El Zócalo Nacional, presentó en  sala Máster  al grupo de cueca chilena “Siete Velos” quienes estuvieron lanzando su primer disco “Al compás del arte”. Cuecas de corte urbano, festivas y elegantes.

Corría el año 2010, y el movimiento que se juntaba cada martes a cantar cuecas en rueda de cantores, se trasladaba al ya extinto Galpón Víctor Jara, en plena Plaza Brasil. Fue en este lugar donde esta práctica se masifica y se transforma en una tradición que sigue vigente hasta hoy y sin perspectivas de desaparecer. Y fue en este lugar también donde se conocen los miembros de Siete Velos, al calor de un vaso de vino y el canto interminable de cuecas, una tras otra, “sin repetir ni equivocarse” como se dice.

La práctica del “canto a la rueda” o “canto por mano” es una antigua tradición. “Fue la forma en que se armaban las interminables fiestas cuequeras en ramadas, chinganas y burdeles en tiempos de la independencia y luego en la república temprana” dice Marcos Nuñez, guitarra y voz de Siete Velos. Tradición que empezó a decaer con la aparición de la radio y el disco y que hoy la juventud retoma, y cada vez con más fuerza. “Es esa tradición la que intentamos plasmar en este disco” dice Nuñez, que también agrega “de ahí también el nombre de Siete Velos, que es la carta ganadora de la escoba”, el tradicional juego del naipe español.

“El disco contiene cuecas de temáticas más actuales, pero rescatando la sonoridad antigua. Aunque evidentemente, también intentamos experimentar en nuevas sonoridades, pero siempre respetando la tradición” dice Cristian Infanta, pianista y voz del grupo. Y al escuchar “Al compás del arte”, y al pasar de las cuecas, se nota esa sonoridad tradicional pero fresca. Una extraña contradicción y coherencia a la vez. “Tal vez por eso el título del disco, pues entendemos la cueca como un arte, complejo, abstracto y estético. Y al compás de ésta se mueve nuestra historia” remata Infanta.