Triste y solitario final: La debacle del macrismo y los desafíos del próximo gobierno

  • 29-09-2019

El Presidente Mauricio Macri se despidió del escenario internacional sumando una nueva decepción a su interminable serie de reveses políticos. El martes 24 participó en la 73° Asamblea de las Naciones Unidas frente a un exiguo auditorio conformado mayoritariamente por funcionarios argentinos, conminados a ocupar butacas vacías para disimular la fotográfica escena del triste y solitario final.

En esa misma jornada, el FMI le negaba al gobierno macrista el último tramo del crédito pactado, originalmente, para impedir su derrota electoral. Sin embargo, a pesar de las señales negativas del entorno, el Presidente argentino volvió a vanagloriarse de la apertura al mundo lograda durante su gestión. Mientras tanto, su admirado mandamás estadounidense declaraba en forma antagónica que “el futuro pertenece a los patriotas, no a los globalistas”. Luego del discurso del neoyorquino, varios funcionarios de la Cancillería argentina tuvieron que recurrir a malabares dialécticos para explicarle a la turbada delegación de Cambiemos que el internacionalismo trumpista comulga únicamente con el neoliberalismo latinoamericano en lo referente a sus intereses estratégicos: las aspiraciones globales de Washington sólo buscan eliminar las fronteras para instituirse en gendarme mundial. La otra exaltación internacionalista de Trump —también ajena al comercio libre— se vincula al deseo de continuar siendo la aspiradora financiera mundial, dispuesta a captar la fuga de capitales de terceros países, beneficiándose además con los endeudamientos cíclicos (intereses leoninos inclusive) de las economías subdesarrolladas y emergentes.

La política externa del neoliberalismo argentino, en su versión macrista, se inició a principios de 2016 con el sospechoso pago al contado a los fondos buitre bajo el augurio de una lluvia de inversiones que nunca llegaron y que se reconvirtieron en sequías, bicicletas financieras y fuga de capitales. La declamada apertura al mundo incluyó el escandaloso incremento del endeudamiento externo y el consecuente quebranto de una enorme porción de las pymes existentes. La apertura irracional e indiscriminada fue utilizada, además, por los prestamistas privados internacionales y, en forma simultánea, por los inversionistas especulativos (golondrina).

Este saqueo institucionalizado fue acompañado por un esquema planificado de desintegración regional, orientado a resquebrajar la multipolaridad forjada en el periodo anterior. De esa manera se garantizó una mayor capacidad orgánica de hostigamiento contra Venezuela a través del Grupo de Lima, la alianza unilateralista conformada por los gobiernos digitados por el Departamento de Estado. Ese conglomerado decidió en las últimas semanas la aplicación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), que prevé la posibilidad de una intervención militar conjunta contra Venezuela. Frente a este hecho, la cancillería uruguaya anunció el abandono del TIAR. Su canciller Rodolfo Nin Novoa advirtió que “la carta de Naciones Unidas establece en el artículo 53 —con meridiana claridad— que se prohíbe el uso de medidas coercitivas (tanto las bélicas como las no militares), cuando no medie la autorización del Consejo de Seguridad” de las Naciones Unidas.

Donald Trump y Bibi Netanyahu, cuesta abajo en la rodada.

Donald Trump y Bibi Netanyahu, cuesta abajo en la rodada.

Desplome conjunto

El desmoronamiento del macrismo es coincidente con la devaluación política de Donald Trump, Jair Bolsonaro, Bibi Netanyahu y Boris Johnson, quienes han visto deteriorarse, en las últimas semanas, sus liderazgos domésticos. Los cuatro mandatarios están acusados de diferentes delitos de corrupción. En Washington, la presidenta de la Cámara de Representantes del Congreso, Nancy Pelosi, habilitó la investigación preliminar del juicio político contra Trump, luego de divulgarse una denuncia anónima relativa a las presiones ejercidas sobre el Presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para socavar la candidatura del demócrata Joe Biden. Según los trascendidos de fuentes de inteligencia, el primer mandatario solicitó al Pentágono suspender el envío de 400 millones de dólares de asistencia militar a Ucrania, con el objeto de extorsionar a Kiev para que investigue al hijo del ex vicepresidente.

Bolsonaro fue cuestionado durante su paso por la ONU por su insensibilidad ambiental, asociada a la deforestación y a los recurrentes incendios del Amazonas. En forma paralela, avanzan en Brasilia las investigaciones parlamentarias respecto a la confusa participación del hijo del Presidente en las transacciones comerciales de energía excedente, proveniente de la represa de Itaipú. Bibi Netanyahu, por su parte, no logró los votos esperados para conformar una mayoría parlamentaria y su partido, el Likud, observa con preocupación el avance de las investigaciones sobre negociaciones incompatibles con la función pública, recepción ilícita de dádivas y extorsión. En esta misma línea de putrefacción, el premier del Reino Unido fue reconvenido por el superior tribunal británico y conminado a reabrir el Parlamento que clausuró indebidamente para imponer un formato de Brexit desligado de todo debate público.

A pesar del hundimiento conjunto de los integrantes de la entente neoliberal-conservadora, las usinas financiadas por Washington ya se encuentran abocadas a desgastar al próximo gobierno popular argentino. Uno de sus voceros informales, el periodista radicado en Miami Andrés Oppenheimer, adelantó el guion de cómo continuará la ofensiva: el futuro gobierno de Fernández “podría encaminarse hacia lo que algunos aquí denominan una potencial ‘Argenzuela’”. El paso posterior, anticipan los analistas de Washington, buscará impugnar la tentativa multilateralista del Frente de Todxs, asociándolo con el peligro de la presencia rusa y china en la región. El tercer capítulo, rezan los manuales de los think tanks republicanos, advertirá sobre los riesgos que supone la vinculación irresponsable con países permeables al narcotráfico y al terrorismo (o sea la inmensa mayoría del globo terrestre, salvo los acólitos de Washington).

Es muy probable que el macrismo se disipe en los próximos meses, con el mismo espíritu gaseoso con el que fueron inflados los globos amarillos que le dieron volumen dos décadas atrás. Pero las causas estructurales que lo crearon quedarán disponibles para que el Departamento de Estado, en connivencia con las corporaciones locales, inicie la recurrente búsqueda de alfiles sustitutos.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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