Este lunes 8 de julio se cumplen 30 años del asesinato del dirigente del Partido Socialista y destacado activista que luchó contra la dictadura cívico militar de Augusto Pinochet, Raúl Valdés Stoltze.
Durante esa época, el constructor civil egresado de la ex Universidad Técnica del Estado (USACH) y enérgico militante impulsó desde la clandestinidad la reconstrucción de la colectividad, integrando varias brigadas muralistas entre las que destaca la Elmo Catalán.
Hizo resistencia junto con aproximadamente un centenar de jóvenes estudiantes, incluida la que años después sería su esposa, Cecilia Morelia González.
El mismo 11 de septiembre fue detenido en la USACH y llevado al entonces Estadio Chile (hoy Víctor Jara) para luego ser trasladado al campo de prisioneros Chacabuco, en la región de Antofagasta, además de otros centros de detención. Finalmente, en 1976, tres años después de ser arrestado por militares, salió en libertad desde la ex Penitenciaría.
En 1989 y después cumplir labores de propaganda que decían relación con las reivindicaciones civiles y políticas del entonces Secretario General del PS, Clodomiro Almeyda, Raúl Valdés recibió un tiro por la espalda en plena calle Catedral al llegar a Almirante Barroso. El arma la empuñaba un guardia de seguridad de una empresa privada.
El trágico hecho marcó hasta hoy día a su esposa quien relató ese trágico momento que terminó con la vida de Raúl a los 38 años de edad.
“Habíamos hecho unas plantillas, caladas con cartulina gruesa, con el rostro de Clodomiro y la consigna: No más Exclusión, Clodomiro Senador. Estábamos en eso cuando, de donde hoy existe un supermercado, sale un tipo y mientras nosotros caminábamos, comenzó a golpearme. Luego a Raúl se lo quería llevar del brazo, y como mi esposo se resistió, el tipo le disparó. De ahí en adelante fue todo muy horrible”, afirmó.
Tal como lo cuenta finalmente Cecilia, posteriormente se supo que el asesino confeso era José René Poblete Vega, un ex integrante del Ejército, al igual que todos los guardias de seguridad privados del otrora Estudio Gigante de propiedad de los hermanos Kreutzberger, ubicado en calle Catedral.
Para su compañera, quien lo vio desvanecer después del disparo, una de las cualidades que resalta de Raúl Valdés, fue su dote innato por el dibujo, la gráfica, el diseño y el arte de pintar murales siempre con contenido humano.
“El siempre dibujó, desde que era un niño, después fue desarrollando el talento y lo puso a disposición de la Juventud del Partido Socialista y los compañeros detenidos desaparecidos. Él diseñaba y confeccionaba panfletos, diagramaba revistas para sindicatos, para el sector campesino, las mujeres, y al final estaba muy demandado para que fuera el trazador de la Brigada Elmo Catalán y Salvador Allende. Diseñó sus logos que son recordados y utilizados hasta el día de hoy, además de estandartes de regionales y provinciales”, recordó la viuda de Raúl Valdés.
Al momento de su asesinato, Valdés Stoltze tenía dos hijas: Carolina y Claudia de 12 y 11 años respectivamente. Finalmente, en 1989, luego de recuperado el cuerpo de Raúl Valdés, sus restos fueron velados en el local del Comando Socialista por el NO. Sus funerales fueron acompañados por cientos de personas, militantes, y diversas organizaciones de derechos humanos, que corearon la consigna “Raúl pintaba esperanzas y lo mataron”.
Carolina Valdés, su hija mayor, reflexionó sobre lo que ocurrió 30 años atrás, lo terrible que fue la noticia, las cosas que no logra recordar e imágenes que sí están aún presentes.
Precisó que, a pesar de todas las heridas provocadas, estas las ha ido asimilando durante los años para que aminoren lo más posible.
“Si me pongo a pensar en la cantidad de tiempo que ha pasado, siempre hay algo que te hace mirarlo de forma distinta, asumirlo de otra forma. Entonces los actos de conmemoración tienen que ver con no olvidar, recordar que hubo muchas y muchos como Raúl que lo dieron todo pensando en un futuro mejor para sus hijos y los hijos de Chile. Es difícil, pero ya no es tan duro, tan terrible, siempre existe una tristeza que no se acaba, pero hay que dejar en claro que este tipo de crímenes no pueden ocurrir en ningún país. El pensar distinto no tiene que significar que eres enemigo del otro”, subrayó.
La menor de las hijas, Claudia Valdés, casi una década más tarde irrumpiría en la música chilena rebautizada como Moyenei y al frente del grupo Mamma Soul.
En 2016, Moyenei llegó sin previo aviso hasta la casa del asesino de su padre, José René Poblete, ubicada en una población de La Florida. Tocó la puerta y pudo mirar y conversar por primera vez de frente con el hombre que asesinó a su papá. Con una cámara, no solo logró inmortalizar el encuentro, sino que también decidió integrarlo en su documental titulado “La Herencia”, que hoy alista en México, lugar donde reside hace años.
“Para el alma de mi padre y para nuestra historia personal como familia, este momento es distinto gracias a esa emoción profunda que cuesta, duele y evitamos experimentar, porque nos recuerda dolor y sufrimiento. Una vez que este tipo de terapia, que la vida nos impone a veces, sucede; ya podemos compartir la situación y evidenciarla. El alma de mi padre yo la honro desde la celebración, de sus colores, en su brocha, en su pintura; del amor al arte, la escultura, la pintura y la poesía. Eso es lo que me transmitió, lo que él me enseñó”, expresó la cantante.
Este domingo 7 de julio, en dependencias del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, junto al Instituto Igualdad y el Centro de Formación Memoria y Futuro, la familia de Raúl Valdés recordará en una ceremonia el 30 aniversario de su homicidio.
Además, el día lunes 8 se realizará un acto artístico cultural a las 13:30 horas en el lugar donde fue ultimado, calle Catedral con Almirante Barroso, en el que estarán presentes también, familiares, amigos y cercanos.
El director del Centro de Formación Memoria y Futuro, Jaime Lorca, precisó que la actividad se centrará en la reivindicación de su arte y de su tenaz aporte gráfico en la recuperación de la democracia.
“Yo creo que sus anhelos siguen en gran medida incumplidos. El sueño de Raúl Valdés y tantos otros, está por hacerse. Hoy día mismo vemos como se reprime el movimiento estudiantil, mapuches, profesores, la forma como actúan las fuerzas represivas, entonces el respeto a la integridad de las personas es permanente, de lucha diaria. Memoria y Futuro es eso, recordar a estos valerosos, rendirles justo homenaje, acompañar a sus deudos, pero también es afirmar una agenda unitaria, constructiva, fuerte, y Raúl Valdés viene de la memoria, pero nos proyecta al futuro”, subrayó.
Uno de los trabajos más destacados de Raúl Valdés fue el que realizó en 1987. Según pública el blog “1000 Historias” y, en el marco de la efervescencia social ocasionada por la visita del Papa Juan Pablo II a Chile, Raúl aporta a la lucha del pueblo con el que probablemente fue uno de sus diseños más recordados: la imitación de los billetes de 500, 1000 y 5000 mil pesos, con un mensaje anti dictatorial al reverso, que causó uno de los mayores impactos comunicacionales en la época, ya que casi nadie resistía guardarse uno o varios en el bolsillo, amplificando así el trabajo de constructor civil transformado en artista de murales y su lucha contra la dictadura plasmada en estos billetes falsos.
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