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María de los Ángeles Fernández, analista internacional: “España no tiene cultura de pacto”

Desde 2015 este país ha tenido ya cuatro elecciones generales, lo que es un síntoma de la falta de diálogo y concesión entre los partidos. Para la experta hay un desgaste de la clase política española: “Hay mucha preocupación por la abstención“, dice.

Gabriela Medina D.

  Sábado 12 de octubre 2019 15:34 hrs. 
Fernandez

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España no ha logrado mantener una estabilidad política y las elecciones del 10 de noviembre es la última prueba de ello. Desde 2015 este país ha tenido ya cuatro elecciones generales, lo que es un síntoma de la falta de diálogo y concesión entre los partidos.

Una derecha que parece no tener liderazgo, una izquierda fragmentada y un centro que no convence es parte del panorama actual de la política española. El Centro de Investigaciones Sociales (CIS) en España, en una encuesta publicada el 26 de septiembre, indica que para el Partido Socialista Obrero Español la intención de voto es del 34,2 por ciento, lo que supone más de cinco puntos sobre el resultado en las elecciones generales del 28 de abril (28,68 por ciento). El partido al frente del Ejecutivo dobla al Partido Popular, que tendría a un 17,1 por ciento de los electores, lo que indica que mejoraría ligeramente el resultado de los pasados comicios (16,70 por ciento).

Por otra parte, las encuestas señalan que el partido que será castigado en estas nuevas elecciones será Ciudadanos con una baja de tres puntos porcentuales en comparación a los resultados de abril en los que tuvo 15,86 por ciento de los votos. La coalición Unidas Podemos tendría una ligera recuperación con un 15,5 por ciento y Vox al igual que Ciudadanos perdería fuerza con una intención del voto de 7,5 por ciento. Esta consulta del CIS no toma en cuenta la irrupción del nuevo partido del ex Podemos, Iñigo Errejón.

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Esta situación plantea muchos desafíos para España en un momento delicado de la economía europea, el auge de los movimientos separatistas, la creciente popularidad de la extrema derecha, el cambio climático y reformas claves que están pendientes.

Para entender lo que ocurre en este país y lo que se puede esperar para los comicios del 10 de noviembre, la cientista política española, María de los Ángeles Fernández, explica a Diario y Radio Universidad de Chile que lo que se observa, principalmente, es un desgaste de la clase política española.

¿Se puede establecer que en España la izquierda está en crisis?

El problema de España no pasa solo por la crisis de la izquierda, aunque efectivamente, tenemos una nueva fisión con el surgimiento del partido de Errejón, Más País, que es un desgajamiento de Podemos. Durante las últimas elecciones generales que tuvimos el 28 de abril, asistimos a tres partidos del sector de la derecha, entonces, se podría decir que la derecha también está en crisis.

España se encamina a las cuartas elecciones en cuatro años y se ha mostrado, en el contexto europeo, como el país con más dificultades para gobernarse y que lleva ya mucho tiempo en una situación de bloqueo y parálisis que tiene postergadas o diferidas las reformas que necesita para seguir enfrentando los desafíos que vienen.

¿Qué dice del escenario político español esta incapacidad de formar gobierno e ir a unas cuartas elecciones en cuatro años? 

Dentro de Europa, España muestra una condición muy peculiar, es casi una anomalía porque cuesta mucho que las fuerzas políticas pacten. En general, observas dentro de la Unión Europea países en los cuales, gracias a los incentivos o al diseño institucional del régimen parlamentario, es posible que se pongan de acuerdo partidos de distinta orientación ideológica,  a través de pactos o coaliciones. El ejemplo más notable es el caso de Alemania.

España muestra una particular resistencia a eso. No hay cultura de pacto, porque nunca ha habido gobiernos de coalición desde que se recuperó la democracia y a nivel de la élite política muestra mayores niveles de intransigencia. Todo eso genera un problema muy grande, porque a partir de la crisis de la zona euro, cambió el sistema político.

De ser un sistema bipartidista, que se alternaba el poder, ahora vamos a enfrentar las cuartas elecciones en cuatro años y ya tenemos seis fuerzas políticas de expresión nacional que compiten en todo el territorio. Todo esto complejiza mucho el cuadro y coloca a los líderes políticos en un desafío muy grande que es aprender a transar y negociar. En el fondo esa es la clave de la política democrática.

¿Cuál agrupación política que tiene más que perder en estas nuevas elecciones?

Las últimas encuestas arrojan un mismo resultado: el partido que se va a a ver más castigado con esta repetición de elecciones será Ciudadanos. Este es un partido que nació en Cataluña en respuesta al nacionalismo separatista y  que se fue ubicando como centro liberal lo que posibilitó anteriormente formar gobierno a Mariano Rajoy. Pero Ciudadanos, que antes jugaba un rol de balanza o bisagra, se ha ido escorando a la derecha, quizá motivado por la situación de Cataluña. Hoy es un partido que a pesar de que pudo haber dado sus 57 escaños a Pedro Sánchez para poder gobernar con holgura, se negó y estableció un veto a Sánchez. Fue bastante intransigente y eso es lo que nos tiene en un escenario de unas cuartas elecciones y, aparentemente, los electores los están castigando. Particularmente su propia base, solo 45 por ciento de sus votantes dijeron que elegirían de nuevo a Ciudadanos el 10 de noviembre.

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¿Qué pasa con la aparición de Más País? ¿Puede el partido de Errejón quitarle votos al PSOE y Podemos? 

Tengo la impresión que Más País es algo muy nuevo y muy reactivo. Efectivamente, se le está dando una proyección de unos nueve u ocho escaños en el Congreso, pero no me da la impresión que vaya a ser algo que vaya a afectar con tanta fuerza a ambos partidos.

¿Cómo considera que afecta el desgaste de la ciudadanía a la participación en estos nuevos comicios?

Uno de los elementos que se observa, para las elecciones del 10 de noviembre, es el aumento de la abstención. La media en España, en todos los comicios que se ha dado en el periodo democrático, ha sido del 26 por ciento. Es bastante pequeña en comparación con el nivel de abstención de un país como Chile. La abstención va a castigar, aparentemente, más a Ciudadanos y por eso este partido está muy preocupado, porque está observando que sus votantes no son fieles y están emigrando a otras fuerzas políticas como el PP, PSOE y Vox.

Hay mucha preocupación por la abstención, porque ya hay dificultades para poder formar Gobierno y si un sector importante de la población no va a las urnas, esto termina por profundizar la sensación de falta de legitimidad del sistema.

En este contexto de crisis política y desgaste, ¿cómo ve el crecimiento de los partidos verdes en Europa y, en específico, en España con la aparición de movimientos como la Rebelión por la Extinción?

Esta resurrección que están experimentando los partidos verdes o las iniciativas políticas de carácter ecológico, en este contexto de rechazo a la pasividad de los políticos frente a la amenaza del cambio climático, en España no se expresa con fuerza políticamente y se ha hablado que es una especie de anomalía en el sur de Europa.

Pareciera que en las elecciones pasadas evitar el avance de la extrema derecha en España, personificada en Vox, fue algo que motivó a la ciudadanía a salir a votar, ¿puede que esa motivación siga o se va a beneficiar la extrema derecha con unas nuevas elecciones?

Vox va a mantener lo conseguido. Así lo están demostrando las encuestas: va a tener el cuarto o quinto lugar, casi compitiendo con Ciudadanos. Vox ya está adentro. Más que una presencia efectiva, que la tiene, juega un rol más importante: el uso que otros partidos hacen de esta agrupación para movilizar a sus propios votantes con el fin de detener la amenaza de la extrema derecha. Eso lo logró con relativo éxito Pedro Sánchez.

¿Cuáles escenarios se pueden esperar en España después de las elecciones generales del 10 de noviembre?

Las elecciones del 10 de noviembre no van a alterar significativamente el cuadro o el escenario que las motivó. Muchas personas piensan que la incapacidad de los políticos de formar Gobierno y de ofrecer al país una alternativa rebotó en los ciudadanos y que ellos son los que tiene que resolver aquellos dilemas para los cuales los políticos fueron elegidos. Lo más probables es que nos encontremos un escenario parecido donde el PSOE saque una votación similar o un poco mayor, pero igual no le va a alcanzar para gobernar. El PP va a subir mucho y significativamente, Ciudadanos va a bajar tanto que puede que no se vaya a convertir en una alternativa relevante, Vox y Podemos se van a mantener y vamos a ver la irrupción de esta nueva fuerza de Iñigo Errejón, que complica aún más esta fragmentación.

Probablemente tengamos de nuevo un Gobierno socialista que va a tratar de conversar y gobernar con la izquierda. Esa es la voluntad de Pedro Sánchez. No creo que esto le permita sumar tanto que evite que tenga que recurrir a los partidos nacionalistas de corte separatista y si esa es la alternativa que él tiene, la gobernabilidad de España vuelve a estar en juego.

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