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Cuadernos de memoria: Historias de mujeres del Biobío que aún buscan a sus desaparecidos

Durante tres meses, la periodista especializada en pedagogía de la memoria y Derechos Humanos, Alejandra Villarroel, entrevistó a las integrantes de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desparecidos de Concepción. El proceso se tradujo en una serie de cuadernos que narran las vivencias de las mujeres que persistieron en la búsqueda de sus parientes desaparecidos en dictadura.

Abril Becerra

  Domingo 3 de febrero 2019 10:30 hrs. 
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“Me gusta la música y bailar, disfruto de los encuentros con amigos y compañeros (…). Recordamos nuestra época de juventud cantando canciones como La Morena o también La Joven Guardia, entre otras. Me agrada preparar queques, sopaipillas, empanadas. (…) los domingos voy a comprar frutas, verduras, pescados, eso me hace feliz, pero he tenido a lo largo de mi vida momentos de mucha tristeza como cuando no pude asistir al funeral de mi padre porque la policía secreta me andaba buscando y podían detenerme, era marzo del año 1976, yo vivía en la clandestinidad en Santiago. (…) Todas estas penas creo las he sabido llevar a mi manera. No ha sido fácil, son 42 años de mi vida dedicados a buscar a mi compañero Alfonso Araya Castillo”.

Este es el testimonio de Ester Araneda Gallardo (70), integrante de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos de Concepción. Su palabra, llena de vitalidad, está contenida en el proyecto denominado Cuadernos de memoria, trabajo impulsado por la periodista y especialista en Derechos Humanos, Alejandra Villarroel.

Esta iniciativa reúne el testimonio de siete integrantes de la organización. Así, da cuenta de cómo la violencia de la dictadura alcanzó cada rincón de Chile a la vez que permite dimensionar la búsqueda incansable de este grupo de mujeres.

Cuadernos de memoria es un proyecto que nació de Activa tu Presente con Memoria, programa de Educación Artística No Formal con enfoque de Derechos Humanos, que fundó Villarroel en 2016. Bajo el alero de esta iniciativa, la comunicadora ideó este trabajo que logró concretarse en 2018.

“El proyecto tomó forma el año pasado por esta especie de avanzada de negacionismo que vive Chile y todo lo que estamos viviendo en el continente. Entonces, si bien era un proyecto que venía hace rato madurando, esto salió a la luz como de forma urgente”, explicó la investigadora.

“Nace también de una pregunta como dialéctica: ¿dónde están? Siempre me pregunté por eso. Dónde están los asesinos, los torturadores, los DINA. De pronto, me dije: hay que parar de preguntarse dónde están, porque eso le corresponde a la justicia o a la injusticia que vivimos en Chile. Habría que preguntarse, mejor, quienes son las personas que no han dejado de luchar y de tratar de llegar a la verdad de los hechos. Así nace Cuadernos de memoria. Esa es su raíz más profunda”, añadió.

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La investigadora también comentó que el proyecto no busca más que desencadenar el ejercicio del “recuerdo”. “Lo importante es destacar eso, también entender que la academia de Chile ha puesto toda una idea sofisticada que no se puede alcanzar. Entonces, mi intención también es crear estas nuevas etnografías”.

Por lo mismo, cada cuaderno incluye fotografías personales de las integrantes de la organización. Incluso, los textos respetan la escritura de las participantes.

Gatillar preguntas, activar la memoria

Para la ejecución del proyecto Villarroel se reunió durante tres meses con la agrupación. Las reuniones se efectuaron cada miércoles en el Arzobispado de Concepción. De esta manera, la investigadora planteó cuatro preguntas a las integrantes de la organización: cómo recuerdan Chile previo al Golpe de Estado, cómo ven el país hoy, cuál es el re significación que ellas hacen del concepto de memoria colectiva y con qué se encontraron dentro de esta búsqueda constante de sus familiares.

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“El país que yo recuerdo, era uno en movimiento, lleno de reivindicaciones y logros sociales profundos y también una nación sin tanta violencia. Me gustaría volver al país que fue, donde los valores, la familia, la moral eran parte de nuestro diario vivir. Hoy, todo eso se ha perdido, vivimos en una sociedad neoliberal donde es más importante el tener, que los sentimientos, es decir, lo que me pase a mí es más importante que lo que pasa al lado”, comentó durante el proceso Sandra Navarrete, una de las participantes.

Durante el proyecto también se fotografío y grabó cada uno de los procesos. Por lo mismo, la investigadora viajó a los lugares que marcó, de una u otra manera, a las entrevistadas. Talahuano, Tomé y Penco fueron algunas de las paradas.

El resultado fue depositado en una caja donde se encuentran los siete cuadernos que resultaron del proceso. Actualmente, este trabajo puede encontrarse en la Biblioteca Municipal de Concepción y también en el sitio web Cuadernos de memoria.

“Este es un desplazamiento de los imaginarios del pasado reciente. De llevar la pregunta del dónde están al quienes son. Entonces, pensando en responder quienes son pregunté todo lo que pregunté y ellas dicen todo lo que dicen. Toda esta información va más allá de lo que subyace a esta historia terrible que no se termina y que fracturó la vida en un lapso de 40 años”, concluyó Alejandra Villarroel.

Imágenes: Michelle Reyes Fuentealba. 
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