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Kobe Bryant: un virtuoso del básquetbol, obsesionado con la victoria

Kobe Bryant falleció este 26 de enero de 2020 a la edad de 41 años en un accidente de helicóptero. La ex superestrella de los Lakers de Los Ángeles, que ganó cinco títulos de la NBA, seguirá siendo uno de los solistas más increíbles de la historia del básquetbol. Un jugador de extraordinario talento, comparado a menudo con Michael Jordan.

RFI

  Lunes 27 de enero 2020 12:36 hrs. 
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El destino puede ser cruel. Kobe Bryant murió en un accidente de helicóptero pocas horas después de perder su estatuto de tercer máximo goleador en la historia de la NBA, superado ahora por LeBron James. Un lugar en el podio que tenía un significado especial para un jugador obsesionado con la canasta del equipo adverso.

Un talento muy precoz

Kobe Bryant era un virtuoso del ataque y un feroz defensor. Estas cualidades ya eran evidentes cuando se incorporó al campeonato más prestigioso del mundo con sólo 17 años de edad en 1996. El talentoso hijo de un jugador de básquetbol –Joe Bryant tuvo una corta carrera en la NBA antes de mudarse a Europa– se saltó la universidad: fue reclutado por los Charlotte Hornets tan pronto como se graduó de la escuela secundaria. Un hecho poco frecuente en aquella época, ya que la mayoría de las estrellas de la NBA jugaban al básquetbol mientras asistían a la universidad.

Inmediatamente, es transferido a los Lakers de Los Ángeles, donde pasaría toda su carrera (1996-2016). Allí, se convierte en el jugador más joven en comenzar un partido de la NBA. Aprovecha su primera temporada para corregir algunas carencias tácticas, y en la segunda temporada empieza a merecer su fama de talento excepcional.

Kobe Bryant creía firmemente en sus habilidades y en su destino. Y no le temía a nadie, ni siquiera al “Dios” Michael Jordan. En el legendario All Star Game de 1998 en la ciudad de Nueva York, a la edad de 19 años, juega frente a su ídolo y modelo a seguir, que estaba viviendo su última temporada en la NBA. La oposición entre “KB8” –Bryant llevó el número 8 hasta 2006, antes de optar por el número 24– y “MJ” fue como un pase de testigo.

“Shaq” y “Black Mamba”

Michael Jordan se retira en 1998 después de ganar un último título con los Chicago Bulls. Durante una temporada de transición en 1999, los San Antonio Spurs son coronados. El reinado de los Lakers puede entonces comenzar. Con el gigante Shaquille O’Neal, Kobe Bryant forma un dúo formidable, siguiendo los pasos de Jerry West y Elgin Baylor, luego de Magic Johnson y Kareem Abdul-Jabbar.

“Shaq” y “Black Mamba” (apodo de Bryant) tienen una relación de amor-odio que degenera regularmente fuera de la cámara. Pero juntos, jugando, son casi imparables. Bajo la dirección del legendario entrenador Phil Jackson – ex entrenador de Jordan en los Chicado Bulls, el equipo gana tres títulos de campeonato consecutivos (2000, 2001, 2002).

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Tiempos inciertos

En 2003 y 2004, después de dos fracasos sucesivos en los play-offs y una relación que se volvió execrable, O’Neal vuela a Miami. Es el comienzo de tiempos difíciles para el prodigio, que se queda solo al timón de los Lakers.

Un momento turbulento marcado además por un caso de presunta agresión sexual. Kobe Bryant se encuentra acusado de violación, mientras que alega una relación consensuada con una empleada del hotel. El caso es sobreseído, la demandante renuncia a testificar.

Kobe Bryant tenía su lado oscuro como hombre pero también como jugador de básquetbol. Obsesionado con ganar y pasar a la posteridad, no podía soportar la mediocridad. “No puedo confiar en la gente perezosa. No hablamos el mismo idioma. No los entiendo y no quiero entenderlos”, dijo. El californiano, que se levantaba en medio de la noche para entrenar (incluso con la muñeca rota), a veces atormentaba a sus compañeros de equipo que no tenían bastante talento o no trabajaban lo suficiente para él. Sólo le interesaba ganar.

Un solista en la cima de su arte

En 2005-2006, Kobe Bryant termina la temporada con un promedio de 35,4 puntos por partido. El 22 de enero de 2006, logra una hazaña impensable: contra los Toronto Raptors, anota 81 puntos en un solo partido, el segundo total más alto en la historia de la NBA, detrás de los 100 puntos de Wilt Chamberlain en 1962.

En 2008, el español Pau Gasol llega a Los Ángeles y es el tipo de jugador –talentoso pero trabajador, desinteresado y humilde– que la superestrella de los Lakers adora. El efecto es casi inmediato: llegan a la final de los play-offs, aunque pierden ante sus históricos rivales, los Boston Celtics. Bryant es nombrado MVP (Most Valuable Player) por primera vez esta temporada.

Un año más tarde, se corona campeón ante el Orlando Magic, y en 2010, ante los Boston Celtics, ganando su quinto y último título.

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Un lento declive

Lo que sigue, sin embargo, parece un lento declive. Los Lakers ya no pueden competir con los mejores equipos de la liga. Todos los años son eliminados prematuramente en los play-offs. Con la llegada de Steve Nash y Dwight Howard, Bryant debe jugar de manera más altruista por el bien de su equipo, y funciona.

Pero el 12 de abril de 2013, se rompe el tendón de Aquiles del pie izquierdo. Es el comienzo de una larga serie de lesiones. En diciembre de 2013, poco después de su regreso a la competición, se fractura la rodilla izquierda. En enero de 2015, una lesión de hombro pone fin a su temporada de forma prematura.

Jubilación

En noviembre del mismo año, Kobe Bryant anuncia que se jubilará al final del año 2015-2016. El 13 de abril de 2016, para su 1566° partido, anota 60 puntos ante un público en trance.

Bryant se despide como jugador pero permanece activo fuera del campo. En 2018, un dibujo animado sobre su carrera, Dear Basketball, recibe el Oscar al Mejor Cortometraje. El hombre está tiene muchos deseos y planes. En una entrevista con el periódico L’Équipe, asegura: “El básquetbol no es mi única ocupación y no es suficiente para definirme”.

Sin embargo, durante tres décadas, Kobe Bryant lo ha dado todo por su deporte. Ha construido una imagen de sí mismo como un individuo monomaníaco, hiperindividualista y arrogante, enteramente enfocado en la gloria y la historia. Pero incluso sus más feroces oponentes han rendido homenaje a su pasión y su tenaz energía.

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