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“La controversia era su signo más distintivo”: crónica sobre el suicidio de Alan García

A las 10:05 de la mañana de este miércoles falleció el expresidente peruano, Alan García, luego de dispararse en el cráneo. Al respecto, el historiador peruano, Daniel Parodi, analizó las repercusiones del suicidio de García y explicó los mecanismos de detención que han llevado a los últimos cinco presidentes del país vecino a ser solicitados por la justicia.

Eduardo Andrade

  Miércoles 17 de abril 2019 19:22 hrs. 
ALAN

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Antes de que la policía apostada dentro de la casa del expresidente peruano escuchara un disparo proveniente de su habitación, su secretario, Ricardo Pinedo, fue el último en escucharlo con vida.

Fue al teléfono, declaró luego a la prensa Pinedo. “Me habló serenamente”, sostuvo. Los efectivos no dudaron en forzar la puerta que los separaba de aquel a quien se le acaba de informar su detención preliminar a raíz de la investigación por el caso Odebrecht.

Poco antes de las siete la mañana de este miércoles, El Comercio, principal diario de Perú, anunciaba de la orden de detención en contra de García y del allanamiento de su vivienda. Sin embargo, la vuelta que tomaría el caso la anunciaría  otro medio, el mismo que, hace algunos meses, destapó también los casos de corrupción en el Poder Judicial de dicho país: IDL Reporteros.

Alan García, de 69 años, se había disparado y así lo confirmaba la ministra de salud del Perú, Zulema Tomás, en una conferencia de prensa en el mismo hospital donde el expresidente era sometido a una intervención quirúrgica luego de su intento de suicidio.

Policías resguardan el hospital Casimiro Ulloa.

Policías resguardan el hospital Casimiro Ulloa.

“La situación es crítica y grave. Le hemos hecho reanimación cardiopulmonar, ahora procede la cirugía. Estamos todo el equipo, no solamente con neurocirujanos de esta institución, hemos traído de otras instituciones como Ciencias Neurológicas y 2 de mayo”, repetía la ministra acompañada de dos autoridades del hospital.

Afuera, su más allegado miembro del Partido Aprista y también congresista, Mauricio Mulder, cuestionaba ante la prensa el intento de detener a su líder, que también había tildado de “abusiva y mediática” a la detención de Pedro Pablo Kuczynski.

Las detenciones preliminares en Perú son un caso serio. A contar de la última mitad del año pasado, ya son tres los expresidentes peruanos implicados en ellas y por la misma razón: el caso Odebrecht. Daniel Parodi, historiador peruano y analista internacional, explicó a este medio que este tipo de mecanismos se remontan al año 2004, cuando hubo cambios en el código procesal penal de dicho país. El objetivo: combatir la corrupción.

“Estas medidas que son duras, porque suponen la prisión antes de la sentencia, tenían la finalidad de desactivar la injerencia de los políticos implicados en corrupción en el sistema de justicia y, al mismo tiempo, presionar a una serie de personajes menores y que fueron detenidos, para convertirse en colaboradores eficaces de la justicia”, explicó Parodi.

Este mecanismo, aplicado este miércoles, implicaba directamente a Alan García y a siete allegados suyos. Uno de ellos, Luis Navas, quien fuera secretario de gobierno durante su segundo período, estaba acusado de haber recibido cuatro millones de dólares por parte de Odebrecht para la construcción de la línea 1 del metro de Lima y la carretera Interoceánica. Es decir, como aseguró a este medio Daniel Parodi, estaban muy cerca de García, del cual Navas sería testaferro.

Alrededor de las 10:30 de la mañana de este lunes, un tuit del presidente peruano, Martín Vizcarra, anunciaba la muerte del otrora presidente Alan García, y adelantaba también sus condolencias a la familia. El deceso, luego se supo, fue a las 10:05 de la mañana, hora de Perú.

De inmediato las reacciones a las afueras del hospital Casimiro Ulloa no se hicieron esperar y un enardecido Mauricio Mulder, manteniendo la postura que su líder había manifestado en una entrevista publicada el martes por la noche por RPP, hablaba directamente de una persecución política.

“El presidente García ha tomado una decisión de un hombre libre, una decisión de dignidad y de honor… su sacrificio es una gesta de unidad, de fortalecimiento y de seguir avanzando por el bien del Perú, ese es nuestro fin y por eso Alan García ha dado su contribución de sangre para que el Perú sea un país democrático”, repetía el vocero de los solo cinco congresistas del Partido Aprista.

Alan García y Mauricio Mulder.

Alan García y Mauricio Mulder.

En Chile, una de las primeras reacciones fue la de la vocera de Gobierno, Cecilia Pérez, quien lamentó la muerte de García en las circunstancias que se dio. A ella le siguieron el canciller Roberto Ampuero, quien recordó que el expresidente peruano fue gestor de la Alianza Pacífico; y el presidente Sebastián Piñera, quien, a través de un tuit, llamó “amigo” a García.

Para Daniel Parodi, el suicidio de García representa también un colofón de un período oscuro en la historia del Perú. No es extraño que cinco de sus últimos presidentes -con excepción del interino Valentín Paniagua- hayan o estén atravesando procesos de investigación por casos de corrupción.

Sin embargo, la maleta de García traía más. Hiperinflación en su primer gobierno y 1682 detenidos desaparecidos, casi cuatrocientas personas más que la dictadura de Augusto Pinochet. Todo esto, soslayado por sus seguidores encandilados por los pomposos discursos en los que incluía versos de Calderón de la Barca y que detonaron su vuelta a la presidencia en el año 2006.

Esta historia de polarización entre los peruanos con respecto de García, afirmó Parodi, sumada a su suicidio a poco de enfrentarse a un juicio supremo y con pocas posibilidades de salir inmune, lo hicieron pasar a la posteridad.

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“Creo que la controversia es su signo más distintivo. Hubo quienes lo siguieron ciegamente hasta las últimas circunstancias; fue amado, odiado, pero para nadie fue indiferente. Alan García fue diputado antes de cumplir los 30 años, fue presidente a los 36 y, a pesar de que su gobierno fue muy malo en materia socioeconómica, alcanzó a ser reelecto en el año 2006”, explicó Parodi minutos después de conocer la muerte de García.

Para el historiador, ningún otro político peruano ha tenido el nivel de magnetismo que tuvo García con la gente. A horas de su muerte, incluso, el “sacrificio” del que Mulder habló empezaba a tener las primeras consecuencias políticas.

El Ministerio Público ha pedido ya a los fiscales Jose Domingo Pérez y Henry Amenábar un informe detallado que sustente el allanamiento a la vivienda de García y su detención. Los restos de García, mientras tanto, son velados en el local del Partido Aprista, llamada “la casa del pueblo”, y su familia ha rechazado los honores fúnebres que le corresponden como expresidente.

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