Severos cambios son los que ha tenido que sobrellevar la educación en nuestro país durante los últimos años. En palabras del investigador Iván Salinas, al momento de remontarnos a la reforma curricular propuesta por el primer gobierno de Sebastián Piñera, se propuso cambiar la noción de objetivo mínimo obligatorio y los objetivos transversales de un currículo a un objetivo particular en términos curriculares, transformando a la educación en una operación medible por pruebas estandarizadas y, esencialmente, por números.

“Si tengo un SIMCE de determinadas características, al capital le da lo mismo cómo se produce el número, lo único que le interesa es ese valor. Esta noción de mercantilizar todo se expresa en la educación y tiene que ver con asignar ese número para que pueda existir la sensación de intercambio. Entonces, terminamos entendiendo a la educación como un “con cuánto valor salí de ahí”, pero la educación es más que eso”, comentó.

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