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Año XVI, 28 de marzo de 2024


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Libre elección, el factor clave para mejorar los hábitos de lecturas en niños y niñas

Son pocos los estudios que en nuestro país analizan cada cuánto y cómo leen los chilenos, sin embargo, es de conocimiento público que esta no es una actividad que se caracterice por ser parte del diario de vivir. Diario y Radio Universidad de Chile conversó con expertas en el área respecto de cómo los niños y niñas están hoy formando su afinidad con la lectura.

Andrea Bustos C.

  Domingo 21 de abril 2019 16:25 hrs. 
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El Estudio Global CfK: Frecuencia en la lectura de libros, realizado por la empresa CfK en 2017, reveló que a nivel global el 59 por ciento dice leer al menos una vez a la semana. El 40 por ciento de la población indicó que lee al menos una vez a la semana, lo que nos sitúa por debajo del nivel mundial y, además, las mujeres leen más que los hombres, y el 4 por ciento de la población dice no hacer esta actividad nunca.

El próximo 23 de abril se celebra un nuevo Día Internacional de Libro y, en ese contexto, el debate sobre cómo y cuánto se lee vuelve a surgir, y no son pocas las actividades que se realizan en torno a esta conmemoración.

Un área en la que sin duda existen actividades de celebración son los colegios, donde los estudiantes generalmente realizan diversos actos por esta fecha. Diario y Radio Universidad de Chile conversó con dos expertas en el área de la lectura, respecto de cómo los niños, niñas y adolescentes forman hoy sus hábitos en torno a esta practica.

Maili Ow, académica de la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica, comentó que son muy pocos los estudios que existen respecto de este tema, pues generalmente hay mayor interés en estudiar la lectura de otros grupos etarios, por lo que las estadísticas que se tienen sobre el tema responden a los resultados de la Prueba Simce o a los elementos de medición que se puedan aplicar de vez en cuando en el área educacional, lo que impide tener datos concretos a cerca de las conductas lectoras fuera del aula.

En ese sentido, la especialista en didáctica de la lengua y literatura infantil comentó que “los niños leen mucho más de lo que pensamos que leen. Es interesante hacerse esa pregunta de qué es lo que leen, porque quizás no leen la literatura que queremos que lean, pero sí otro tipo de producciones. Tienen prácticas de lecturas no escolarizadas, y es importante que la escuela se vaya acercando a esas prácticas”.

En la misma línea apuntó la investigadora del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la Universidad de Chile, Macarena Silva, quien indicó que “hay investigaciones que demuestran que los niños sí leen, pero leen en contextos que son distintos al escolar, es decir, leen por ejemplo cuando tienen que leer las instrucciones para un juego, para armar algo, leen cuando interactúan a través de redes sociales. No es que no lean, sino que esas conductas lectoras son en contextos diferentes al escolar”.

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Además, ambas expertas señalaron que es importante trabajar en acciones que hagan que los niños no vean a la lectura solo como una imposición y evaluación escolar, sino que más bien puedan tomarle aprecio a esta actividad para hacerla parte de sus vidas.

De esta forma, comentaron que el hecho de que los libros sean impuestos por los colegios tiene un efecto contraproducente, ya que los niños ven con recelo esta acción.

“Crea una relación afectiva negativa, porque se vive la lectura como una imposición, como una práctica no querida y además evaluada, entonces, ahí sí que podemos hacer un gran trabajo de ir formando a los profesores de manera que entiendan que la lectura si de verdad queremos que sea un hábito tiene que ser una práctica querida, buscada, autoseleccionada, y eso se va formando con los años, entonces si no se forma, obviamente el chiquillo sale de cuarto medio y ya no lee más, porque solo leía obligado. Va seguir leyendo lo suyo, pero no va buscar en la literatura un espacio de recreación”, comentó Maili Ow.

Por su parte, Macarena Silva agregó que otro factor que juega en contra para la visión que los niños y niñas se forman de esta actividad es que “hay poco espacio para que ellos elijan lo que quieren leer, en general son los adultos los que eligen lo que deben leer los niños, y somos los adultos los que creemos saber que les va gustar, y hay poca consulta directa sobre cuáles son los temas que les interesan, que les gustan, así como también hay poca variedad en la forma que se evalúa”.

Elección y valorización

Para la académica de la Facultad de Educación de la Universidad Católica, Maili Ow, efectivamente si los niños y niñas de hoy no desarrollan una afinidad con la lectura, es probable que sean adultos que no lean. “Hemos formado esta visión de la lectura como imposición, entonces dado que salgo del colegio y ya no me lo imponen, no leo y no encuentro el placer ahí”, comentó.

Frente a esta situación dijo que es importante que los profesores y las escuelas quieran y puedan trabajar en la formación del hábito, y para eso no se debe obligar, sino más bien dar espacios de elección, tener formas distintas de evaluar, conocer nuevas obras cercanas a ellos, para conocer lo que ellos quieren leer y así “ir formando el hábito porque tiene un componente afectivo muy importante”.

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Además, estas acciones no solo remiten a la educación, sino que es importante que exista un compromiso social, para que se entienda de forma transversal que se debe dar mayor valor a la lectura en una sociedad.

Por su parte, la investigadora del CIAE de la Universidad de Chile, Macarena Silva, dijo que, con una amplia gama de elección, sin que existan textos impuestos, los niños y niñas podrán encontrar ese libro que les haga querer esta acción.

“Es importante darle a los niños un repertorio amplio de libros dentro de los que puedan elegir, y con eso no me refiero solo a distintas temáticas, también a distintos géneros (…) Si los niños no tienen la oportunidad de encontrarse con ese libro que les guste, que los motive, que los anime a leer, es bien difícil que se involucren en el tema de la lectura y que quieran hacerlo,  y para poder mejorar tienen que leer, entonces es clave la motivación y dentro de eso es importante que puedan elegir, y tener más variedad entre la que elegir”.

Agregó que en lo que refiere a políticas públicas, es importante que estas den apoyo y guía a las escuelas para que de forma independiente puedan armar planes lectores “con participación de los alumnos, y con un mayor vínculo de los profesores con los alumnos, con los niños. Dar libertad porque cada escuela también es un mundo, entonces es importante que haya autonomía, pero también directrices, pero amplias que permitan ver cómo abordar la participación de los niños en este proceso”.

 

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