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Coordenadas para entender el Brexit, el gran dolor de cabeza del gobierno británico

La principal controversia respecto de la salida del Reino Unido de la Unión Europea es la situación de Irlanda del Norte, país que hace 20 años firmó un acuerdo de paz luego de tres décadas de conflicto armado interno.

Camilo Villa J.

  Miércoles 12 de diciembre 2018 18:27 hrs. 
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Pareciera que la primera ministra británica, Theresa May, se encuentra en un callejón sin salida. No solo es atacada por la oposición, sino también por los parlamentarios de su propia colectividad, el Partido Conservador.

¿La razón? el Brexit. Pues el venidero 29 de marzo, Reino Unido debe concretar su salida de la Unión Europea (UE), sin embargo, aún no hay acuerdo para hacerlo. Y es que el lunes recién pasado, la mandataria británica decidió cancelar la votación parlamentaria para aprobar o no la negociación con la comunidad continental, temiendo un casi seguro fracaso que la hubiese dejado en una posición extremadamente delicada.

La apuesta de May es abandonar la UE de manera paulatina, sin embargo, no hay acuerdo entre la comunidad política de Gran Bretaña sobre el cómo del proceso, generando debates y polémicas que, lejos de llegar a buen puerto, parecieran dejar al país y su gobierno al borde del naufragio.

¿Por qué se ha llegado a este punto? ¿Cuál es el debate? ¿En qué consiste el Brexit? Radio Universidad de Chile te lo explica.

El término Brexit es la abreviatura en ingles de “Salida de Gran Bretaña”: Britain (Gran Bretaña) y exit (salida).

El primero de enero de 1973 Reino Unido se unió al bloque de la UE, sin embargo, 43 años después, los británicos decidieron abandonar la comunidad a través de un plebiscito.

“¿Debería el Reino Unido seguir siendo miembro de la Unión Europea?” fue la pregunta formulada aquel 23 de junio del 2016 a los británicos: 17.410.742 respondieron que sí, frente a 16.577.342 que contestaron negativamente.

La consulta no era vinculante, por tanto, no es obligatorio respetar el resultado, en otras palabras, el gobierno británico puede desentenderse del Brexit y seguir como si nada pasó. El problema, según dijo a nuestro medio la directora del Programa de Estudios Europeos de la Universidad de Concepción, Paulina Astroza, es que aquello traería un costo político irreparable para las actuales autoridades.

“Si bien no era un referéndum obligatorio y no es vinculante, políticamente hay una decisión cuando se hizo el referéndum, y acá viene el costo político que Theresa May no sé si está dispuesta a asumir, que es, uno, seguir para que se apruebe este acuerdo de salida, que en definitiva los partidarios del Brexit duro dicen ´no, si la gente votó por salirse, y con este acuerdo de salida estamos manteniendo un periodo de transición con unión aduanera y con otros tipos de acuerdos aun con la Unión Europea, no votamos eso’ dicen ellos. Ahora, si se hace un segundo referéndum o si Theresa May decide revocar el Brexit, otros dicen “eso es ir en contra del resultado del Referéndum”.

El principal argumento que utilizaron los grupos ultranacionalistas para retirarse de la UE es el tema migratorio. Pues aseguraban que la gran cantidad de migrantes en Reino Unido perjudicaba a la soberanía nacional.

Además, se esgrimían temas económicos, culturales y sociales, a través de una gran campaña mediática que se caracterizó por deformar la realidad mediante informaciones falsas, conocidas como fake news.

El resultado de la votación desembocó en la renuncia del entonces primer ministro, David Cameron, quedando en su lugar la actual autoridad, Theresa May.

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Theresa May, primera ministra británica.

Es ella quien ha debido negociar la desvinculación de la UE, que contempla un periodo de transición que se extendería hasta el 31 de diciembre de 2020, durante el cual no habría cambios relevantes en la relación entre Reino Unido y la UE. También se define el dinero que debe pagar Reino Unido a la UE para honrar los compromisos adquiridos como miembro del bloque: 50.000 millones de dólares.

Los anteriores son puntos polémicos que hacen peligrar su aprobación en el parlamento –por eso May suspendió la votación-, sin embargo, ningún apartado es más controvertido que la situación incierta que se tendrá con Irlanda.

¿Qué pasa con Irlanda?

A fines de la década del sesenta, comenzó un conflicto armado al interior de Irlanda del Norte, país perteneciente al Reino Unido. Por un lado estaban quienes se querían independizar de la monarquía y por otro, los que preferían seguir bajo su soberanía.

Los enfrentamientos cobraron miles de muertos en un periodo que se alargó por tres décadas. El 10 de abril de 1998 se firmó el Acuerdo de Viernes Santo, con el que se comprometía la paz en aquella región, pero no solo eso, sino que también permitió la ausencia de frontera física entre Irlanda del Norte e Irlanda, países que comparten la misma isla.

Y es esta ausencia de barrera tangible el foco de la controversia. Pues, los ciudadanos pueden cruzar entre las dos Irlanda sin pasar por ningún control, además, la venta de bienes y servicios se realiza con pocas restricciones, dado que ambos permanecen en el mercado común europeo y en la unión aduanera.

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Con el Brexit, Irlanda del Norte –al pertenecer al Reino Unido- deja de ser de la UE, por lo tanto, se debiesen instalar fronteras y límites comerciales con su vecina del sur, algo que va en contra del Acuerdo de Paz firmado en 1998.

La experta en estudios europeos, Paulina Astroza, sostuvo que una eventual disposición de fronteras en la zona, puede avivar tensiones en la región que, aún, no desaparecen del todo.

“Ahí no hay frontera física y, al mismo tiempo, como el Reino Unido -que incluye a Irlanda del Norte- forma parte de la Unión Europea y específicamente el mercado único, eso significa que entre las dos Irlanda, aparte de no haber frontera física, para efectos del mercado único tampoco hay fronteras, en el fondo es un solo mercado, es como si fuera un solo lugar. Pero con el Brexit, y el Brexit duro, o sea sin acuerdo, significa que inmediatamente habría que emplear frontera física y al mismo tiempo, el Reino Unido pasaría a ser un tercer Estado en relación a la Unión Europea, o sea, Irlanda del Norte pasaría a ser un tercer Estado en relación a Irlanda del Sur, y eso complica muchísimo las cosas, y eso es lo que temen los europeos: que vuelvan las tensiones a Irlanda del Norte”.

En ese sentido, la Comisión Conjunta Norte-Sur de Irlanda llamó a los políticos de Gran Bretaña a “reflexionar sobre sus responsabilidades”.

Si bien hay propuestas para que Irlanda del Norte se mantenga en un pacto de Unión Aduanera, esta opción es rechazada por los políticos más conservadores de Gran Bretaña, pues significaría un trato diferenciado para aquella región del Reino.

Para parlamentarios, incluso cercanos a Theresa May, la propuesta diferenciada para Irlanda del Norte es inviable, pues violaría la integridad territorial y acabaría sometiendo a la nación a las reglas de la UE y no del Reino Unido.

Autogol al futbol inglés

Los efectos del Brexit se sentirán hasta en uno de los campeonatos futbolísticos más atrayentes del mundo: la Premier League.

“Si la libre circulación de personas termina va a ser complicado conseguir futbolistas jóvenes de talento, ya que el Gobierno pondrá condiciones más restrictivas para conseguir visados”, sostuvo Mike Garlick, presidente del Burnley Football Club, en agosto de este año.

En ese sentido, el dirigente dijo que “el camino destructivo que ha tomado el Gobierno sobre el Brexit va a tener un efecto muy negativo en todos los equipos del país. Va a hacer que la desigualdad que existe ahora en la Premier League sea todavía mayor.

En la actualidad, los futbolistas europeos pueden jugar sin restricciones en el Reino Unido gracias al acuerdo de libre circulación de personas, sin embargo, si el Brexit se concreta, los futbolistas provenientes del resto de países europeos deberán presentar los documentos y requisitos necesarios para poder trabajar en el país, permiso que podría dárseles o no.

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