A mediados de 2018 apareció “Yo no sé de folclor (Chillán)”, un sencillo del cantautor Vicente Cifuentes que entonces funcionó como primer adelanto de un trabajo que se publicó al año siguiente, Bachata local vol. 2.
La canción es un relato autobiográfico a ritmo de bachata, un género que el músico ha explorado junto a su banda, Los Buenos Momentos, y que conoció al pasar diez años de su vida en República Dominicana. Paz Court, Pedropiedra, Rulo y el mexicano El David Aguilar, entre otros, son algunos de los músicos que ha sumado como colaboradores en ese camino.
A casi dos años después de su edición, “Chillán” es la canción con la que Vicente Cifuentes representará a Chile en la competencia internacional del Festival de Viña del Mar, que se inicia este domingo y se desarrollará hasta el próximo viernes en la Quinta Vergara.
“Es una canción que cantamos siempre, la tenemos muy vigente en nuestro repertorio”, dice sobre el tema, que define como un tributo a su infancia “chillaneja, sureña y provinciana”, en ese orden de prioridades. “En 2014 volví a Chile y me preguntaban mucho de dónde era, porque venía con un acento medio raro y no me ubicaba mucho tampoco. Siempre decía que era de Chillán y no me creían mucho. La canción deja claro que soy de aquí no más, un poquito más al sur”.
En ese sentido,Cifuentes explica que postuló a Viña con esa canción “porque tiene ese amor provinciano que en Chile es súper grande y que también es parte de nuestro anhelo de descentralización. La música chilena sucede demasiado en Santiago y esta canción nos ha acercado a públicos como el de Chillán, obviamente, pero también al penquista, el portomontino, el valdiviano. Nos permite sacar la música de Santiago”.
Postulaste al Festival de Viña en un contexto muy distinto al actual. ¿Qué te imaginabas en ese momento?
Teníamos la imagen del “Benja” Walker, del año pasado. Nosotros tenemos una relación súper cercana y postular era como apropiarnos de ese espacio y cambiarlo desde adentro. El festival ha sido un aporte en la carrera de muchos músicos, más que los que uno cree, y darle importancia era una responsabilidad de la comunidad artística chilena.
Ahora, cuando me eligieron ya estábamos en el estallido y representar a Chile antes del 18 de octubre era otra cosa. Ahora tiene muchos elementos complejos, pero con mayor razón hay que ir. Vamos a representar a una nueva ciudadanía, una nueva forma de ver Chile, y queremos ser parte de eso. Vamos al festival a tratar de extender un poco la manifestación, jamás en la posición de hacernos los locos con lo que ha pasado en todos estos meses de represión brutal.
Existe una suerte de nerviosismo por lo que pueda ocurrir en Viña, se han tomado medidas de seguridad y hasta se prohibieron pancartas. ¿Cómo has visto ese ambiente?
Censurar las pancartas y los mensajes frente a políticos es un pésimo camino, porque gracias a la eterna censura es que las manifestaciones crecen y crecen. Me parece una estrategia errada. Las manifestaciones suceden por sobre las decisiones, no andan preguntando. Si pasa, va a pasar y no habrá barrera de contención que controle esa energía. Además, las manifestaciones se han caracterizado por su tranquilidad, las más masivas han sido las más pacíficas y manifestación no es sinónimo de destrozo.
Vas a sacar un disco en los próximos días, ¿cómo lo describes?
Musicalmente es muy minimal, grabado en vivo, sin metrónomo, en una toma, a la antigua. Lo compuse en diciembre, de manera muy visceral, inspirado por el estallido pero sin ánimo de panfleto, sino desde la experiencia. Soy nieto de profesor normalista e hijo de miristas, mi familia sufrió el exilio y la tortura, entonces hay traumas y fantasmas que revivieron en esos días. Con el toque de queda, los milicos en la calle, muchas cosas se me presentaron de manera muy real y me pasaron muchas cosas. Ese disco se llama Relato y no es más que eso: el relato de tres meses de un cantautor. Vamos a hacer un lanzamiento íntimo y ya está, sería todo.
¿Es una forma de dejar registro de lo que ha pasado?
Exactamente. Con mi equipo nos parecía que el arte tiene que dejar registro de estas cosas. Hay canciones rudas, con juicios súper valóricos quizás, sobre situaciones que han pasado, como el día del acuerdo (sobre el plebiscito constitucional). Estemos de acuerdo o no en el futuro, fue lo que creí en el momento y es coherente dejarlo así tal cual.
¿Y qué va a pasar con el disco que habías grabado antes en México?
Ese disco se congeló, no tenemos idea si va a salir. El estallido social cambió los planes de todas nuestras vidas.