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Desde la anomía a la resiliencia

Columna de opinión por Yolanda Acevedo
Viernes 25 de octubre 2019 10:33 hrs.


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Se denomina anomía a la noción proveniente del griego ἀνομία / anomía: prefijo ἀ- a- «ausencia de» y νόμος / nómos «ley, orden, estructura»,  a la falta de normas o incapacidad de la estructura social de proveer a ciertos individuos de lo necesario para lograr las metas de la sociedad. El término es utilizado en sociología y ciencias sociales.

En Sociología se usa la voz de anomía al estado de desorganización social o aislamiento del individuo como consecuencia de la falta o la incongruencia de las normas sociales.

En medicina se usa la voz de anomía para referirse al trastorno del lenguaje que se caracteriza por la incapacidad o la dificultad de reconocer o recordar los nombres de las cosas. “un síntoma del alzheimer es la anomia”.

El término fue introducido en primer lugar por el sociólogo Émile Durkheim[1] en La división del trabajo en la sociedad (1893). “Un Estado sin normas que hace inestables las relaciones del grupo, impidiendo así su cordial integración”, así como en su obra El suicidio (1897). Posteriormente, el sociólogo estructuralista Robert K. Merton (Social Theory and Social Structure, 1949)  y en 1964 en Anomie, anomía and social interaction: contexts of deviant behavior señala que “las estructuras sociales ejercen una presión definitiva en ciertas personas de la sociedad, de tal manera que producen una conducta inconformista en vez de una conformista”.

La anomía es, pues, en nuestras sociedades modernas, un factor regular y específico de los suicidios; es una de las fuentes de que se alimenta la frecuencia anual. El suicidio anómico se distingue en que no depende de la manera como los individuos se unen a la sociedad, sino de la forma en que ella los reglamenta.[2]

¿Cuántos suicidios han debido recibir la líneas del Metro de Santiago? ¿Cómo ha tratado la empresa Metro a la ciudadanía al incorporarse a su servicio?, ¡Sacando asientos! Ello, sin considerar las inequidades a través de sus distintas estaciones y su trayecto a través de la ciudad.

La anomía es bastante común cuando el entorno social asume cambios significativos en economía, por ejemplo, ya sea para bien o para mal, y más generalmente cuando existe una brecha significativa entre las teorías ideológicas y valores comunes enseñados y la práctica en la vida diaria.

La anomía se entiende quizá mejor y más profundamente entre autonomía y heteronomía a través de los conceptos de Karl Marx de valor de uso y valor de cambio, y las ideas de Carl Gustav Jung sobre introversión y extraversión retomadas por Erich Fromm.

 

Cuando la sociedad está a punto de perder su vida esencial, es como la emergencia de la energía negativa: se descuida el Camino, muere la virtud. Se emprenden proyectos que no están en armonía con la Naturaleza, se dan órdenes que constituyen una violación de las cuatro estaciones. Tao Te King
Hoy las plazas, calles y avenidas del territorio chileno vuelven a ser  escenario de dignidad 
de su ciudadanía resiliente.

 

[1]Émile Durkheim. (Épinal, 1858 – París, 1917) Sociólogo, pedagogo y antropólogo francés, uno de los pioneros en el desarrollo de la moderna sociología. El primer trabajo importante de Émile Durkheim fue su tesis doctoral, Sobre la división del trabajo social (1893).
[2] Émile Durkheim, El suicidio

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.