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El legado del monstruo: un homenaje a Frankenstein y al terror actual

El libro, antologado por Jesús Diamantino, recoge 15 relatos que nos permiten ubicar al monstruo, a Frankenstein de Mary Shelley, doscientos años después. Un arquetipo del terror narrado en voces actuales: ¿Cuáles son nuestros miedos, hoy?, este libro invita a realizar una revisión por el género con sus permanencias y mutaciones.

Paula Campos

  Sábado 22 de diciembre 2018 14:37 hrs. 
el legado

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Frankenstein o el Moderno Prometeo cumple doscientos años. Sin embargo, al comparar este con muchas otras novelas de la época, su vigencia se mantiene hasta la actualidad. Revisionado, llevado al cine, al teatro y leído, una y otra vez, el libro de la británica Mary Shelley se ha convertido en uno de los íconos del terror, mismo pedestal que ocupa Drácula de Bram Stoker.

A dos siglos de la novela, Jesús Diamantino, investigador del género, académico y escritor nos permite nuevamente visitar y homenajear a este mítico personaje y los miedos que despertó. El legado del monstruo de editorial Zig-Zag reúne quince narraciones de terror elaboradas por tan diversos autores como Pablo Illanes, Álvaro Bizama, Patricia Esteban Erlés, Carolina Mellys, Jorge Baradit y el propio Diamantino, que retornan a la vida al clásico de Shelley.

¿Cómo vemos a Frankenstein hoy?, ¿cómo “el monstruo” creado por la británica persiste en la actualidad?, ¿cuáles de nuestros miedos provienen de esos arquetipos de terror construidos hace siglos?, ¿a qué le tememos hoy?, son parte de las preguntas que nos responde su antologador.

Jesús, ¿cómo nace El legado del monstruo?

Siempre quise hacer un homenaje a Frankenstein y, finalmente, se dio la oportunidad con editorial Zig-Zag y Camila Domínguez, su editora general. Decidimos invitar a los autores cuyo único pie forzado era escribir un cuento en homenaje al universo de Frankenstein, no necesariamente a la novela de Mary Shelley. Ellos podían expandirla, tomando como referencia el cine o sus adaptaciones.

Independiente de la línea que decidieran tomar, busqué que revisionaran, hoy en día, el arquetipo del monstruo, su figura desde los parámetros contemporáneos. Es decir, cómo se está viviendo el terror hoy en día y cómo ellos lo observan.

¿Cómo crees tú que ha ido variando el terror en estos doscientos años?

Cuando Mary Shelley publica la novela en 1818, su intención era hacer una nueva novela gótica. Muy consciente, sin embargo, la autora siembra dos arquetipos que continuan inmutables: La figura de Víctor Frankenstein, el médico que, en un afán romántico comienza una lucha por crear vida y termina dando a luz a este hijo que, inmediatamente, rechaza.  Al mismo tiempo, un monstruo que tiene una doble cara: por un lado es súper patético porque todo el mundo lo rechaza, que es marginado y encarna la soledad en sí misma y, causa de todo eso, se transforma en un monstruo maligno que asesina solo para vengarse de su creador.

Entonces, la idea del monstruo creador y el monstruo creado se han convertido en dos arquetipos que se han mantenido en toda la historia de la literatura de terror moderno, tal como ocurre con Drácula. 

Si hacemos un recorrido, hay grandes manifestaciones que han marcado el desarrollo de la figura de Frankenstein. Las constantes revisiones que se hicieron en teatro, cine y las series de televisión. Actualmente, todos los años tenemos una nueva revisión de este monstruo, haciéndolo continuar latente, pero siempre adaptándose a los miedos de cada época.

En ese punto, ¿qué lugar siguen ocupando el miedo a lo desconocido y el miedo a la muerte?

El miedo a la muerte es lo que le da el motor, es el germen de toda ficción de terror. Al no saber qué hay después de la muerte, surgen los imaginarios como el fantasma, el vampiro… todas estas criaturas que emergen de esta dimensión desconocida.

Frankenstein también es la manifestación de la inquietud frente a lo desconocido. No solo qué hay después de la muerte sino, por ejemplo, qué pasaría si el hombre interrumpe el ciclo natural de la vida. En ese punto, esta obra es también muy predictiva con los avances de la clonación, cirugías plásticas, extensión artificial de la vida, etc. Podríamos pensar que Mary Shelley tuvo una visión del futuro.

A través de estas construcciones artísticas ¿se logra distinguir la producción o los miedos de los hemisferios sur o del norte?. ¿Tenemos en el sur nuestro propio desarrollo paralelo a estos miedos importados?

Es una pregunta muy potente que todavía está en debate. Yo la he intentado responder en todos mis trabajos académicos. ¿Cuál es el terror que se vive en estas latitudes?, pero la respuesta no es tan clara. Chile, a diferencia de Argentina, no tiene una tradición en el género. Recién desde el siglo XXI están apareciendo los destellos del terror, transformándose en un panorama súper amplio.

Por mucho tiempo, Latinoamérica estuvo a los márgenes de esta literatura y, cuando nace, nace con miedos extranjeros. Es decir, gran parte de nuestros miedos son importados desde Estados Unidos. Eso, hoy, está cambiando, porque hay una plena consciencia, por ejemplo, de a qué le teme el chileno a diferencia de otros latinoamericanos.

Nosotros le tememos a recordar. Tenemos una fractura con la memoria y, me da la impresión, que son muy pocos los creadores que se atreven a manifestar esa fractura a través de este género sin copiar moldes extranjeros. En el cine Lucio Rojas con Trauma, o Pablo Illanes, quien abre el libro con su cuento Plan de Navidad y que es una pieza que nos habla del duelo no resuelto, de aquellos cuerpos que no están y la necesidad de restituirlos en una sociedad que vive de apariencias.

Desde 1818 hasta acá, ¿cómo ha evolucionado el rol de la mujer en la escritura de terror?

No podemos obviar que detrás de Frankenstein hay una visión de mundo muy revolucionaria a la del campo masculino de la época. Ahora, es necesario aclarar que ella no es la primera escritora que incursiona en el terror. Es la más importante, pero ya habían escritoras góticas experimentando en este tipo de novelas como Ann Radcliffe,  considerada la madre de este género.

Pese a ello, al igual que en toda la escritura, el género del terror siempre ha estado principalmente dominado por lo masculino. Sin embargo, en la actualidad, hay voces que están reelaborando el terror y esas son mujeres. Samantha Schweblin, Mariana Henríquez son las dos grandes escritoras latinoamericanas que están transformando todos los paradigmas del terror, como la monstruosidad en la figura materna, en el hijo o en la infancia.

El legado del monstruo

¿Cómo describes el libro con el que se van a encontrar los lectores?

Como antologador tengo que decir que lo más atractivo que tiene el libro es que no tiene una sola línea. Si es un libro en homenaje nos imaginamos que la mayoría de los relatos se centran en la figura del monstruo, pero no es así. Lo interesante es que hay reinterpretaciones directas y otras muy muy indirectas.

Hay relatos que hablan de la muerte, del crimen, la violencia, perversión, alejándose de la figura seminal, pero que nos muestran formas de terror heredadas con la idea de terminar con el ciclo natural de la vida.

Por otra parte, es una antología que explora diversos géneros porque explora el terror sobrenatural o como la monstruosidad que recae en los humanos. Incluso, hay relatos donde Mary Shelley es quién asume la voz, como el caso del cuento de Tomás Harris que es un relato erótico-terrorífico, una suerte de triangulo muy interesante y perverso.

¿Cómo se hizo la selección de los autores?

Las invitaciones las hice directamente, principalmente a escritores que admiro mucho y que ya habían trabajado el género del terror. La idea, también, era reunir a gente que fuera aficionada, admiradora, de esta estética.

En tu rol de autor, ¿cómo construyes el cuento La Quimera?, ¿desde dónde revisiones al monstruo?

Quise retratar la relación simbólica, literaria y extraliteraria, que tuvo Mary Shelley con su criatura y con su hijo.

Este cuento surge por una noticia terrible de un secuestro en Estados Unidos donde, finalmente, encuentran el cuerpo de este niño años después. Me quedé con esta idea que me perturbó mucho y quise pensar cómo sería o qué pasaría si este secuestrador en realidad fuera Víctor Frankenstein y sus secuestrados, personas con las que quiere experimentar científicamente.

Jugué mucho con la idea de La novia de Frankenstein, con el cine y con la cultura popular. El cuento La Quimera, también, está basado en un episodio que se llama La angustia del alquimista de una serie llamada Fundamental Alchemist, cuyo capítulo también se alimenta de Frankenstein.

¿A través de qué libros podríamos hacer un camino para ir descubriendo el terror en la literatura? 

Más que un catálogo y recomendaciones concretas, en el caso de este libro no es necesario haber leído a Mary Shelley para entender los cuentos. Es un libro que funciona muy bien para todos. Son cuentos que funcionan muy bien de forma independiente y sin la necesidad de Frankenstein y que apuntan en un rango súper amplio de edades y de gustos.

Ahora, hay dos novelas que todo interesado en el terror debiera leer: Frankenstein o el Moderno Prometeo y Drácula. Son las dos grandes novelas que forman los arquetipos monstruosos que conocemos hoy día.

Frankenstein, una metáfora de la marginalidad y la soledad, de rechazar lo desconocido y lo que no queremos conocer. Por otro lado, el vampiro de Bram Stoker. ¿Quién es Drácula? un personaje que viene de Transilvania a la Inglaterra moderna a perturbarla a transformarla. Esa es la fobia que tienen los personajes, pero lo interesante es que el monstruo jamás aparece. Por lo tanto, la novela bien podría interpretarse como una fobia al extranjero.

Además de ellos, cualquier cosa de Edgar Allan Poe y Lovecraft. Son cuatro autores fundamentales en el mundo del terror clásico.

Libro: El legado del monstruo

Editorial: Zig-Zag, 2018

Nº Páginas: 238

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