Luego de que el Tribunal Supremo Federal (TSF) de Brasil definiera aplazar el debate sobre el pedido de liberación que la defensa del ex mandatario Lula Da Silva hizo este martes, se definió el próximo 25 de junio como la fecha en que se tomará la determinación.
Esto luego de que los abogados presentaran un ‘Habeas Corpus’ en el que cuestionan la falta de imparcialidad del ex juez del caso Lava Jato, Sergio Moro -actual ministro de Justicia de Jair Bolsonaro-, de quien se comprobó un comportamiento ilegal durante el proceso, en el que intercambió mensajes con el fiscal jefe de la operación, ordenando indagatorias y configurando listas de personas a interrogar, consciente de que sería él mismo quien luego juzgaría el caso.
Una situación que ya se había denunciado desde diversos sectores, quienes catalogaban la Operación Lava Jato como una estrategia política para sacar de la carrera presidencial al Partido de los Trabajadores (PT) y cimentar el camino a la ultraderecha.
Así lo explica el doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Sao Paulo, Emir Sader, quien en conversación con Diario y Radio Universidad de Chile hizo un acabado análisis de las consecuencias que traerá el material que filtró la filial brasileña del medio The Intercept.
“Esto confirma de manera muy rápida y de alguna manera media caricaturesca incluso, porque son muy escandalosas las conversaciones, la manipulación y la utilización de las leyes para la persecución política a Lula, para impedir que él fuera candidato y ganara las elecciones. Entonces fue la confirmación de todo lo que se denunciaba y se suponía”, sostuvo desde Brasil quien fuera profesor de la Universidad de Chile durante su exilio en nuestro país.
En esa línea, Sader sostuvo que esta operación constaba de tres etapas: primero, sacar del poder a la presidenta Dilma Rousseff, para luego impedir a través de un proceso judicial la candidatura de Lula Da Silva y terminar con el ascenso de la ultraderecha al gobierno brasileño.
“Todo es un proceso único que llevó a esta situación actual y que ahora la denuncia viene a confirmar que fue un instrumento indispensable la judicialización de la política, lo que confirma el uso del derecho como forma de persecución política de líderes populares”, explicó.
Respecto de la decisión que debe tomar el máximo órgano del poder judicial, el cientista político brasilero indicó que desde un principio éste tomó una actitud que él catalogó como “cobarde”, debido a que desde un principio no consideraron a Moro como apto para llevar el caso.
“El peor de los absurdos es que el Tribunal Supremo Federal siempre consideró a Moro inepto para juzgar a Lula, en el fondo sabían de todo eso”, dijo el académico. “Hasta ahora fue una actitud cobarde, pero actualmente claramente ya no hay consenso de los medios y tampoco hay opinión pública que favorezca una actitud de fortalecimiento a las persecuciones”, agregó.
Uno que se ha mantenido en silencio y que hasta ahora no se ha referido a la situación de su ministro de Justicia, es el presidente Jair Bolsonaro. Este martes recibió a Sergio Moro en privado en su residencia, en el que ha sido el único gesto de su parte. Esto, para Emir Sader, es fiel reflejo de la irracionalidad con que el presidente brasileño lleva su gobierno.
“Él es siempre sorprendente. Solidarizó inmediatamente con Neymar (Bolsonaro expresó públicamente su apoyo al futbolista cuando éste fue acusado de violación por parte de una modelo) lo fue a visitar al hospital, pero no ha dicho ninguna palabra sobre su ministro. Pero ahora sucede algo así, con acusaciones graves y no sé si estará esperando un nuevo paquete de medidas, pero yo creo que no, porque no tiene ninguna racionalidad el comportamiento que tiene”, sostuvo Sader. “Entonces es una situación política muy nueva, en la que el fracaso precoz del gobierno de Bolsonaro ayuda, porque lo debilita. Los únicos que dieron solidaridad a Moro fueron los militares que forman parte del Gobierno, pero ni siquiera Bolsonaro lo hizo. Entonces es una situación muy rara e inédita”, agregó.
Mientras que el TSF de Brasil aplazó la discusión del pedido de liberación que hizo la defensa de Lula Da Silva, desde la oposición brasileña se reunieron para definir las medidas que tomarán en adelante. Así, se pidió la presencia de Sergio Moro en el Senado para dar explicaciones sobre las acusaciones que se le imputan y la conformación de una comisión investigadora para indagar en los hechos.
La audiencia fue anunciada este martes por el presidente del Senado, Davi Alcolumbre, quien dijo que Moro se puso a disposición de los parlamentarios por medio de un oficio. Pese a esto, para Emir Sader esto ya ha causado un daño que no se podrá remediar.
“Lo que está claro es la desmoralización de Lava Jato y de Moro. Además la idea de que no es sólo un juicio injusto, sino que es una perturbación de la voluntad popular con un resultado del proceso electoral que no tiene nada que ver con una solución democrática”, concluyó el cientista político.