No fue un ecólogo, no fue un químico, no fue un biólogo, fue un astrofísico experto en simulaciones de choques de agujeros negros y fusiones de galaxias quien logró establecer una nueva teoría a la denominada Ley del Fuego de la vida.
La norma, también conocida como Ley de Kleiber, data de 1932, cuando el suizo Max Kleiber logró, a través de una ecuación matemática, calcular el metabolismo básico que necesita un ser vivo para existir, es decir, el gasto de calorías mínimo de un ser para vivir.
Esta teoría tiene algunos problemas que el astrofísico Andrés Escala planteó modificar para que se pueda aplicar a cualquier individuo.
El académico y director del Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile (FCFM), propuso una corrección que hace que dicha propiedad sí se cumpla, haciéndola capaz de describir una gran cantidad de fenómenos que, incluso, van más allá de la ley de Kleiber, por ejemplo: El cambio del consumo energético de los organismos al ejercitarse.
“Ocupando esa propiedad, es capaz de encontrar una nueva área que en sí es una sola, no son múltiples como la de Kleiber. Significa que todos los fenómenos que suceden respecto de un organismo, están en reposo o ejercitándose, se aglutinan en una sola ley. Esto en física se conoce hace bastante tiempo, pero no se aplica a otras áreas como la biología o alometría. Por eso al aplicarla, encontré resultados similares a los que se encuentran en física, donde existe una ley que no tiene excepciones, se pueden hacer predicciones a partir de esa teoría”, afirmó.
El académico de nuestra casa de estudios, Andrés Escala, agregó que después de llegar a su resultado logró demostrar que las excepciones a la Ley de Kleiber eran debido a su mala formulación matemática y no a la complejidad del problema.
Precisó que, aunque el trabajo está recién comenzando como área, comienza a constatar y derivar la implicancia ecológica, como por el ejemplo, el gasto energético a lo largo de la vida de un organismo.
Para el profesor Andrés Escala, el siguiente paso está en “relacionar la universalidad en el número de latidos al origen de la muerte natural debido al daño irreparable de células vitales, relacionado al consumo de Oxígeno y sus productos como los radicales libres. En términos de la metodología, tratar de reformular relaciones de otras áreas que padecen el mismo problema matemático. En estos momentos, estoy estudiando relaciones en problemas de transporte en ciudades (parte de la llamada “ciencia urbana”)”.