron separado del país real”, dijo a Radio France International el politólogo, Franck Gauidichaud, de la Universidad de Grenoble.

El objetivo final de los chalecos amarillos para los expertos no es claro y eso se debe a su falta de organización. “Como no tienes un liderazgo claramente definido, es muy difícil saber quién es vocero por el movimiento; por el lado de la izquierda, Mélenchon ha tratado de asumir cierto protagonismo, y por la derecha Marine Le Pen, pero el movimiento no se ha definido en un sentido u otro. Los pedidos que ellos hacen son inaceptables para el Gobierno ya que ellos piden la renuncia de Macron”, indicó Shor.

Para Maillet el análisis que se puede hacer de estas protestas es que la falta de articulación del movimiento no los ayuda y ve difícil que se convierta en una fuerza política, entendida de forma tradicional. “El final es bastante incierto, yo no me atrevería a pronosticar cómo va a terminar pero da la impresión de que el movimiento ahora va a entrar en una fase de cierta bajada, pero queda por ver”.

Lo que el politólogo francés percibe parece cumplirse. Según, una encuesta publicada por Le Figaro, después de las medidas anunciados por el presidente Macron, el apoyo de los ciudadanos a los chalecos amarillos retrocede 12 por ciento, cayendo del 66 por ciento al 54 por ciento con respecto al pasado 22 de noviembre.

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