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Reconozco todo

Columna de opinión por Andrés Hidalgo
Domingo 29 de diciembre 2019 17:25 hrs.


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Acudimos a un acuerdo político que abría camino para una nueva constitución, los pilares de ese acuerdo fueron; un plebiscito de entrada y otro de salida, la opción que fueran delegados electos en su totalidad con un quórum de dos tercios, sobre una hoja en blanco. Desde el día uno sostuvimos que nos daba garantías suficientes como para seguir adelante, siempre desde la siguiente óptica; cambiar la constitución de la dictadura es una tarea difícil, con gran resistencia y sin atajos, pero a partir de dicho marco político decidimos perseverar. ¿Alguien pensó que el cambio constitucional sería sencillo?

Desde ese momento importantes sectores de la izquierda se convirtieron en los principales adversarios del acuerdo y de quienes lo habíamos firmado, enrostrándonos asuntos que siempre dijimos que estaban pendientes, como paridad, independientes y primeros pueblos, pero que era posible seguir construyendo. Como es lógico entramos en un círculo vicioso en que unos decíamos que el acuerdo permitía seguir avanzando y otros que había que seguir avanzando pero que el acuerdo era malo por los más diversos motivos.

Nos tocó la parte fea de la actividad política, fuimos rechazados, funados en abundancia, recibimos las peores denominaciones posibles pero nunca nos quejamos, nuestra respuesta siempre fue política, explicamos muchas veces nuestra posición y pusimos el futuro en disputa; acá nada se ha ganado pero la potencialidad es enorme, eso requiere movilización, y organizaciones dispuestas a construir acuerdos políticos, los que para algunos son derechamente incompatibles con su actividad política. En cambio, para nosotros, correrle el cerco a los que piensan distinto a nosotros, sobretodo en el contexto actual, es una responsabilidad con el país, y por impopular que sea, con todo el país y no sólo con los que nos movilizamos.

Avanzan las tres indicaciones que darán mayor legitimidad al proceso, si se materializan por supuesto que el acuerdo seguirá siendo criticado por toda clase de motivos, pero será imposible sostener que nuestro proceso constituyente será anti-democrático, al revés, la evidencia comparada indica que tendremos una Convención Constituyente altamente heterogénea, es decir, se parecerá a Chile, se parecerá a los y las movilizadas, que levantan un pliego de demandas de una riqueza nunca vista, pero no solo a ellos y esto es lo más importante: Se parecerá a Chile.

Reconozco que el acuerdo pudo ser mejor, tanto en forma como en fondo, ya sea por el modo en que lo comunicamos como en aspectos propios del texto que han sido largamente cuestionados.

No apuntaré a nadie con el dedo, pero hay que señalar con toda claridad que muchos y muchas de los que hoy vociferan su rabia con el acuerdo, lo aprobaron privadamente antes de su firma y cruzaron la vereda cuando calcularon que su defensa sería costosa, o que les haría perder alguna posición, nosotros hemos sido criticados en público, pero nadie nos puede decir que hemos escondido nunca nuestras decisiones, todo lo contrario, sostuvimos nuestras determinaciones de igual modo que hoy desde el principio. Podemos habernos equivocado, por cierto, pero no dirán de nosotros que no somos confiables cuando expresamos nuestra opinión, estoy absolutamente seguro que en el tiempo esto hará la diferencia.

Lo mismo vale para el acuerdo en si mismo, el tiempo y la natural reflexión que lo acompaña ha ido haciendo sentido en mucha gente de que el itinerario constitucional es razonable, inclusivo y democrático, también estoy seguro que con el paso de los días lo será más aún.

Ni hablar de los estudios de opinión, de distintos sectores o metodologías, todos indican una alta valoración del marco general expresado en el acuerdo inicial, es decir, la sociedad es muchísimo más amplia que lo que nuestros estrechos círculos nos muestran, quedarnos mirando al árbol sabiendo que hay un bosque es simplemente una torpeza.

El Partido Comunista ha decidido afortunadamente subirse al carro constitucional, ya ha anunciado que participará del proceso y esto es una gran noticia, ojalá empecemos a conversar de los asuntos de fondo lo más pronto posible.

Ojalá también dirigieran sus dardos hacia los neoliberales y no tanto hacia el Frente Amplio, hemos tenido una diferencia política importante, nosotros acudimos al acuerdo por la nueva constitución y ellos no, es legítimo, aunque yo hubiera preferido que estuvieran en la mesa y nos hubiesen colaborado a conseguir un mejor acuerdo, quizás una actitud constructiva pudo haber cambiado las cosas, o disponerse a enfrentar a la derecha al menos durante la negociación nos habría puesto a todos empujando en la misma dirección, la de las transformaciones, nos han acusado públicamente de no haberlos invitado, hay que decir sin ningún tapujo que eso no es cierto.

Adueñarse de los triunfos sin pagar costos permite acumular hacia la orgánica, pero más temprano que tarde esa táctica se devela, digámoslo así, le permite pegar afiches para reclutar militancia en medio del estallido social más grande de nuestra historia, sin embargo, no construye mayorías populares que excedan el poder del adversario porque esas mayorías lo más probable es que nunca militen en nuestros partidos.

Rechazaron los plebiscitos para la nueva constitución en el congreso, ya hicieron el punto y quedó muy claro quien quedó en cual posición, será la gente y la historia la que nos juzgue, permitamos que los procesos sociales hagan lo suyo. En el intertanto propongo que nos pongamos a trabajar en los temas de fondo, es decir, como redactaremos la nueva constitución para recuperar los derechos y los recursos naturales, para crear un sistema previsional, para resolver el problema de la especulación con el valor del suelo que impide abordar el déficit de viviendas, para derrotar el estado subsidiario y el neoliberalismo a la chilena, hoy están las condiciones para dar esa pelea en serio con posibilidades de ganarla.

Yo reconozco todo, en particular nuestros errores, precariedades y torpezas, así como el valor del pueblo en lucha que hace avanzar la rueda de la historia, no tengo dificultad con aquello, al final no somos más que simples personas que quieren construir en función de la humanidad en su conjunto.

 

El autor es vicepresidente de Comunes.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.