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Es positivo saber de VIH/SIDA

Columna de opinión por Víctor Hugo Robles
Jueves 12 de diciembre 2019 15:37 hrs.


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“Es positivo saber”, reza el mensaje central de la nueva campaña de prevención del VIH/SIDA del Ministerio de Salud. Una necesaria, urgente e importante cruzada de utilidad pública que, presentada en el marco del Día Mundial del SIDA, ha levantado críticas y observaciones de las organizaciones de la sociedad civil con trabajo en VIH en nuestro país.

Una de las primeras críticas surgió de la Corporación Chilena de Prevención del SIDA, ACCIONGAY, que reclamó la falta de participación de las organizaciones sociales en la génesis y presentación de la campaña preventiva. Lo mismo hicieron los activistas del Movimiento de la Diversidad Sexual MUMS que, recordando la valiosa política de incorporar los aportes y experiencias de las organizaciones sociales, reclamaron la errada e incomprensible omisión.

El justo reclamo por la falta de participación social, establecida incluso por ley, ha sido una demanda permanente de las organizaciones comunitarias que a través de diversos medios y estrategias públicas le han hecho saber a la autoridad política – sanitaria que sin la participación social no existe ni existirá validación posible. En la campaña de prevención pasada la organización Sida Maule de Talca interpuso un Recurso de Protección en los Tribunales de Justicia y recurrió a la mismísima Contraloría General de la República demandando participación, integración e incidencia activa en las campañas de prevención del VIH/SIDA del Estado de Chile.

Junto con la falta de participación de las “comunidades que marcan la diferencia”, como llamó ONUSIDA a la conmemoración del Día Mundial del SIDA este 1 de diciembre de 2019, otros reconocidos activistas y especialistas en la materia, como el cientista político Carlos Faras, entrevistado por el programa “Siempre Viva en Vivo” de Radio Universidad de Chile, señalaron otros puntos de discordia como el llamado a realizarse el test rápido de VIH.  “Decirle a las personas que se hagan el test para prevenir el VIH es tan ridículo como decirle a las mujeres que se hagan el test del embarazo porque previene el embarazo. El test detecta, no previene. Lo que previene son el uso del condón y la PrEP, entre otras estrategias”, señaló Faras, activista comunitario y persona viviendo (y luchando) con VIH/SIDA.

En efecto, el test rápido de VIH, que es un avance por el corto tiempo que demora en la detección y la facilidad para realizarlo, no previene el VIH sino que entrega información sobre el estado serológico de las personas. La conducta que esas mismas personas adopten después de obtener su información serológica, sea test positivo o negativo, resultará importante, pero en sí mismo, el test no previene el VIH si no va acompañado de información completa y conducta sexual preventiva sostenida en el tiempo.

¿Preservativos para todes?

La disponibilidad y entrega de condones, especialmente a las poblaciones más jóvenes, es otro de los aspectos que ha sido puesto en cuestión luego de la presentación de la campaña de prevención de VIH/SIDA  2019. Si bien la campaña incorpora el uso del condón como estrategia válida, se menciona solo una vez, algo es algo, no educa en su uso, ni señala cómo obtenerlo en los centros de salud públicos, ni mucho menos establece estrategias de distribución e información masiva. En la presentación de la campaña de prevención de VIH/SIDA en dependencias del Ministerio de Salud, sin presencia de organizaciones, el subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga, visiblemente nervioso, afirmó que se han comprado y repartido varios millones de condones masculinos y un millón de condones femeninos en los centros de salud. El ingeniero Zuñiga no explicó cómo se entregan, ni detalló los requisitos para su retiro gratuito.

Es preocupante la información distorsionada e incompleta sobre el condón femenino o vaginal que las autoridades de salud divulgan a través de los medios de comunicación. En el día de la presentación de la campaña, el subsecretario de Redes Asistenciales habló del condón femenino como una posibilidad preventiva para las mujeres, mientras días más tarde, la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, afirmó en Chilevisión que el condón femenino estaba disponible para “mujeres con más conductas de riesgo al VIH”, no especificando a qué mujeres se refería. Lo que la doctora Daza omitió decir es que el condón femenino no está disponible para todas las mujeres en el sistema de salud público como lo anunció y prometió en mayo de 2018 el ex ministro de Salud Emilio Santelices Cuevas.

Una demanda positiva

La historia de la lucha por incorporar el condón femenino en las políticas públicas de salud es larga y sitúa a las mujeres viviendo con VIH/SIDA como las principales protagonistas de esta positiva conquista, destacando aquí el liderazgo de la activista Marcela Silva de la Comunidad Internacional de Mujeres Viviendo con VIH/SIDA ICW Capítulo Chileno. Marcela, junto a otras mujeres seropositivas y mujeres trabajadoras sexuales de Fundación Margen, lograron convencer a las autoridades de salud del valor, urgencia e importancia de sumar el preservativo vaginal a las políticas de prevención y así se hizo en la gestión del doctor Santelices, siendo Ana María San Martín, ex Jefa del Programa Nacional de Control y Prevención del VIH/SIDA e ITS del Ministerio de Salud, una de sus promotoras fundamentales.

Si bien el condón femenino se incorporó a las políticas de prevención por la valiosa voluntad de algunas autoridades del actual Gobierno, nadie pensó que -poco a poco- iría perdiendo fuerza e incluso sufriera sospechosos retrocesos en sus procesos de compra, distribución y promoción pública tal como lo expresó Paola Donoso del actual programa VIH del Minsal que en una actividad con ICW en Coquimbo, en agosto pasado, señaló el que “el condón femenino no estaba disponible para todas las mujeres y que su impacto debía ser evaluado como política pública”. Del mismo modo, afirmó que el preservativo femenino era mucho más caro que el condón masculino y que el Gobierno de Chile debía actuar con “responsabilidad social” porque se disponía de “recursos limitados”.

Estas sorprendentes declaraciones de una funcionaria pública de salud prendieron las alarmas de las organizaciones de mujeres, agrupaciones con trabajo en VIH/SIDA e incluso de parlamentarias involucradas en la materia como la diputada Karol Cariola que promueve una Ley del Condón Femenino en el Congreso Nacional. Esta novedosa e importante legislación busca establecer por estatuto permanente su distribución e incorporación en las políticas públicas de salud, mucho más allá de los gobiernos y las autoridades de turno. Se espera que durante el año 2020 el proyecto de condón femenino avance decididamente y se transforme en bienvenida Ley de la República.

¿Y qué hacemos con la campaña actual?

Las campañas son necesarias, requeridas e importantes pero es lamentable que se inviertan valiosos recursos públicos en iniciativas comunicaciones que carecen de apoyo social e impacto en la ciudadanía, campañas que se realizan para cumplir metas burocráticas pero que no mejoran las políticas públicas. En la actual campaña de prevención del VIH/SIDA no solo se desechó la participación de la sociedad civil sino que se desconoció la urgencia y valida estrategia establecida por organismos internacionales que recomiendan promover el “indetectable = intrasmisible”, realizando a su vez campañas focalizas en las denominadas “poblaciones claves”, como los hombres que tienen sexo con hombres, entre otros colectivos. No se trataría de estigmatizar, ni de regresar a los tiempos del mal llamado “cáncer gay”, ni mucho menos “homosexualizar el VIH/SIDA” como lo señala repetida y erróneamente el grupo Movilh sino de asumir la realidad social refrendada por los datos epidemiológicos. Es fundamental, lo digo como persona diversa sexual viviendo con VH/SIDA, asumir el impacto que tiene la epidemia en poblaciones específicas como la comunidad LGBTI, implementando campañas propias y directas que incluya las luchas e historias de las personas seropositivas.

Mientras el Ministerio de Salud del Gobierno de Chile busca “cumplir” administrativamente con la prevención del VIH/SIDA en un país en profunda crisis política, social e institucional, es positivo saber que las personas que vivimos con VIH/SIDA haremos valer nuestros Derechos Humanos, persistiendo e insistiendo en la utilización de todos los medios de lucha posible e imposible, incluyendo la legalidad vigente, enfrentando así la violenta e intolerable discriminación del Estado de Chile.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.