El miércoles, el parlamento británico tomó el control del Brexit y falló en el intento, ya que ninguna de las ocho alternativas al plan de Theresa May que fueron sometidas a voto logró el respaldo de diputados de la cámara de los comunes.
Las opciones iban desde un Brexit sin acuerdo, pasando por dos posibilidades de Brexit suave; un segundo referéndum o incluso la opción de cancelar el proceso de salida de la Unión Europea. La gran mayoría fueron rechazadas de manera contundente, a excepción de la propuesta del veterano diputado Ken Clark, quien planteaba un Brexit suave en el que Reino Unido dejaría la Unión Europea pero negociaría una unión aduanera con el bloque de 27 países y a la que le faltaron sólo ocho votos para ser aprobada.
Las votaciones de la noche del miércoles representan una noticia positiva para Theresa May porque su acuerdo con la Unión Europea parece seguir siendo la opción más real para el Brexit. De hecho la premier ofreció renunciar a su cargo para la segunda fase del Brexit, si su pacto es aprobado.
La decisión de May ha llevado a que dos de sus principales opositores dentro del partido, Boris Johnson y Jakob Rees Mogg se muestren dispuestos a apoyarla , no obstante, los socios de los tories en el gobierno, el partido norirlandés DUP insiste en que no puede apoyar este acuerdo.
Mientras tanto, ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, pidió el miércoles a los eurodiputados que estén “abiertos a una larga prórroga si Reino Unido desea repensar su estrategia sobre el Brexit”.
May confía en que esta perspectiva convenza a los detractores de su acuerdo de que es mejor aprobarlo que correr riesgos. Y esperaba que su promesa de dimisión diese el empujoncito que faltaba.
Pese a las críticas por el aparente caos que parece reinar en el parlamento británico con el tema del Brexit, esta crisis constitucional le ha dado vitalidad al sistema parlamentario en el que las decisiones se tienen que tomar por conceso en un proceso en el que participan 650 diputados que representan los intereses de los ciudadanos del todo el país, a diferencia del sistema presidencial en el que un solo líder puede decidir por todos.