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Año XVI, 19 de abril de 2024


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Habitar es el arte de conversar con la naturaleza

Columna de opinión por Yolanda Acevedo
Miércoles 2 de enero 2019 13:02 hrs.


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La palabra habitar es el infinitivo del verbo transitivo e intransitivo, proviene del latín: habitare, que significa ocupar un lugar, vivir en él. Vivir o morar en un lugar o casa: habitar una amplia mansión, habitar en el campo. Definición extraída del Diccionario “El pequeño Larousse ilustrado.

Sin embargo, oficios como el urbanismo y la arquitectura han conducido a interpretaciones que evocan otros caracteres tales como el  histórico y el filosófico. La evolución del conocimiento por una parte y las condiciones de administración de nuestro territorio país han sido de tal forma que la perspectiva con la que hoy puedo verla parece inexplorada.

Naturaleza en el Diccionario antes citado, corresponde al sustantivo femenino, definido como: 1. El conjunto de seres y cosas que constituyen el Universo, el mundo físico. 2.Realidad física  que existe independientemente del ser humano (por oposición a cultura). 3. Conjunto de características fundamentales propias de un ser o de una cosa: la naturaleza humana; actividades de distinta naturaleza. 4. Conjunto de inclinaciones e instintos de una persona. 5. Complexión del cuerpo : ser de naturaleza robusta. 6. En Derecho es la cualidad que da derecho a ser tenido por natural de un país para ciertos efectos civiles. 7 En Filosofía es la causa creadora de un ser y de su desarrollo. Las fuerzas de la naturaleza. Naturaleza humana, conjunto de características comunes a todas las personas. Naturaleza muerta en las Bellas Artes es la representación de animales muertos, frutos, objetos, flores, etc.

He querido relacionar estas nociones a propósito de la evolución básica de ellos o de su envejecimiento, como tal vez diría Carlos Peña, me parece un calificativo muy adecuado, si algo envejece es porque está vivo, la materia inerte no envejece.

La perspectiva que abordo en esta columna al relacionar el habitar con la naturaleza, dice relación con las condiciones básicas de las cuales debería disponer un niño que nazca en territorio chileno, cuando menciono territorio chileno, lo hago pensando en toda su extensión de cordillera, valle y mar a lo largo de todas sus latitudes, esto es de Arica a Punta Arenas. En ese contexto y situándonos en nuestra región más poblada, la Metropolitana, ¿cuál es la situación de nuestros niños?, desde su sistema escolar tienen ellos la posibilidad de conocer la cordillera, los valles transversales, la costa , el mar? Ciertamente las estadísticas abundan y son desbordantes en demostrarnos que Chile, este bello país es El reino de las desigualdades como lo titulara en primera plana “LE MONDE diplomatique en su edición de noviembre de 2018, me apoyo en el texto de Solimano titulado ¿Es posible reducir la desigualdad en Chile?, desde esta perspectiva económica y global, asevera que la modernización capitalista incompleta y trunca… ha ido acompañada de una voraz expansión del mercado inmobiliario que altera irreversiblemente barrios, comunas y ciudades.

Es así como me planteo la pregunta acerca de ¿cuánta soberanía tenemos los chilenos sobre nuestro territorio?. Esta pregunta sirve para la siguiente…Cuánto conocen o disfrutan los niños en este territorio, o país, por el hecho de nacer en él?

 Los niños conversan naturalmente con los elementos de la naturaleza” 

Todos los niños en Chile tienen derecho a relacionarse con la naturaleza que les prodiga nuestro territorio.

Foto 1 columna Yolanda

Todos los niños nacidos en Chile y educados en el sistema público deberían tener acceso y conocimiento de este territorio, de su Cordillera, de su Borde Costero, de sus Valles!, asícomo aprender a relacionarse con esa naturaleza, con su naturaleza que también es de Volcanes, de Terremotos y de Remociones en maza.

Nada de esto ocurre, cuántos chilenos, o nacidos en este territorio, nunca ha conocido un ápice de soberanía territorial.

 Cada ser humano necesita por su sola condición, así como cada familia de relacionarse con la naturaleza y para ello de disponer de la porción de territorio elemental para cultivar la relación con su entorno, para ello necesita conversar con su naturaleza, en los términos definidos en los párrafos iniciales.

Retirado en Bollingen, Carl Gustav Jung (1875-1961) decía:

estoy viviendo mi verdadera vida, soy mas profundamente yo mismo.

A veces me siento como si estuviera esparcido sobre el paisaje y yo mismo viviera en cada árbol, en el estruendo del mar, en las nubes, en los animales que vienen y van, en el cambio de las estaciones. Sin mi trozo de terreno las obras de mi vida no existirían.

foto 2 columna yolanda

Lago Lleu lleu

gente que vive al sur del sur de la tierra

Cuando el territorio es mucho mas que tierra

 

Aquí en la tierra

hablamos todos:

las aves

los animales

las aguas.

Silba como el viento la culebra

cuando viene el tiempo de lluvia

y el silvar es su palabra[1]

 

El concepto de habitar lo cultivan nuestros nuestros pueblos originarios y lo transmite a través de su oralidad…“La lengua es fundamental: es el lenguaje que se habla con la Madre Tierra; es fuente de sanación. No me voy a enfermar si no estoy desequilibrado, y el desequilibrio tiene que ver con la Madre Tierra, con los sonidos que produce el agua, que son nuestro espíritu; con el entendimiento de que nada en la naturaleza está por estar, de que todo tiene un sentido”, cuenta Kuntxemañ.

El mapudungún tiene una palabra para cada sonido de la naturaleza, incluso para aquellos que pueden resultarnos imperceptibles.

 

La Esencia Es Más Util Que la Apariencia

Se abren puertas y ventanas

en los muros de una casa,

y es el vacío lo que permite habitarla.

En el ser centramos nuestro interés,

pero del No-Ser depende la utilidad.

 

LAO TSE TAO TE KING

[1] Zvgun  María Teresa Panchillo

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.