Justicia condena a ex miembros del Ejército por homicidios cometidos en La Araucanía

Se trata del caso de Alberto Colpihueque Navarrete, Eleuterio Colpihueque Licán y Abel Florencio Colpihueque Licán, quienes fueron detenidos y torturados en una escuela rural de Curarrehue.

Se trata del caso de Alberto Colpihueque Navarrete, Eleuterio Colpihueque Licán y Abel Florencio Colpihueque Licán, quienes fueron detenidos y torturados en una escuela rural de Curarrehue.

El ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos de las jurisdicciones de Temuco, Valdivia, Puerto Montt y Coyhaqiue, Álvaro Mesa Latorre, condenó a ex miembros del Ejército y un funcionario de Conaf, por su responsabilidad en los delitos de detención ilegal, apremios ilegítimos y homicidio calificado de Alberto Colpihueque Navarrete, Eleuterio Colpihueque Licán y Abel Florencio Colpihueque Licán. Ilícitos perpetrados en octubre de 1973, en el sector rural de la comuna de Curarrehue, Región de La Araucanía.

En el fallo, el ministro Arancibia condenó a Sergio Orlando Vallejos Garcés y Ricardo Jesús Vásquez Estrada a las penas de 16 años de presidio, en calidad de autores de dos homicidios calificados, más 4 años de libertad vigilada intensiva por la aplicación de apremios ilegítimos. En tanto, Héctor Mauricio Villablanca Huenulao deberá purgar 16 años de presidio, como autor del delito de homicidio.

En la causa, el ministro en visita aplicó a Gabriel Antonio Sandoval Catalán las penas de 3 y 4 años de presidio, con el beneficio de la libertad vigilada, como autor de los ilícitos de detención ilegal y apremios ilegítimos, respectivamente.

Finalmente, Sergio Enrique Poblete Poblete, chofer de Conaf a la época de los hechos, fue condenado a dos penas de 5 años presidio, con el beneficio de libertad vigilada intensiva, por su participación como cómplice en los delitos de homicidio, más el pago de dos multa por 20 UTM, como cómplice de dos delitos de apremios ilegítimos.

En el aspecto civil, el fallo acogió la demanda interpuesta y condenó al Estado de Chile a pagar una indemnización total de quinientos cuarenta millones de pesos a los familiares de las víctimas.

El caso

En la etapa de investigación de la causa, el ministro Mesa Latorre logró establecer que a partir del 11 de septiembre de 1973, personal de Ejército del Regimiento N° 8 “Tucapel” de Temuco comenzó a efectuar operativos en la zona precordillerana de la Región de La Araucanía con el objeto de resguardar puestos fronterizos y detener personas contrarias a la Junta Militar.

Así, entre los meses de octubre a diciembre de 1973 y enero de 1974, efectivos de la Segunda Compañía de Cazadores del Regimiento N° 8 “Tucapel” de Temuco se trasladaron hacia el sector de Curarrehue, distribuyéndose en patrullas que fueron apostadas en diferentes sectores de esa comuna, tomando como base las escuelas rurales, instalaciones públicas y una escuela que se encontraba en la ciudad.

En ese contexto, una patrulla militar del Regimiento Tucapel de Temuco se apostó en la comuna de Curarrehue, con el objeto de establecer un puesto de vigilancia y efectuar patrullajes por el sector.

Durante los meses posteriores al golpe militar, en tanto, los oficiales detuvieron a Colpihueque Navarrete y a dos de sus hijos, Eleuterio Colpihueque Licán y Abel Florencio Colpihueque Licán, a quienes golpearon. Posteriormente los llevaron hacia una escuela rural sin portar alguna orden que los facultara para tal acto.

Según el fallo, los tres detenidos fueron interrogados por separado. Así, luego de días de trabajo forzado, los detenidos fueron liberados  y se les ordenó caminar algunos metros hasta un sector donde el teniente Espinoza les ordenó cavar una fosa, para lo cual les pasó una pala a cada uno. El soldado conscripto Sergio Orlando Vallejos Garcés ayudó a los detenidos en esta tarea.

“Alberto Colpihueque Navarrete y Eleuterio Colpihueque Licán, conscientes del destino que les esperaba, clamaron por sus vidas al teniente Espinoza, quien saltó dentro de la fosa y procedió a degollar con su corvo a ambos detenidos. Posteriormente, sacó su arma y los remató disparándoles a quemarropa. Finalmente, ordenó a los soldados conscriptos Sergio Orlando Vallejos Garcés, Ricardo Jesús Vásquez Estrada y Héctor Mauricio Villablanca Huenulao tapar los cuerpos con tierra tras lo cual regresaron al vehículo que los esperaba cerca del camino principal y retornaron a Curarrehue”, concluye el texto judicial.





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