Viaje en el tiempo: Miguel Villafruela pone en acción un saxo fabricado hace casi un siglo

Junto a la pianista Eleonora Letelier, el académico de la Universidad de Chile presenta un homenaje al compositor estadounidense Rudy Wiedoeft, precursor del instrumento. “Nadie toca este repertorio hoy en día”, dice. 

Junto a la pianista Eleonora Letelier, el académico de la Universidad de Chile presenta un homenaje al compositor estadounidense Rudy Wiedoeft, precursor del instrumento. “Nadie toca este repertorio hoy en día”, dice. 

La de Rudy Wiedoeft es una vida de novela. Nació el tercer día de 1893 en Detroit, tocó el violín con la orquesta de su familia, se cambió al clarinete cuando cumplió diez años y a los 15 se compró su primer saxofón, un instrumento por entonces casi exótico. Llegó a Broadway y en 1918 compuso su gran pieza, “Saxophobia”

El éxito fue rotundo. En plena década del ‘20, las partituras se vendieron sin cesar y giró por Estados Unidos y Europa, convertido en una estrella. Tuvo su propia orquesta -Rudy Wiedoeft & his Californians- y grabó numerosos discos. Hasta hoy se conservan grabaciones en televisión, donde saca carcajadas cuando hace sonar el saxofón como un ataque de risa. 

Pero la década siguiente lo vio decaer. Hizo malos negocios y su esposa acabó una de sus peleas atacándolo con un cuchillo carnicero. Lo que no logró la puñalada, lo hizo el exceso de alcohol: murió de cirrosis, cuando tenía 47 años. 

Aun así, quedó en la historia como un precursor del saxofón. Sin tanta popularidad como los astros que surgieron luego con el jazz, su estela aún permanece y es motivo de homenajes, como el que esta semana se realizará en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM). Allí, el saxofonista Miguel Villafruela y la pianista Leonora Letelier presentarán el concierto “Saxofón: nostalgia, amor y locura”, como parte de la temporada que desarrolla del Departamento de Música de la Universidad de Chile (DMUS).

El programa contempla una docena de piezas, escritas en la década del ‘20 en su mayoría, que ayudaron a popularizar un artefacto que había sido creado apenas en 1841. “Él fue un promotor del saxofón en Estados Unidos. Antes que formara parte de las agrupaciones importantes de jazz, lo popularizó en los Estados Unidos tocando este repertorio de música ligera, piezas con gran influencia del ragtime y los valses, pero todas con dificultad técnica, con virtuosismo. También fue un precursor de muchos aspectos técnicos de lo que es el saxofón clásico hoy”, explica Villafruela, nacido en Cuba hace 64 años. 

“Además, coincidió con el auge de los primeros medios de grabación, los discos de 78 rpm y cilindros, así que es uno de los saxofonistas que más ha grabado en la historia. Está lleno de grabaciones que popularizaron el saxofón en los EE.UU. Esa es su importancia. Los primeros saxofonistas de jazz lo tenían como referente”, sostiene el intérprete, profesor en la Universidad de Chile y la Universidad Católica. 

DPP_0115 - Miguel Angel Villafruela Artigas

Un siglo de saxo

No todos los saxofones son iguales. Hoy los más comunes son el soprano, el alto, el tenor y el barítono, pero Rudy Wiedoeft utilizaba un saxofón melódico afinado en Do, una característica que contribuyó a su alta demanda.

“Hay que situarse en la época”, advierte Villafruela. “En EE.UU., la mayoría de las casas tenía un piano y a uno de los niños lo ponían a estudiar. Los saxofones suelen estar afinados en Mi bemol y Si bemol, entonces tienes que trasponer la melodía, tocarla en otro tono. En cambio, el saxofón melódico estaba en el mismo tono y podías leer la música igual que en el piano. Por eso tuvo una venta masiva”. 

El que utilizará Villafruela en el concierto del GAM es un instrumento de aquella época: marca Kong, modelo New Wonder, fabricado en 1925 y restaurado para ser utilizado en la actualidad. Con él ha presentado ya este repertorio en Concepción y Punta Arenas, además de México.

“Este concierto es como mostrar una época de la historia del saxofón que casi nadie conoce. Si le preguntas a cualquier persona, lo asocian al jazz, pero hay una historia muy bonita antes”, recalca. “Nadie toca este repertorio hoy en día y, sobre todo, nadie utiliza el saxofón melódico”. 

Si tenía tantas ventajas, ¿por qué el saxofón melódico cayó en desuso?

Pasó que surgió la big band, ya en la era del swing, y esa formación tenía dos saxofones altos, dos tenores y un barítono, que eran los timbres que preferían los arreglistas de la época. Todos esos instrumentos son transpositores, entonces el melódico estaba al medio y como que molestaba, no combinaba. Además, esta música empezó a pasar de moda, los fabricantes se dieron cuenta que ya no había tanto mercado en las casas y el instrumento quedó relegado. Cambió la época.

Cuándo y dónde

El concierto se realizará el miércoles 21 de agosto a las 19:30 horas en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM). La entrada es gratuita. Más información en DMUS.

Fotos: Valentina Miranda / DMUS U. de Chile.




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