El Golfo vive un “momento sensible y de una importancia histórica”, declaró el presidente iraní Hasan Rohani, en la apertura de un desfile militar en Teherán. Arabia Saudita y Estados Unidos acusan a Irán de los ataques del 14 de septiembre contra dos instalaciones petroleras sauditas.
Teherán niega cualquier responsabilidad en esos ataques, reivindicados por los rebeldes hutíes yemenitas, que tienen apoyo iraní. Sin embargo, el secretario de Defensa estadounidense, Mark Esper, anunció el viernes frente a la “escalada drástica de agresiones iraníes” que su país enviará al Golfo refuerzos militares “de naturaleza defensiva”.
Tras hablar de una posible respuesta militar, el presidente estadounidense, Donald Trump se mostró menos inclinado a ese tipo de represalias, habló de “solución pacífica” y anunció nuevas sanciones económicas contra Teherán.
Rohani aseguró que la “resistencia y la unidad” del pueblo iraní acabarían con el “terrorismo económico” de Washington. En su alocución, transmitida en directo por la televisión estatal, Rohani advirtió que la presencia de fuerzas extranjeras aumenta la “inseguridad” en el Golfo.
“Su presencia siempre ha traído dolor y desgracia en la región”, manifestó el presidente iraní, señalando “a quienes quieren hacer a Irán responsable” de los males de la región. “Cuanto más lejos estén de nuestra región, más seguridad habrá”, agregó.
“Desde nuestro punto de vista, la seguridad del Golfo Pérsico viene del interior. La seguridad del Golfo Pérsico es endógena, la seguridad del estrecho de Ormuz es endógena. Las fuerzas extranjeras son fuente de problemas e inseguridad para nuestro pueblo y para la región”, añadió.
Cada 22 de septiembre, Irán conmemora el Día de la Sagrada Defensa en recuerdo del el estallido de la guerra entre Irán e Irak (1980-1988). Rohani reiteró, por otra parte, que su país tendía “la mano de la amistad y la fraternidad” a los demás países ribereños del Golfo.
Cooperación regional
Aludiendo a los vecinos árabes del Golfo con los que Irán mantiene tensas relaciones, como Arabia Saudita o Emiratos Árabes Unidos, Rohani dijo que su gobierno está “incluso dispuesto a ignorar sus errores pasados”.
“Porque hoy la situación es tal que los enemigos del islam y de la región, es decir, Estados Unidos y el sionismo, quieren hacer un mal uso de nuestras divisiones”, agregó.
Por ello, aseguró que Irán presentará en la Asamblea General de Naciones Unidas, que empieza el martes en Nueva York, un plan de cooperación regional para garantizar la seguridad “del Golfo Pérsico, del estrecho de Ormuz y del mar de Omán”, con la “ayuda de los países de la región”.
El presidente iraní, quien no ha dado más detalles de su iniciativa de seguridad regional, debería tomar la palabra en nombre de Irán el miércoles en la tribuna de la Asamblea.
Las tensiones entre Teherán y Washington no dejaron de crecer desde que Estados Unidos se retiró unilateralmente, en mayo de 2018, del acuerdo nacional sobre el programa nuclear iraní firmado en 2015, tras lo cual se restablecieron importantes sanciones estadounidenses contra Irán.
En junio, la destrucción de un dron estadounidense por parte de Irán ya hizo temer una escalada. Los ataques del 14 de septiembre, que redujeron a la mitad la producción de petróleo saudita y dispararon el precio del crudo, atizaron esa preocupación.
Según Esper, el nuevo desplazamiento de fuerzas estadounidenses en el Golfo, que según él será “moderado”, es “una primera medida” en respuesta a esos ataques, a petición de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.
El sábado, el jefe de los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico de Irán, Hosein Salami, advirtió que cualquier país que ataque a la República Islámica verá su territorio convertido en “campo de batalla”.