Diario y Radio Universidad Chile

Escritorio

Carlos y sus hermanos, los “pitbulls” de Bolsonaro en Brasil

No forman parte del gobierno brasileño, pero su influencia es tal que han provocado la destitución de un ministro. Los hijos del presidente Jair Bolsonaro ejercen un poder paralelo inédito en la historia de Brasil, que incomoda a muchos.

RFI

  Miércoles 20 de febrero 2019 11:36 hrs. 
brasil

Compartir en

Apodado el “Pitbull” por su propio padre, Carlos Bolsonaro, de 36 años, el segundo hijo del presidente, ha logrado el despido del ministro Gustavo Bebianno.

Se trata del primer miembro del gobierno destituido, tras apenas 49 días al frente de la Secretaría General de la Presidencia.

Carlos Bolsonaro, concejal de Rio de Janeiro, le dio el miércoles de la semana pasada el golpe de gracia a Bebianno con un tuit en el que lo trató de mentiroso.

Bebianno, expresidente del Partido Social Liberal (PSL), la formación del presidente y de sus tres primeros hijos, se consideraba como uno de los hombres de confianza del mandatario ultraderechista.

Pero la semana pasada se vio envuelto en una supuesta trama de creación de candidatos “fantasma” para recibir fondos electorales durante las legislativas de octubre.

Para intentar quitarle hierro a la crisis, Bebianno dijo haber hablado varias veces con el presidente desde la revelación del escándalo.

Carlos Bolsonaro, encargado de la estrategia de su padre en las redes sociales durante la campaña electoral de 2018, aprovechó la ocasión, desmintiendo en Twitter cualquier contacto entre el ministro y el presidente, presentando como prueba una grabación en la cual Bolsonaro, hospitalizado en ese momento en Sao Paulo, le decía a su ministro que no podía atenderlo.

La destitución de Bebianno llegó el lunes, dejando dañada la imagen del gobierno.

¿Bruto o Richelieu?

El enfrentamiento había empezado meses antes, cuando el “pitbull” acogió de mala manera en las redes sociales el nombramiento de Bebianno en uno de los puestos claves del palacio presidencial.

“Como ha logrado su objetivo, se puede decir que Carlos Bolsonaro ha sumado puntos. Pero, en realidad, el gobierno ha perdido bastante más, porque los conflictos internos quedaron expuestos”, opina Geraldo Monteiro, politólogo en la Universidad del Estado de Rio de Janeiro.

El gobierno de Bolsonaro está compuesto por varios núcleos heterogéneos “que funcionan con lógicas diferentes y defienden sus propios intereses”, afirma.

El gabinete incluye a militares (ocho de un total de 22 ministros), economistas ultraliberales, políticos ultraconservadores en asuntos sociales y figuras más experimentadas en política, como Bebianno, cuyo papel es facilitar el diálogo con el Congreso.

Pero, según Monteiro, el “núcleo familiar” es el que “goza de la mayor confianza por parte del presidente”, aunque no esté presente en el gobierno.

El célebre autor Ruy Castro escribió en el diario Folha de S. Paulo que Carlos Bolsonaro, que se considera tal vez “un Richelieu”, eminencia gris del rey francés Luis XIII, “recuerda más bien a Bruto”, el protegido de Julio César que contribuyó a la caída del dirigente romano.

Seguidor de Steve Bannon

El estilo de Carlos es agresivo -no dudó en tratar a los medios de comunicación de “cerdos”- y, según el diario O Globo, que estudió 500 de sus tuits, el 72% contenían ataques.

No es sin embargo el único hijo del presidente que genera polémica.

El primogénito, Flávio, senador de 37 años, se muestra discreto debido a las sospechas de irregularidades financieras propias y de un exasesor que lastraron el inicio del mandato de su padre; pero el tercer hijo de Bolsonaro, el diputado Eduardo Bolsonaro, de 34 años, es tan activo como Carlos en las redes sociales.

Su ámbito favorito son las relaciones internacionales.

Se cree que tuvo mucho que ver con la elección controvertida de Ernesto Araújo, un político pro Donald Trump, como ministro de Relaciones Exteriores.

A principios de febrero, Steve Bannon, el exestratega del presidente estadounidense, lo eligió como uno de los líderes de “The Movement” (El Movimiento), una fundación que busca agrupar a las derechas populistas mundiales.

“Si nadie consigue meter en cintura a los hijos del presidente, serán una fuente permanente de tensión y de pérdida de tiempo para el gobierno, que deberá gestionar crisis internas en vez de impulsar reformas”, avisa Geraldo Monteiro.

Pero Sergio Praça, profesor de la Fundación Getulio Vargas, considera que Jair Bolsonaro no sufre la influencia de sus hijos, sino que utiliza su fuerte presencia en las redes sociales a su favor.

“Es posible que sean utilizados para transmitir mensajes que su padre no tiene el valor de comunicar”, conjetura.

“Eso supone un gran riesgo para el gobierno: ¿cómo pueden los políticos lograr acuerdos con Bolsonaro con confianza si temen ser apuñalados por la espalda por uno de sus hijos? Nunca he visto nada igual”, afirma el profesor.

Síguenos en