“Ha sido el mayor honor de mi vida el haber servido a mi país como la segunda mujer Primer Ministro”. De esa forma, Theresa May anunció al Reino Unido su dimisión al cargo que ocupaba desde el 13 de julio de 2016 y al que llegó luego de otra renuncia: la de David Cameron ocasionada por los resultados del referéndum llevado a cabo en la Gran Bretaña y que decidió dejar la Unión Europea.
“Lo intenté tres veces pero no fui capaz de lograr que el Parlamento aprobase un acuerdo para llevar a cabo la salida de la Unión Europea”, afirmó en una declaración ante las cámaras de televisión frente a la famosa puerta negra del número 10 de Downing Street, residencia oficial del jefe de gobierno en Londres.
Será el 7 de junio el día en que la líder del partido conservador deje definitivamente su cargo. Su renuncia se habría precipitado luego de sostener una reunión con Graham Brady, jefe de la bancada conservadora, quien le informó que se estaba preparando una segunda moción de censura contra la Primera Ministro en el Parlamento.
Las razones de la falta de respaldo de su propio partido habrían tenido que ver con la promesa de May de llamar a un segundo referéndum si es que los parlamentarios aprobaban la última propuesta de acuerdo de Brexit. Luego de un nuevo fracaso en la Cámara de los Comunes, May ya no tenía más cartas para jugar.
Lo que la renuncia trae
El líder de los laboristas Jeremy Corbyn, no tardó en expresar su parecer respecto de la salida de Theresa May del gobierno. “Ha hecho lo correcto”, señaló y, acto seguido, exigió a su sucesor que convoque a elecciones anticipadas aludiendo a que el Partido Conservador ha sido incapaz de conducir al país en los últimos años.
Theresa May is right to resign. She’s now accepted what the country’s known for months: she can’t govern, and nor can her divided and disintegrating party.
Whoever becomes the new Tory leader must let the people decide our country’s future, through an immediate General Election.
— Jeremy Corbyn (@jeremycorbyn) 24 de mayo de 2019
Sin embargo, la designación de un nuevo líder del partido, que tenga a su cargo la negociación con Bruselas no parece ser la solución al caos político presente en el Reino Unido respecto del Brexit, ya que es un a sunto que divide al país por todas sus repercusiones tanto económicas, como sociales e incluso en torno a su propia identidad.
La UE ha sido tajante en cuanto a que no renegociarán el acuerdo y la única opción posible sería intentar un tercer aplazamiento del Brexit, prevista, hasta ahora, para el 31 de octubre.