Luego de un año de que Estados Unidos abandonara el Acuerdo Nuclear de 2015, el Gobierno de Irán anunció que reducirá sus compromisos ante lo pactado debido a la falta de cumplimiento de las obligaciones de los demás firmantes.
Desde este miércoles, Irán suspende el compromiso de limitar sus reservas de agua pesada y uranio enriquecido estipuladas en el acuerdo concluido en Viena en 2015 que limitaba drásticamente su programa nuclear. “La República Islámica de Irán no se considera en este momento comprometida a respetar las restricciones concernientes a las reservas de agua pesada y uranio enriquecido”, afirmó el Consejo Superior de Seguridad Nacional en un comunicado.
El presidente Hasan Rohani señaló que estas medidas son conformes al acuerdo de Viena que permiten a las partes suspender parcial o totalmente algunos de sus compromiso en caso de incumplimiento de otra de las partes.
Si bien Irán asegura que no se retira del Acuerdo Nuclear, conocido localmente como Barjam, hay un sector político en el país que considera que este paso es bastante arriesgado pues puede ser el principio de un camino que lleve al fin del acuerdo, que en su momento eliminaba la posibilidad de un enfrentamiento con Irán.
Este miércoles, el presidente Hasan Rohani daba 60 días a estos países, entre ellos Francia, para que dieran soluciones en asuntos relacionados con las sanciones a la venta de petróleo y transacciones bancarias. De no lograrse Irán anunció que dejará de cumplir otros aspectos del acuerdo.
Esta decisión llega en un momento donde la tensión con Estados Unidos atraviesa un momento crítico y la economía local está en sus mínimos. La moral de la población, que ya estaba por los suelos desde la imposición de nuevas sanciones, es ahora aún más baja y se preguntan cómo podrá salir Irán de esta espiral que podría dejarlos frente a una nueva guerra.
¿Podrán los europeos responder? ¿Habrá un diálogo? Son las preguntas que se oyen en la calle.