Cientos de migrantes centroamericanos que quieren llegar a Estados Unidos intentaban cruzar este lunes a México desde Guatemala mientras eran contenidos a golpe de gases lacrimógenos por guardias nacionales mexicanos en el río Suchiate, frontera natural entre ambos países.
Los migrantes llegaron en la madrugada al cruce fronterizo y pidieron a agentes migratorios paso libre por México, pero ante la falta de respuesta, al mediodía se lanzaron al río desde la localidad guatemalteca de Tecún Umán.
En medio de gases y lanzando insultos contra los guardias mexicanos, los centroamericanos avanzaban con facilidad sobre el Suchiate, poco caudaloso en esta época del año, dejando detrás el puente fronterizo por donde se cruza legalmente.
El domingo, el gobierno mexicano informó que estaba aceptando el ingreso de más de mil centroamericanos que llegaron en otro contingente el fin de semana y que estudiaría los casos de cada uno, aunque advirtió que la mayoría podrían ser devueltos. El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ofreció 4 mil empleos para aquellos que acepten quedarse en el sur de México.
Los migrantes de la llamada caravana 2020, en la que también viajan familias completas con niños pequeños, se concentraron desde la madrugada en la aduana de Guatemala en la ciudad Tecún Umán (suroeste).
Las autoridades guatemaltecas les permitieron ingresar al puente internacional Rodolfo Robles, que conecta a ambos países, y acercarse a unos metros de la reja del lado mexicano, fuertemente custodiada por agentes migratorios y guardias nacionales con equipos antidisturbios.
Tras las multitudinarias caravanas de centroamericanos que llegaron a México a finales de 2018 y principios de 2019, el presidente estadounidense Donald Trump hizo fuertes reclamos al gobierno mexicano y amenazó con imponer aranceles a productos de este país si no se tomaban medidas para detener la oleada migratoria.
Entonces, López Obrador ordenó el despliegue de unos 26 mil guardias nacionales en sus fronteras norte y sur en un intento por contener esta oleada centroamericanos que huyen de la pobreza y la violencia y buscan pedir asilo en Estados Unidos.
La también llamada “Caravana de la Esperanza, Dios es amor” salió el martes pasado del norte de Honduras y tras atravesar Guatemala se han unido guatemaltecos, salvadoreños y nicaragüenses. Unos 3 mil 500 migrantes integran el grupo, según estimaciones de autoridades migratorias centroamericanas.
Para disuadir el avance, el gobierno mexicano puso en marcha el Programa de Emergencia Social que incluye dos programas de empleo que serán habilitados en ocho departamentos de Honduras y 14 departamentos de El Salvador.
Cientos de migrantes centroamericanos que quieren llegar a Estados Unidos intentaban cruzar este lunes a México desde Guatemala mientras eran contenidos a golpe de gases lacrimógenos por guardias nacionales mexicanos en el río Suchiate, frontera natural entre ambos países.
Los migrantes llegaron en la madrugada al cruce fronterizo y pidieron a agentes migratorios paso libre por México, pero ante la falta de respuesta, al mediodía se lanzaron al río desde la localidad guatemalteca de Tecún Umán.
En medio de gases y lanzando insultos contra los guardias mexicanos, los centroamericanos avanzaban con facilidad sobre el Suchiate, poco caudaloso en esta época del año, dejando detrás el puente fronterizo por donde se cruza legalmente.
El domingo, el gobierno mexicano informó que estaba aceptando el ingreso de más de mil centroamericanos que llegaron en otro contingente el fin de semana y que estudiaría los casos de cada uno, aunque advirtió que la mayoría podrían ser devueltos. El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ofreció 4 mil empleos para aquellos que acepten quedarse en el sur de México.
Los migrantes de la llamada caravana 2020, en la que también viajan familias completas con niños pequeños, se concentraron desde la madrugada en la aduana de Guatemala en la ciudad Tecún Umán (suroeste).
Las autoridades guatemaltecas les permitieron ingresar al puente internacional Rodolfo Robles, que conecta a ambos países, y acercarse a unos metros de la reja del lado mexicano, fuertemente custodiada por agentes migratorios y guardias nacionales con equipos antidisturbios.
Tras las multitudinarias caravanas de centroamericanos que llegaron a México a finales de 2018 y principios de 2019, el presidente estadounidense Donald Trump hizo fuertes reclamos al gobierno mexicano y amenazó con imponer aranceles a productos de este país si no se tomaban medidas para detener la oleada migratoria.
Entonces, López Obrador ordenó el despliegue de unos 26 mil guardias nacionales en sus fronteras norte y sur en un intento por contener esta oleada centroamericanos que huyen de la pobreza y la violencia y buscan pedir asilo en Estados Unidos.
La también llamada “Caravana de la Esperanza, Dios es amor” salió el martes pasado del norte de Honduras y tras atravesar Guatemala se han unido guatemaltecos, salvadoreños y nicaragüenses. Unos 3 mil 500 migrantes integran el grupo, según estimaciones de autoridades migratorias centroamericanas.
Para disuadir el avance, el gobierno mexicano puso en marcha el Programa de Emergencia Social que incluye dos programas de empleo que serán habilitados en ocho departamentos de Honduras y 14 departamentos de El Salvador.
Cientos de migrantes centroamericanos que quieren llegar a Estados Unidos intentaban cruzar este lunes a México desde Guatemala mientras eran contenidos a golpe de gases lacrimógenos por guardias nacionales mexicanos en el río Suchiate, frontera natural entre ambos países.
Los migrantes llegaron en la madrugada al cruce fronterizo y pidieron a agentes migratorios paso libre por México, pero ante la falta de respuesta, al mediodía se lanzaron al río desde la localidad guatemalteca de Tecún Umán.
En medio de gases y lanzando insultos contra los guardias mexicanos, los centroamericanos avanzaban con facilidad sobre el Suchiate, poco caudaloso en esta época del año, dejando detrás el puente fronterizo por donde se cruza legalmente.
El domingo, el gobierno mexicano informó que estaba aceptando el ingreso de más de mil centroamericanos que llegaron en otro contingente el fin de semana y que estudiaría los casos de cada uno, aunque advirtió que la mayoría podrían ser devueltos. El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ofreció 4 mil empleos para aquellos que acepten quedarse en el sur de México.
Los migrantes de la llamada caravana 2020, en la que también viajan familias completas con niños pequeños, se concentraron desde la madrugada en la aduana de Guatemala en la ciudad Tecún Umán (suroeste).
Las autoridades guatemaltecas les permitieron ingresar al puente internacional Rodolfo Robles, que conecta a ambos países, y acercarse a unos metros de la reja del lado mexicano, fuertemente custodiada por agentes migratorios y guardias nacionales con equipos antidisturbios.
Tras las multitudinarias caravanas de centroamericanos que llegaron a México a finales de 2018 y principios de 2019, el presidente estadounidense Donald Trump hizo fuertes reclamos al gobierno mexicano y amenazó con imponer aranceles a productos de este país si no se tomaban medidas para detener la oleada migratoria.
Entonces, López Obrador ordenó el despliegue de unos 26 mil guardias nacionales en sus fronteras norte y sur en un intento por contener esta oleada centroamericanos que huyen de la pobreza y la violencia y buscan pedir asilo en Estados Unidos.
La también llamada “Caravana de la Esperanza, Dios es amor” salió el martes pasado del norte de Honduras y tras atravesar Guatemala se han unido guatemaltecos, salvadoreños y nicaragüenses. Unos 3 mil 500 migrantes integran el grupo, según estimaciones de autoridades migratorias centroamericanas.
Para disuadir el avance, el gobierno mexicano puso en marcha el Programa de Emergencia Social que incluye dos programas de empleo que serán habilitados en ocho departamentos de Honduras y 14 departamentos de El Salvador.
