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Un octubre decidor: las elecciones que marcarán el devenir político de Sudamérica

La disputa es clara en Bolivia, Uruguay y Argentina: izquierda y derecha se enfrentan por los gobiernos, lo que, inevitablemente, modificará el panorama regional, continúen o no al mando las coaliciones que hoy lo hacen.

Camilo Villa J.

  Lunes 7 de octubre 2019 8:14 hrs. 
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Octubre es un mes decisivo para el devenir político de América del Sur. El domingo 20, los bolivianos acudirán a las urnas para elegir presidente. Una semana después, el 27 de octubre, el turno corresponderá a argentinos y uruguayos.

La disputa es clara en estos tres países: izquierda y derecha se enfrentan por los gobiernos, lo que, inevitablemente, modificará el panorama regional, continúen o no al mando las coaliciones que hoy lo hacen.

Para la analista internacional y académica del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, Paz Milet, el escenario que se podría abrir es un retorno -sobre todo tomando en cuenta la casi segura victoria de Alberto Fernández en Argentina- de las ideas progresistas asociadas, por lo general, con la izquierda.

“Durante los últimos años evidenciamos un tránsito hacia gobiernos más hacia la centro derecha y a la derecha, incluso gobiernos más de una derecha reivindicacionista como el de Brasil y, en estas elecciones, podemos experimentar una reincorporación de ideas más de centro izquierda y de izquierda, las que, de alguna manera, cambiarían la conformación, el equilibrio que hoy existe a nivel regional”, sostuvo Milet.

El escenario es el siguiente: de las tres naciones que elegirán presidente, hay dos en que sus actuales mandatarios van por la reelección, Bolivia y Argentina. En tanto, en Uruguay se juega la continuidad de la coalición de izquierda Frente Amplio, o el regreso de la derecha a través del Partido Nacional.

Según las encuestas, es el candidato frenteamplista, Daniel Martínez, quien lleva la delantera con, aproximadamente, un 30 por ciento de intención de voto. Le sigue Luis Lacalle Pou, con poco más de 20 por ciento.

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Para el ex subsecretario de Relaciones Exteriores y actual académico de la Universidad Central, Edgardo Riveros, la elección uruguaya no está definida, por el contrario, es difícil predecir resultados, pues si bien el Frente Amplio tiene la primera mayoría, la estrategia de la oposición podría dar más de alguna sorpresa.

“Los más posible es que exista una segunda vuelta electoral, y ahí dependen cómo se alineen los actores para enfrentar la segunda vuelta. Pareciera ser que el Frente Amplio tendría la primera mayoría, pero no con los votos suficientes como para obtener la elección en primera vuelta y puede ser de que los partidos de centro derecha se unan y pueden ser muy competitivos en una segunda vuelta electoral”.

Sin duda, la elección en Argentina es la que se roba la mayoría de las miradas, pues su influencia en la región es tal, que cualquiera sea el resultado influirá inevitablemente en el devenir diplomático de Sudamérica.

Según la analista Paz Milet, un triunfo de Alberto Fernández significa, por sobre todo, el fracaso del proyecto liderado por Mauricio Macri. Aunque también acotó que el eventual gobierno kirchnerista no la tendrá nada de fácil, pues las condiciones ya no son las de antaño. Hoy ya no existen recursos para continuar con las políticas de subsidio y se mantiene una deuda sustantiva con el Fondo Monetario Internacional.

En cuanto a la política internacional de un eventual gobierno de Fernández, Milet recomendó fijarse en puntos claves, como la importancia que se le dará al acuerdo del Mercosur con la Unión Europea, o cómo se planteará Argentina frente a la crisis de Venezuela, o cómo se comportará en instancias como el Prosur.

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El candidato de Bolivia, Evo Morales, y su par argentino, Alberto Fernández.

Bolivia es caso aparte. El presidente Evo Morales es candidato pese a que perdió el referéndum que se lo permitía. Pese a las numerosas críticas, el primer mandatario indígena en la historia de Bolivia lidera las encuestas con un porcentaje promedio de 33 por ciento.

Pese a que encabeza las encuestas, la intención de voto a su favor no alcanzaría para ganar en primera vuelta, y aquí se le complica el panorama. Pues quien le sigue es el ex presidente Carlos Mesa, quien marca 26 puntos aproximadamente, pero se da por sentado que gran parte de los votos que no lograrán pasar al balotaje, se sumarán a Mesa, votos que, eventualmente, le podrían dar la victoria.

Aun así, si esto ocurre, Mesa y la derecha boliviana no la tendrían nada fácil. Según Paz Milet, el partido oficialista MAS seguirá siendo la colectividad más fuerte de Bolivia, ejerciendo una presión considerable tomando en cuenta, además, que la derecha está desarticulada.

Así las cosas en la región, el panorama que se aproxima se vislumbra complejo. Por un lado gobiernos ultraderechistas como el de Jair Bolsonaro en Brasil, y otros de “izquierda dura” como el de Nicolás Maduro en Venezuela, o una izquierda más moderada como podría ser un eventual mandato de Alberto Fernández en Argentina.

Ante este escenario, ¿qué pasara con instancias internacionales como el Grupo de Lima, Prosur, o Celac?

Para el ex subsecretario de Relaciones Exteriores, Edgardo Riveros, la diversidad de gobiernos es positiva y obligará a las instancias regionales a tomar decisiones con discusiones más profundas y elaboradas.

“Yo creo que los efectos que pueden tener en estos grupos es que exista un diálogo más amplio, donde hay más voces opinantes, y yo creo que para grupos colectivos de países eso es bueno, no es necesariamente malo, y el construir consensos sobre la base de la discusión, creo que es muy importante no solo en política interna, sino también en política internacional”.

Bolivia, Uruguay, Argentina. Tres elecciones que cambiarán o acentuarán el devenir político de la región. Las cartas no están echadas, las estrategias aun funcionan y Sudamérica mira atenta el tablero.

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