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Dramaturgia porteña: un teatro bohemio, caótico y popular

La investigadora nacional Verónica Sentis acaba de publicar el libro Valparaíso en Escena. Antología de dramaturgia porteña 1870-2015. El volumen comprende once piezas teatrales que toman como escenario principal el puerto de Valparaíso. Asimismo, la publicación da a conocer una serie de obras que, hasta ahora, figuraban como desconocidas dentro de la historia teatral chilena.

Abril Becerra

  Domingo 8 de diciembre 2019 9:00 hrs. 
HISTORIAS DE CALLEJÓN

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A mediados del siglo XIX, Valparaíso se transformó en una de las principales puertas de entrada al país. A su atracadero, llegaban todo tipo de embarcaciones, mientras, la incipiente ciudad crecía, vertiginosa, entre sus cerros.

En ese contexto, el teatro fue una de las principales atracciones de la población: las compañías extranjeras se asentaban en la ciudad para protagonizar largas temporadas, las que, a su vez, se desarrollaban en los múltiples teatros que ofrecía la ciudad puerto.

No obstante, con el pasar del tiempo, Valparaíso cambió su rostro y con ello, también varió su escena teatral: hubo un periodo de esplendor, resistencia y transición. De forma paralela a ese proceso, también surgieron distintas propuestas que tomaron como telón de fondo el puerto con sus aconteceres y personajes populares.

Pero, ¿qué sucedió con esa importante escena? ¿Dónde están sus textos y quiénes son sus exponentes?

Recientemente, la investigadora Verónica Sentis Herrmann publicó el libro Valparaíso en Escena. Antología de dramaturgia porteña 1870-2015 (RiL editores). En él la autora reúne once obras que tienen como escenario principal el puerto de Valparaíso.

Así, el volumen comprende textos como Choche y Bachicha (1870) de Román Vial; La calle del dolor y del pecado (1935) de Carlos Barella Martínez; Buenaventura I. El año perdido (1961) de Luis Alberto Heiremans; La señora Cueto (1961) de Eloísa Peña y René Aguayo; y Tsunami… Gran ola en el puerto (2010) de Jenny Pino Madariaga, entre otros.

Con esta antología, la investigadora busca responder a la pregunta sobre si existe o no una dramaturgia porteña y cuál es el imaginario urbano que puede desprenderse de ese ejercicio. “La primera motivación fue la absoluta inexistencia de una antología de dramaturgia porteña”, comenta la autora.

“En ese sentido, más que una dramaturgia, existen producciones de Valparaíso. Es decir, cuando hablamos de dramaturgia porteña, hablamos de dramaturgia sobre el puerto. Cuando el puerto es el lugar de acción, las obras tienen que ver con un imaginario, que si bien se modifica con el paso de los años, mantiene rasgos identitarios que son muy claros y que la hacen distinta a todo el resto de la dramaturgia chilena”, explica la autora.

luis alberto

En la imagen Luis Alberto Heiremans (1928-1964), autor de Buenaventura I. El año perdido (1962). Fuente: Memoria Chilena.

De esta manera, la autora logró constatar, cuatro rasgos principales de la llamada “dramaturgia porteña”, vale decir, la presencia de personajes extranjeros y populares, la representación de un ambiente bohemio, la vinculación del puerto con la catástrofe y la fuerte presencia de una geografía anárquica.

“Valparaíso es un territorio que siempre se está quemando, que siempre está siendo bombardeado, que siempre se está terremoteando, donde siempre hay peligro de tsunami. Entonces, lo primero que nos interesaba observar era cómo Valparaíso ha sido siempre un territorio frágil. Luego, en todas las obras de teatro de Valparaíso aparecen extranjeros: en el siglo XIX son comerciantes ingleses e italianos que han venido al puerto a ‘hacerse la América’. Pero cuando se abre el canal de Panamá, empieza el proceso de decadencia y el extranjero queda como un marinero. Más tarde, en la dictadura los personajes sueñan con irse. Es un exilio político y económico”, comenta la escritora.

“Después, en la postdictadura, sobre todo después del año 2000, aparecen de nuevo los extranjeros que tienen que ver con la patrimonialización de la ciudad a espaldas de lo que opinan sus ciudadanos. Aparece como una especie de Valparaíso postal que se vende a los turistas y en los cuales los turistas vienen a ser una suerte de check list de los lugares que deben conocer”, añade la investigadora.

Sentis - 2019 - Valparaíso en escena - PORTADA 03

La investigación en torno a Valparaíso en Escena no fue fácil, sobre todo, porque para la realización de la antología, la autora debió consultar una serie de archivos con el objetivo de crear un corpus capaz de satisfacer sus inquietudes. En ese camino se encontró con escritos ajados, al borde del olvido. También debió recurrir a registros personales de quienes, en su momento, fueron herederos de los textos dramáticos más antiguos.

Por lo mismo, la autora ve esta labor como una recuperación patrimonial de las artes teatrales ligadas a Valparaíso: “El teatro es un objeto que no atraviesa el tiempo-espacio. Por lo tanto, lo único que queda es su texto dramático, que es la parte literaria del texto. Entonces, para nosotros era muy importante rescatar estos vestigios, para asegurarnos que no desaparecieran”.

El libro pretende lanzarse en el marco de la Feria Internacional del Libro de Viña del Mar que se realizaría en enero de 2020. De no ser así, el texto será presentado durante marzo del próximo año. El objetivo es efectuar una exhibición donde pueda colocarse en valor el trabajo de rescate patrimonial contenido en el texto.

Imagen principal: Obra Historias de Callejón de Isis Maldonado (2015).

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