El atentado suicida ocurrió este sábado 17 de agosto, pasadas las 10 de la noche durante la celebración de un matrimonio. 63 personas perdieron la vida y otras 182 resultaron heridas en el ataque revindicado por el Estado Islámico.
Este es uno de los atentados suicidas más mortíferos desde principios de año en Afganistán. “Entre las víctimas hay mujeres y niños”, dijo el portavoz del Ministerio del Interior Nasrat Rahimi. Una gran explosión se escuchó en el oeste de Kabul, donde gran parte de sus habitantes pertenecen a la comunidad hazara, la minoría chiita del país.
Según los testigos, la explosión ocurrió en la parte reservada para los hombres, en plena ceremonia de boda con centenares de invitados. Los testigos publicaron en redes sociales los primeros videos y fotos mostrando escenas de horror: mesas y sillas destruidas en medio de charcos de sangre, rodeadas por cadáveres.
Los talibanes habían negado ser los autores
Rapidamente los portavoces talibanes negaron su implicación. “El Emirato Islámico (como se hacen llamar los talibanes) condena enérgicamente el ataque contra civiles en Kabul. Cometer tales asesinatos de manera deliberada y brutal y atacar a mujeres y niños no tiene justificación “, tuitearon dos portavoces talibanes.
El domingo el brazo afgano del Estado Islámico, el otro grupo terrorista acusado de algunos ataques en este país en guerra, admitió ser el autor del ataque contra la minoría hazara, su víctima recurrente en Afganistán.
La población espera un acuerdo de paz
Las bodas en Afganistán reúnen a cientos de invitados en grandes salas a las afueras de la ciudad. En un ataque revindicado por el Estado Islámico el pasado 12 de julio, al menos seis personas murieron y catorce resultaron heridas cuando un hombre se inmoló durante una ceremonia en la provincia de Nangarhar, en el este de Gaza, en Afganistán.
El ataque del sábado se produce cuando el pueblo afgano, desesperado por la violencia indiscriminada, espera un acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes que allane el camino para las negociaciones de paz entre el gobierno afgano y el grupo insurgente.
Varias fuentes estadounidenses sugirieron en los últimos días que un acuerdo podría ser firmado, pero que algunos puntos quedaban por resolver. El enviado especial, Zalmay Khalilzad, jefe del equipo negociador de Estados Unidos, podría regresar a la región en los próximos días para continuar o incluso finiquitar las negociaciones.
El atentado suicida ocurrió este sábado 17 de agosto, pasadas las 10 de la noche durante la celebración de un matrimonio. 63 personas perdieron la vida y otras 182 resultaron heridas en el ataque revindicado por el Estado Islámico.
Este es uno de los atentados suicidas más mortíferos desde principios de año en Afganistán. “Entre las víctimas hay mujeres y niños”, dijo el portavoz del Ministerio del Interior Nasrat Rahimi. Una gran explosión se escuchó en el oeste de Kabul, donde gran parte de sus habitantes pertenecen a la comunidad hazara, la minoría chiita del país.
Según los testigos, la explosión ocurrió en la parte reservada para los hombres, en plena ceremonia de boda con centenares de invitados. Los testigos publicaron en redes sociales los primeros videos y fotos mostrando escenas de horror: mesas y sillas destruidas en medio de charcos de sangre, rodeadas por cadáveres.
Los talibanes habían negado ser los autores
Rapidamente los portavoces talibanes negaron su implicación. “El Emirato Islámico (como se hacen llamar los talibanes) condena enérgicamente el ataque contra civiles en Kabul. Cometer tales asesinatos de manera deliberada y brutal y atacar a mujeres y niños no tiene justificación “, tuitearon dos portavoces talibanes.
El domingo el brazo afgano del Estado Islámico, el otro grupo terrorista acusado de algunos ataques en este país en guerra, admitió ser el autor del ataque contra la minoría hazara, su víctima recurrente en Afganistán.
La población espera un acuerdo de paz
Las bodas en Afganistán reúnen a cientos de invitados en grandes salas a las afueras de la ciudad. En un ataque revindicado por el Estado Islámico el pasado 12 de julio, al menos seis personas murieron y catorce resultaron heridas cuando un hombre se inmoló durante una ceremonia en la provincia de Nangarhar, en el este de Gaza, en Afganistán.
El ataque del sábado se produce cuando el pueblo afgano, desesperado por la violencia indiscriminada, espera un acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes que allane el camino para las negociaciones de paz entre el gobierno afgano y el grupo insurgente.
Varias fuentes estadounidenses sugirieron en los últimos días que un acuerdo podría ser firmado, pero que algunos puntos quedaban por resolver. El enviado especial, Zalmay Khalilzad, jefe del equipo negociador de Estados Unidos, podría regresar a la región en los próximos días para continuar o incluso finiquitar las negociaciones.
El atentado suicida ocurrió este sábado 17 de agosto, pasadas las 10 de la noche durante la celebración de un matrimonio. 63 personas perdieron la vida y otras 182 resultaron heridas en el ataque revindicado por el Estado Islámico.
Este es uno de los atentados suicidas más mortíferos desde principios de año en Afganistán. “Entre las víctimas hay mujeres y niños”, dijo el portavoz del Ministerio del Interior Nasrat Rahimi. Una gran explosión se escuchó en el oeste de Kabul, donde gran parte de sus habitantes pertenecen a la comunidad hazara, la minoría chiita del país.
Según los testigos, la explosión ocurrió en la parte reservada para los hombres, en plena ceremonia de boda con centenares de invitados. Los testigos publicaron en redes sociales los primeros videos y fotos mostrando escenas de horror: mesas y sillas destruidas en medio de charcos de sangre, rodeadas por cadáveres.
Los talibanes habían negado ser los autores
Rapidamente los portavoces talibanes negaron su implicación. “El Emirato Islámico (como se hacen llamar los talibanes) condena enérgicamente el ataque contra civiles en Kabul. Cometer tales asesinatos de manera deliberada y brutal y atacar a mujeres y niños no tiene justificación “, tuitearon dos portavoces talibanes.
El domingo el brazo afgano del Estado Islámico, el otro grupo terrorista acusado de algunos ataques en este país en guerra, admitió ser el autor del ataque contra la minoría hazara, su víctima recurrente en Afganistán.
La población espera un acuerdo de paz
Las bodas en Afganistán reúnen a cientos de invitados en grandes salas a las afueras de la ciudad. En un ataque revindicado por el Estado Islámico el pasado 12 de julio, al menos seis personas murieron y catorce resultaron heridas cuando un hombre se inmoló durante una ceremonia en la provincia de Nangarhar, en el este de Gaza, en Afganistán.
El ataque del sábado se produce cuando el pueblo afgano, desesperado por la violencia indiscriminada, espera un acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes que allane el camino para las negociaciones de paz entre el gobierno afgano y el grupo insurgente.
Varias fuentes estadounidenses sugirieron en los últimos días que un acuerdo podría ser firmado, pero que algunos puntos quedaban por resolver. El enviado especial, Zalmay Khalilzad, jefe del equipo negociador de Estados Unidos, podría regresar a la región en los próximos días para continuar o incluso finiquitar las negociaciones.
