Marcelo Ebrard, jefe de la diplomacia mexicana, presentó al vicepresidente estadounidense Mike Pence, los avances del acuerdo bilateral alcanzado en junio con Washington. Un acuerdo con el que México se libró de pagar aranceles a Estados unidos a cambio de convertirse en el guardián de la frontera para impedir el paso de inmigrantes hacia el vecino del norte.
Entrevistada por Radio Francia Internacional, Mariana Zaragoza, directora del programa de asuntos de la Universidad Iberoamericana de México, estima que si bien las cifras oficiales muestran una reducción del flujo migratorio, al mismo tiempo ha habido un aumento de las redes clandestinas de tráfico humano y las rutas peligrosas para los inmigrantes .
Tras su encuentro relámpago con el presidente Donald Trump, el canciller mexicano Marcelo Ebrard describió el cara a cara con el mandatario estadounidense como “bastante amable, positivo”, y contó que Trump, quien busca la reelección en 2020 y ha hecho de la lucha contra la inmigración ilegal una bandera de su gobierno y de sus campañas proselitistas, se mostró “agradecido” por la labor de México.
Y tiene que agradecer. Las cifras lo prueban: con 56% de reducción en el flujo migratorio entre junio y agosto y un número de deportados récord, (52.700), el Gobierno de Manuel López Obrador ha cedido a la voluntad de Trump dejando atrás la política migratoria amigable que había mostrado durante los primero meses de su mandato.
Que la migración no se vea
Para Mariana Zaragoza, directora del programa de asuntos de la Universidad Iberoamericana de México, aunque López Obrador y la Secretaria de Gobierno Olga Sánchez Cordero digan que mantienen un enfoque de derechos humanos en su política migratoria, los hechos muestran que es el enfoque de militarización y seguridad el que se está implementando en el trato a los migrantes, incluso a niveles más agresivos que durante el gobierno de Peña Nieto. El resultado es un aumento de la violencia, la clandstinidad y el peligro.
“Aunque las estadísticas oficiales muestren una reducción del flujo migratorio, eso no significa que también haya bajado el número de migrantes en redes de tráfico y rutas más clandestinas y peligrosas”. Precisa la analista. “La situación no ha cambiado en Honduras, principal expulsor de personas, tampoco en El Salvador ni en Guatemala. La gente sigue saliendo ys e han fortalecido las redes clandestinas de tráfico humano. México está provocando que la migración no se vea”.
Estados Unidos quiere más
El cambio de la política migratoria mexicana se dio hace tres meses a partir del acuerdo bilateral surgido de un chantaje de parte de la administración Trump: Estados Unidos amenazaba con un aumento del 5% a los aranceles a México si el gobierno de López Obrador no lograba contener la migración,
La experta en migración considera que México hubiera podido negociar mejor. “La dignidad de las personas migrantes no puede ser una moneda de cambio en un acuerdo comercial. Haber aceptado esa imposición nos pone en una desventaja muy grande frente a Estados Unidos en una relación comercial donde la dependencia no solo es de México hacia Estados Unidos. En muchas actividades comerciales, Estados Unidos también depende de México.”
Un día antes de la rendición de cuentas del canciller mexicano a las autoridades estadounidenses, Washington exigió al gobierno de López Obrador que reforzara sus esfuerzos y lo conminó a reforzar el Protocolo de Protección del Migrante (PPM), por el cual acepta que quienes piden asilo en Estados Unidos esperen en territorio mexicano mientras sus casos son procesados.
Zaragoza advierte que la presión de parte de Washington va a continuar hasta las elecciones en las que Trump aspira a su reelección a través de un discurso de odio contra su chivo expiatorio: el migrante. No obstante, el canciller aseveró que en ningún momento de las conversaciones en la Casa Blanca surgió la amenaza arancelaria.
Para poder ser el Guardián que impide el paso de los migrantes hacia Estados Unidos, el Gobierno de México ha desplazado a la frontera norte y sur, a las carreteras y a algunos albergues, a la Guardia Nacional, un nuevo cuerpo militar impulsado por el ejecutivo sobre el que pesa la sombra de violaciones a los derechos humanos de los migrantes.
Según un comunicado de La Casa Blanca, Pence elogió a México por las “miles de tropas” desplegadas y señaló la necesidad de trabajar estrechamente con el gobierno de AMLO “para ampliar aún más” el alcance de los PPM.